Las economías emergentes, entre ellas Brasil, China, India, Malasia, Sudáfrica y Tailandia, han realizado sólidos progresos en su comercio con las naciones en desarrollo y sus inversiones en esos países.
"Existe una creciente complementación y capacidad de las economías emergentes para fomentar su desarrollo a través de la cooperación", dijo el embajador pakistaní Munir Akram, presidente saliente del Grupo de los 77, creado en 1964 por ese número de países en vías de desarrollo, aunque actualmente reúne a 130.
La integración económica regional ya se da en África, América Latina, Asia y el Caribe, señaló.
"Muchos países en desarrollo invierten sus superávit de balanza de pagos en otros de similar condición y también existe una amplia cooperación para el desarrollo", afirmó Akram durante una reunión del Grupo de los 77 la semana pasada.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) difundió un informe en diciembre sobre la cooperación Sur-Sur, que ofrece ejemplos sobre la interacción en materia de comercio, inversiones y ayuda para el desarrollo.
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El gobierno de Malasia, a través de su política "ayuda a tu vecino", invirtió en 2006 más de 4.800 millones de dólares en países en desarrollo y firmó 56 acuerdos en esta materia con otras naciones del Sur, según el estudio.
Desde 2004, India ha concedido líneas de crédito por 1.400 millones de dólares a otras economías emergentes, fundamentalmente destinadas al desarrollo de infraestructura, tecnificación del agro y la industria farmacéutica.
El gobierno de Nueva Delhi también otorgó 3.000 millones de dólares en asistencia técnica a 156 países en desarrollo, en el marco de su Programa de Cooperación Económica.
Además, India se comprometió a otorgar 100 millones de dólares para aliviar la pobreza en las naciones que integran la Asociación de Cooperación Regional del Sudeste Asiático, que incluye a Afganistán, Bangladesh, Bután, Islas Maldivas, Nepal, Pakistán y Sri Lanka.
Nueva Delhi también ha asignado 200 millones de dólares para la Nueva Asociación del Desarrollo Africano, 500 millones para los países de África occidental y otros 250 millones de dólares para el banco de inversión de la Comunidad Económica de África Occidental, según el estudio de la ONU.
China ha sido caracterizada como uno de los mayores centros manufactureros del mundo, que muestra el "más rápido ritmo de crecimiento y es un polo fundamental para la cooperación Sur-Sur".
Beijing se ha comprometido a duplicar su ayuda económica a África para 2009, cuando totalizará aproximadamente 1.000 millones de dólares. Asimismo estableció un fondo de 5.000 millones de dólares para incentivar a las empresas chinas a invertir en África y aportó 3.000 millones en créditos preferenciales y 2.000 millones de dólares en préstamos a "compradores más favorecidos" en países de ese continente.
China también canceló las deudas generadas por sus préstamos sin interés que vencieron a fines de 2005 para los 31 países más pobres de África fuertemente endeudados, y que tienen relaciones diplomáticas con Beijing.
Brasil, que ha expandido el tratamiento para personas con sida, donó medicamentos antirretrovirales a 11 naciones en desarrollo: Bolivia, Burkina Faso, Cabo Verde, Colombia, El Salvador, Guinea Bissau, Mozambique, Nicaragua, Paraguay, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental.
Según el informe de la ONU, Brasilia también coordina una red internacional de cooperación técnica sobre sida, que facilita la transferencia de tecnología y la producción de antirretrovirales. Incluye a Argentina, Cuba, China, Nigeria, Rusia, Tailandia y Ucrania.
Cuba, que ofreció un sostenido aporte de médicos y expertos a varios países en desarrollo, ha ayudado a Nigeria en la producción de etanol.
Sudáfrica creó su propia Agencia para el Desarrollo Internacional, que tiene como objetivo expandir la ayuda que este país ya ofrece en este campo. La meta es llevar esa asistencia a un nivel de entre 0,2 y 0,5 del producto interno bruto (PIB).
Tailandia ya destina a este rubro 0,13 por ciento de su PIB, porcentaje comparable al que destinan las naciones más ricas.
En el marco de su Estrategia de Cooperación Económica del Mekong, Tailandia participó en 40 iniciativas multilaterales y 200 proyectos bilaterales con Birmania, Camboya, Laos y Vietnam.
Turquía invirtió más de 50 millones de dólares al año en programas de cooperación Sur-Sur, a través de su agencia estatal para el desarrollo, que tiene oficinas en 22 países y ha supervisado 930 proyectos en 90 naciones.
El fuerte y sostenido crecimiento económico en países como Brasil, China, India y Rusia, al igual que en otras naciones en desarrollo, entre ellas Chile, Egipto, Ghana, Malasia, Qatar, Singapur, Sudáfrica, Tailandia y Turquía, "ha tenido un impacto significativo en las perspectivas de desarrollo de otros Estados del Sur", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.