Para algunos habitantes de la capital de Burkina Faso, la estación de lluvias plantea un severo problema en materia de servicios sanitarios.
«Cuando llueve, se llena de agua», explicó Issaka Ilboudo en referencia a una letrina cavada en la tierra en la zona del mercado de Pissy, en las afueras de la ciudad.
Sin embargo, la situación ha mejorado ahora, con la instalación de baños que están al cuidado de Ilboudo, quien cobra el arancel de alrededor de cinco centavos a las personas que utilizan las instalaciones.
«Ahora, taparon la letrina. Estamos contentos, porque es higiénico», dijo a IPS.
Según Oumar Ilboudo, un técnico encargado de la recolección de residuos en el área de Boulmiogou, se instalaron baños en varios mercados locales.
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«Notamos que en los mercados y áreas públicas la gente defecaba alrededor de las tiendas o en lugares donde otras personas descansaban. Nos planteamos que, si cambiaban su conducta en la calle, harían lo mismo en sus casas», señaló.
En una ciudad como Ouadadougou, que ha descuidado por mucho tiempo el manejo de los desperdicios, esta iniciativa es parte de un esfuerzo más amplio para mejorar los servicios sanitarios e impedir la contaminación de las napas de agua.
Los funcionarios estiman que el proyecto, que también está centrado en obras de drenaje de agua de lluvia, costará unos 19,5 millones de dólares.
«En las áreas urbanas no consideramos a los servicios sanitarios como parte de la infraestructura básica de la ciudad. Ponemos el énfasis en el agua potable, la electricidad, el servicio telefónico, las calles principales», dijo a IPS Jules Ouédraogo, director de Higiene de la Oficina Nacional del Agua y Servicios Sanitarios (ONEA, por sus siglas en francés).
«Nos olvidamos que todo lo que construimos requerirá la disposición de aguas servidas y deshechos hogareños», agregó.
«Sólo se consideran los servicios sanitarios en la etapa final del proceso de construcción. Una familia que está levantando su casa sólo piensa en poner un baño cuando la está terminando, y uno que no cumple con ningún estándar aceptable», dijo.
«De hecho, la mayoría de las personas no tienen instalaciones aceptables, sino sanitarios improvisados que causan contaminación y enfermedades», afirmó Ouédraogo.
Para animar a las personas a usar baños modernos, las autoridades municipales exhiben el equipamiento necesario en el ayuntamiento de Boulmiougou.
Según Oumar Ilboudo, alrededor de 20 personas por día realizan consultas por los baños, que cuestan alrededor de 2.000 dólares, una suma sustancial en este país de África occidental, donde 27,2 por ciento de la población vive con menos de un dólar por día, según el último Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
El estudio indica que 71,8 por ciento de la población vive con menos de dos dólares diarios.
Las letrinas cavadas en la tierra a lo largo de senderos fueron cerradas cuando se construyeron las calles.
Los funcionarios también tienen proyectos que contemplan instalar baños químicos en áreas periféricas. Cada uno cuesta 1.700 dólares.
Según Mahamoudou Cissé, quien supervisa los esfuerzos para mantener limpia la capital, la planificación en esas zonas periféricas es crucial. Están más afectadas por la contaminación del agua y el suelo a causa de la extrema pobreza de sus habitantes.
«Hay problemas en ciertas partes de la ciudad que se están extendiendo, donde no existe coordinación ni planificación para servicios sanitarios colectivos», señaló Ouédraogo.
La ciudad está buscando actualmente financiamiento por ocho millones de dólares para instalar cañerías que conecten las áreas de la periferia con la red cloacal troncal, dijo a IPS Arzouma Zombré, director de Infraestructura y Transporte de Ouagadougou.
También existe un programa para construir fuentes de agua públicas, con la intención de evitar que los residentes caven pozos en lugares donde las posibilidades de encontrar agua son escasas, por lo cual pasan a ser usados como letrinas. Ya hay 120, principalmente en Pissy, dijo Zombré.
Las autoridades también comenzaron a implementar regulaciones que prohíben el desarrollo inmobiliario en la capital si no están contemplados los servicios sanitarios. «Tomamos conciencia de que cometimos errores en la planificación, al no tener en cuenta la recolección de deshechos y la sanidad», comentó Zombré.
El gobierno se ha comprometido a elevar la tasa de conexión al sistema cloacal de la capital a 59 por ciento. Según ONEA, sólo 10 por ciento de los habitantes de Burkina Faso cuentan con baños de calidad aceptable. Fuera de Ouagadougou y Bobodioulasso, las dos ciudades principales, apenas dos por ciento los tienen.
«Los servicios sanitarios son muy caros. Pero no son un lujo, sino una obligación. ¿Cómo podemos pensar que existe desarrollo real si tenemos problemas para encontrar un baño, o si debemos realizar nuestra actividad en medio de los deshechos y con contaminación?», se preguntó Ouédraogo.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).