Los cálculos de cantidad de personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) han experimentado una significativa amputación a causa del mayor empleo de métodos avanzados de estimación por parte de las agencias especializadas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El anuncio de la disminución fue interpretado por un experto como una señal de que tres grandes males —el sida, la tuberculosis y el paludismo o malaria— pueden ser controlados y de esa manera alcanzar uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por la ONU.
En efecto, la actualización sobre la epidemia de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida, causada por el VIH) muestra que en 2007 hay 33,2 millones de personas contagiadas. Los datos consignados en la versión anterior de 2006 de esta actualización, arrojaban 39,5 millones infectados, lo que significa una reducción de 6,3 millones.
Los responsables del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reaccionaron con cautela pues esos datos apenas alteran la gravedad y las consecuencias de la pandemia, opinaron.
Las razones de que las estimaciones publicadas este martes sean mucho menores que las de 2006 se desprenden de la revisión metodológica efectuada por las dos agencias, explicó a IPS Paul Delay, uno de los directores de Onusida.
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La mayoría de las diferencias, 70 por ciento, registradas entre las cifras de 2006 y 2007 provienen de los cambios en las estimaciones efectuadas especialmente en India, pero también en Angola, Kenia, Mozambique, Nigeria y Zimbabwe, precisó Delay.
Las conclusiones deducidas por el Onusida y la OMS subrayan que las diferencias entre los dos informes tienen origen, en gran parte, en los ajustes de las metodologías de medición antes que en las tendencias de la misma epidemia.
Sin embargo, el director ejecutivo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, Michel Kazatchkine, observó a IPS que el informe divulgado por las dos agencias de la ONU muestra reducciones en las nuevas infecciones entre los jóvenes.
El estudio también pone en evidencia que la caída de muertes por sida en el mundo puede atribuirse en gran parte a los crecientes esfuerzos de prevención y de suministro de tratamientos, mencionó Kazatchkine.
Desde que el mundo aportó un drástico incremento de recursos para combatir el sida, la tuberculosis y la malaria "percibimos indicios de que esas tres enfermedades pueden ser controladas", dijo el director del Fondo.
Si continuamos invirtiendo montos sustanciales, podemos ser capaces de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y tenemos grandes oportunidades de ofrecer a nuestros niños un mundo donde esas enfermedades ya no constituyan una emergencia sanitaria, se entusiasmó.
Uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, establecidos en 2000 por una cumbre mundial convocada por la ONU, propugna frenar, en 2015, la propagación del VIH/sida así como la incidencia del paludismo y de otras enfermedades graves, entre las que figura la tuberculosis.
El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, con sede en esta ciudad suiza, es una asociación de gobiernos, sociedad civil, sector privado y comunidades afectadas, dedicada a recolectar y distribuir recursos destinados a prevenir y tratar esas tres enfermedades.
Las cifras de la pandemia de sida obtenidas en la actualización de 2007 no tienen consecuencias para las políticas que se aplican en esa materia, comentó Delay. En cambio, "ese documento sí apunta a la necesidad de concentrarnos en las epidemias locales porque la enfermedad no es igual en todas partes", dijo el experto.
Por ejemplo, ocho países de África subsahariana atraviesan situaciones muy graves que afectan a la totalidad de la población, a uno de cada tres adultos, sostuvo Delay. Ese cuadro es muy diferente del que presenta un país donde el VIH se restringe prácticamente sólo a las personas que se inyectan drogas, agregó.
Es necesario conocer la epidemiología local y apuntar a la prevención y a los tratamientos adecuados a esas características, antes que pensar que el sida es lo mismo en todo el mundo, reflexionó.
El informe de actualización comprueba que cada día se contagian de VIH en el mundo más de 6.800 personas, y más de 5.700 mueren en el mismo lapso de sida, en la mayoría de los casos a causa de acceso inadecuado a servicios de prevención y de tratamiento con medicinas antirretrovirales, que reducen la mortalidad.
Con ese dato de base, el documento concluye que la epidemia se mantiene como el desafío más grave para la salud pública de entre todas las enfermedades infecciosas.
Sin embargo, el Onusida y la OMS encuentran en la investigación algunos elementos alentadores, como el hecho de que la prevalencia de VIH, o sea la frecuencia de nuevos casos, se mantiene al mismo nivel a pesar de que el número de personas con el virus aumenta a causa de la acumulación de contagios y de mayores períodos de supervivencia en poblaciones de crecimiento continuo.
En países determinados se verifican reducciones localizadas de la prevalencia, que se obtiene dividiendo el número de casos por el número de la población en un momento dado. Y en el mundo, también se aprecian disminuciones en la cantidad anual de nuevas infecciones de VIH.
El examen de las tendencias mundiales y regionales permitió a los investigadores del Onusida y la OMS describir dos patrones surgidos de la epidemia.
Uno de los modelos identifica las epidemias generalizadas expandidas por lo general en muchos de los países de África subsahariana, especialmente en el extremo sur del continente.
La segunda visión alude a las epidemias en el resto del mundo, concentradas básicamente entre poblaciones de riesgo, como los hombres que tienen sexo con otros hombres, los consumidores de drogas inyectables y los trabajadores y trabajadoras sexuales y las personas con las que se relacionan.
Más de dos tercios (68 por ciento) de las personas con VIH viven en África subsahariana, la región donde se registran más de tres cuartas partes (76 por ciento) de los decesos por sida.
En total, 1,7 millones de personas habrán sido contagiadas en esa región al cabo del año, con lo cual la cantidad total de contagiados se elevará a 22,5 millones.
En Asia, la epidemia declina en Camboya, Birmania y Tailandia, mientras aumenta en Indonesia, especialmente en la oriental provincia de Papua, y en Vietnam. En total, en Asia hay 4,9 millones de personas contagiadas.
En Europa oriental y de Asia central se registraron 150.000 nuevos casos de VIH, con lo cual la cantidad de infectados subió a 1,6 millones. La mayoría de esos contagios se verificaron en Rusia (66 por ciento) y en Ucrania (21 por ciento).
La epidemia se mantiene estable en América Latina donde la transmisión de VIH continúa entre poblaciones de alto riesgo. Se estima que los contagios ascenderán este año a 100.000 para alcanzar a 1,6 millones de personas afectadas.
En América del Norte y Europa occidental y central se registran unos 2,1 millones de casos, de los cuales 78.000 fueron nuevos. Esta región se caracteriza por el amplio acceso de los pacientes a los tratamientos con antirretrovirales.