AMBIENTE-CANADÁ: Salmones en peligro de extinción

El salmón rosado de la costa oeste de Canadá se extinguirá en cuatro años, a causa de infecciones provocadas por parásitos originados por la cría artificial de esta especie ictícola en mar abierto, informó la revista científica Science.

Los funcionarios canadienses dejarán que desaparezcan, pues las omisiones que los caracterizaron en el pasado así lo indican, dijo a IPS Alexandra Morton, coautora del estudio.

El artículo de Science revela que las infecciones con piojos de mar han matado a más de 80 por ciento de los salmones rosados nacidos cada temporada en el archipiélago Broughton, jurisdicción de la provincia de Columbia Británica, 300 kilómetros al norte de Vancouver, en los últimos cuatro años.

Para 2012, habrán desaparecido si la plaga continúa.

Estudios previos habían demostrado que los "piojos de mar" procedentes de los viveros marinos podían matar a los salmones silvestres jóvenes, pero ésta es la primera investigación que examina los efectos en la población general de esta especie.
[related_articles]
El biólogo Ray Hilborn, de la Universidad de Washington, señaló que el informe demuestra "persuasivamente" que la población de salmones afectados por las actividades de cría artificial "está declinando rápidamente".

El artículo de Science también formula serias dudas sobre propuestas para desarrollar la cría artificial de otras especies a gran escala, como bacalao y lenguado, en mar abierto, y sobre el potencial que esta actividad tiene de transferir agentes patógenos que afectan a la población de peces silvestres.

A pesar de numerosos estudios, el impacto de más de 100 criaderos artificiales de salmón a lo largo de la costa de Columbia Británica ha sido motivo de una dura disputa durante la última década.

La región es la cuarta productora mundial de salmones de vivero, actividad que genera 300 millones de dólares por exportaciones, principalmente a Estados Unidos.

Los peces criados artificialmente no son una especie autóctona, sino salmones del Atlántico, más propensos a infectarse con los piojos de mar, pequeños parásitos que se alimentan de la piel y las membranas mucosas. No se los encuentra en gran número, excepto en criaderos.

Los salmones rosados adultos del Pacífico viven en mar abierto, pero todos los años nadan hacia los numerosos ríos de montaña y arroyos de Columbia Británica para desovar en la primavera (boreal) antes de morir.

Luego de nacer, los pequeños salmones, que miden unos pocos centímetros, recorren el camino inverso hacia el océano y se encuentran con los criaderos, donde hay piojos de mar en gran cantidad.

"Rompe el corazón ver cómo estos pequeños y asombrosos peces son destrozados por los piojos de mar", afirmó Norton, quien vive y trabaja en el Archipiélago Broughton, donde 20 grandes criaderos albergan más de un millón de ejemplares.

"Los salmones rosados son una de las últimas fuentes abundantes de alimento natural. Debemos tratarlos como a un tesoro", agregó.

También juegan un papel importante en el ecosistema de la costa oeste. Luego de vivir dos años en el océano, retornan a los ríos donde nacieron para depositar sus huevos y morir.

Muchas especies, entre ellas águilas, osos y zorros, se alimentan de los salmones. También llevan a los bosques restos de los pescados, que al descomponerse enriquecen el suelo.

Nutrientes originados en salmones han sido hallados en hojas de árboles de 2.000 años.

A pesar de que los piojos de mar diezmaron a los peces silvestres en 2001, los propietarios de los criaderos convencieron a las autoridades para que dejaran de lado una prohibición de construir nuevos viveros en mar abierto.

La industria ya tiene planes para expandirse hacia el área virgen del río Skeena, señaló Morton.

La Asociación de Criadores de Salmones puso en duda los hallazgos del estudio de Science, sugiriendo que la declinación en el número de ejemplares es una fluctuación normal en la población, que también ocurría antes de la instalación de los viveros en 1987.

Esta organización empresarial señaló que utilizan un efectivo pesticida para controlar los piojos de mar y que expertos designados por el gobierno encontraron menos de tres de esos parásitos por cada salmón adulto.

Morton, sin embargo, destacó que se requiere sólo uno para matar a un salmón rosado joven, ya que todavía no tienen escamas. Cada piojo de mar hembra puede depositar en el mar 1.000 millones de larvas, agregó.

También cuestionó el empleo de pesticidas por su potencial impacto en el ecosistema marino. La solución sería realizar la cría en un sistema cerrado, lo que permitiría a la industria disponer de sus deshechos sin arrojarlos al mar.

Luego de años de ignorar el problema, un informe del gobierno provincial de Columbia Británica recomendó en mayo de 2007 realizar ese cambio en un plazo de cinco años.

"Si la industria argumenta que es muy costoso, lo que está diciendo en realidad es que el ecosistema debe continuar pagando el precio", afirmó Daniel Pauly, director del Centro de Piscicultura de la Universidad de Columbia Británica.

Morton cree que probablemente el público tenga que dejar de consumir salmones criados artificialmente y seleccionar en los comicios locales a candidatos comprometidos con la misión de impedir la extinción de las especies silvestres. "Es triste que debamos ir tan lejos", afirmó.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe