El informe de Unicef titulado «La Situación Mundial de la Infancia 2008», divulgado esta semana, provocó una airada reacción de las autoridades de Angola, que no aceptan ver incluido a su país entre los tres con mayor mortalidad infantil del planeta.
Angola, con 14 millones de habitantes estimados en 2004, es uno de los países potencialmente más ricos del mundo y uno de los que registró mayor crecimiento económico en 2007, al superar el 20 por ciento respecto del año anterior.
Pero esta ex colonia portuguesa de África austral, con un territorio de 1,25 millones de kilómetros cuadrados, es al mismo tiempo una de las naciones donde existen mayores diferencias sociales, con altos niveles de pobreza, cerca de cuatro millones de personas que viven de la mendicidad y una nueva clase extremamente rica.
En declaraciones a la prensa el jueves en Luanda, la capital de Angola, el portavoz del Ministerio de Salud, Jesús Ramos, precisó que Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) utilizó datos "bastante antiguos" para colocar a su país en el segundo lugar del mundo.
Ramos añadió en declaraciones reproducidas este viernes por el diario electrónico "Noticias Lusófonas", que al contrario de lo que sostienen "varios organismos internacionales", el gobierno del primer ministro Fernando da Piedade Dias dos Santos "está haciendo un gran esfuerzo" para mejorar la situación sanitaria de Angola.
El informe de Unicef ofrece información sobre un marco estratégico establecido por esa agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial para ayudar a los países en desarrollo a reducir la mortalidad materno-infantil.
En el capítulo decesos infantiles, el documento coloca en el inicio del listado a Sierra Leona, con 270 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, seguida de Angola con 260 decesos, y Afganistán con 257.
El estudio "La Situación Mundial de la Infancia 2008", presentando el martes pasado en la sede de la ONU en Ginebra, indica que más de 26.000 niñas y niños con menos de cinco años mueren cotidianamente en todo el planeta, pero la mayoría de los decesos no deberían haberse registrado, ya que sus causas eran evitables.
Consultado el jueves por la prensa nacional y extranjera en Luanda, el portavoz autorizado del Ministerio de Salud recalcó "tanto los dados proporcionados por Unicef algunas veces y por la OMS otras, que identifican a Angola como uno de los peores países del mundo para nacer, son muy antiguos".
Sin embargo, no especificó a que año corresponderían las estadísticas utilizadas por las agencias especializadas de la ONU y el Ministerio de Salud angoleño no respondió a una consulta formulada por IPS, enviada por correo electrónico el jueves.
Ramos prefirió subrayar que, "a pesar de los esfuerzos para mejorar el sector de la salud, no depende sólo de este ministerio la mejoría integral de la vida de las personas".
"La supervivencia de los ciudadanos, en especial de los niños hasta los cinco años, se basa mucho en el saneamiento básico, las capacidades de sobrevivencia, la educación y los bajos salarios que reciben sus progenitores y el sector de la salud aparece al final, solo para completar el cuadro", añadió.
En las oportunidades en que el gobierno de Angola ha sido cuestionado por los catastróficos índices en todo lo referente a la infancia, éste ha hecho especial hincapié en que el país vivió cuatro décadas de guerras, entre 1961 y 1974 contra el ejército colonial portugués, y la civil que enfrentó al gobierno con la insurgente Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita) de 1975 a 2002.
El documento de Unicef en parte admite esta explicación, al llamar la atención sobre el papel desempeñado por los conflictos armados, asociados al desplazamiento de las poblaciones, que se convierten en refugiados en sus propios países, a los que se une la inseguridad alimentaria y la falta de higiene, que inevitablemente acarrea epidemias.
En efecto, en la mayoría de los países donde alrededor de 20 por ciento de nacimientos no sobreviven después de cumplir cinco años se ha registrado un conflicto armado de grandes proporciones, destacándose los casos de Afganistán, Angola, República Democrática del Congo, Guinea-Bissau, Liberia y Sierra Leona.
Desde el establecimiento de la paz en Angola hace casi seis años, tras la muerte en combate el 22 de febrero de 2002 del líder de la Unita, Jonas Malheiro Savimbi, "se ha hecho todo para mejorar la situación", garantizó Ramos.
En cuanto al cuadro general del estado de la salud en Angola, el ministro de Asistencia y Reinserción Social, João Baptista Kussumua, dijo el jueves en Luanda al inaugurar el IV Congreso Internacional de Médicos en nombre del primer ministro Dias dos Santos, que la situación del país "continúa exigiendo esfuerzos para mejorar el escenario", tal como ocurrió en 2007.
Entre los éxitos obtenidos, destacó que la ampliación de la red de agua potable a la población se tradujo el año pasado en una reducción drástica de los casos de cólera y de óbitos por esta enfermedad respecto de 2006.
La prevención mediante vacunas, creció de 40 a 66 por ciento en todo el territorio nacional, reveló Baptista Kussumua, y añadió que "la cobertura para el sarampión subió de 48 a 99 por ciento".
En cuando a la malaria o paludismo, los casos registrados bajaron "de 3,2 millones de casos en 2003 a 1,8 millones en 2007 y su mortalidad se redujo de 38.500 óbitos en 2003 para 8.000 en 2007", añadió.
A pesar de estas cifras calificadas de alentadoras por las autoridades, Baptista Kussumua concluyó reconociendo que será necesario un mayor esfuerzo para mejorar el acceso de la ciudadanía a los cuidados primarios de salud, incluidos de manera destacada, los materno-infantiles.
Si Luanda lleva adelante esta promesa, dará un paso hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio de la ONU, que entre sus propósitos destaca la prioridad a las necesidades sanitarias de las mujeres, las madres y los recién nacidos.