Esta ciudad, capital comercial de Nigeria, puede considerarse uno de los lugares con más cantidad de desechos electrónicos del mundo. Deshacerse de ellos es un verdadero problema que se suma al de la gestión de residuos tradicionales.
Unos 500 contenedores cargados con un volumen equivalente a 400.000 monitores de computadora o 175.000 aparatos de televisión ingresan a Lagos al mes, según la organización ambientalista Basel Action Network (BAN), con sede en la noroccidental ciudad estadounidense de Seattle.
Setenta y cinco por ciento de su carga se considera desechos electrónicos.
"Las razones para ese gran flujo de residuos electrónicos a Lagos no son inverosímiles", dijo a IPS Peter Ejiofor, comerciante de computadoras de segunda mando.
"Lagos tiene un gran puerto marítimo por donde las mercancías ingresan con facilidad y también hay un gran apetito por artículos importados de segunda mano en la ciudad", explicó.
Lagos paga un gran costo ambiental por esos productos baratos. La mayoría de ellos se descartan casi enseguida después de su llegada a la ciudad.
"Los desechos electrónicos son un gran problema y un enorme desafío. Tenemos pilas de productos descartados", dijo a IPS el gerente de la Autoridad de Gestión de Residuos de Lagos (Lawma, por sus siglas en inglés), Ola Oresanya.
Al no existir instalaciones para reciclar ese tipo de desechos, se los descarta de forma indiscriminada por toda la ciudad. Algunos de ellos van a parar a los basurales donde se los quema.
Los ambientalistas se muestran preocupados por la situación.
"Es muy preocupante porque los componentes de esos productos electrónicos son muy peligrosos", dijo a IPS Leslie Adogame, de la Sociedad Ambiental Nigeriana.
También se mostró muy preocupado por las consecuencias para la salud.
"Como se queman al aire libre, algunos de los componentes emiten muchas partículas", explicó Adogame.
"Los residentes de las zonas donde se queman deben estar sufriendo enfermedades pulmonares porque inhalan muchas sustancias nocivas", añadió.
Lawma también está preocupada por los peligros que suponen los desechos electrónicos, señaló Oresanya. Una de las principales medidas tomadas por las autoridades para contener la amenaza es educar al respecto.
"Hemos informado a la gente del peligro de quemar esos desechos. Creemos que van a cambiar", indicó.
Pero Adogame considera que para combatir ese tipo de desechos es necesario algo más que educación. Hay que crear un "sistema integrado de gestión de desechos".
Las autoridades de Lagos se vuelcan al sector privado en busca de asistencia.
"Hemos conversado con el sector privado en busca de ayuda porque tiene los medios para gestionar el descarte de esos residuos", informó Oresanya.
Lagos tiene un gran problema para deshacerse de la basura. Las calles están alfombradas de pequeños sobres de plástico utilizados para vender agua. En la época de mayor calor, se venden cientos de ellos al mes.
"Esos pequeños sobres son en parte responsables de las graves inundaciones que están padeciendo algunas partes de la ciudad en los últimos años", dijo a IPS Femi Oluwole, residente de esta ciudad.
"Cuando llueve, las bolsitas obstruyen las alcantarillas, el agua desborda e inunda las calles y nuestras casas", explicó Oluwole, cuya vivienda en Agege, barrio residencial de las afueras de Lagos, sufre frecuentes inundaciones.
Lagos es uno de los lugares más poblados del mundo. Se prevé que tendrá alrededor de 20 millones de habitantes en 2010, según proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Muchos de los involucrados concuerdan en que la enorme cantidad de personas implica un desafío para la gestión de residuos.
"La variable población puede agravar aún más el problema si no se gestiona bien la basura", indicó Oresanya.
Lagos genera unas 9.000 toneladas de basura al día. Ochenta por ciento de esos residuos pueden ser reciclados.
En el marco de la iniciativa de reciclaje "programa cero basura", los desechos orgánicos, que constituyen 60 por ciento de los desperdicios de la ciudad, se convierten en abono. Éste luego se utiliza para un proyecto de mejoramiento urbano con árboles y flores.
Los residuos también permiten otros usos positivos.
"Aprovechamos para crear puestos de trabajo y reducir la pobreza", explicó Oresanya. La gestión de desperdicios creó 350 puestos de trabajo directo.
Algunas personas están empleadas en una planta de reciclaje que elabora abono a partir de desechos orgánicos y en una fábrica que convierte los sobres de agua en pequeñas bolas de plástico.
Otras 3.000 personas se benefician de la gestión de forma indirecta.
Cientos de jóvenes desempleados pueden verse hurgando en los basurales para recuperar papel, metales, plástico y otros elementos útiles.
Este año, Lawma tiene el ambicioso proyecto de duplicar la cantidad de residuos reciclados.
"Antes de fin de año queremos ampliar la capacidad de las plantas", informó Oresanya. "Tenemos muchos jóvenes desempleados, hay que crear puestos de trabajo y el reciclado es una forma de hacerlo".
Oresanya cree que Lawma podrá cumplir con su objetivo.
"Tenemos voluntad política y estamos comprometidos con la situación. El gobierno invierte y se asocia con inversores para ese fin", aseguró.