Personas con VIH/Sida en toda Asia podrían beneficiarse de una campaña que busca ampliar las políticas públicas contra la enfermedad y hacer énfasis en programas de nutrición como parte del tratamiento.
Algunos países en Asia meridional y sudoriental son conscientes del vínculo entre nutrición y sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), pero "no hay planes formales a niveles nacionales", dijo Randa Saadeh, científica de la División de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Lo que se ha hecho es muy escaso", añadió.
"Si no incluimos la nutrición en nuestras respuestas, estaremos perdiendo algo en nuestra forma de atención", explicó Saadeh a IPS al término de una reunión en Bangkok la semana pasada destinada a discutir medidas contra el sida para 2009.
"Esta es la primera vez que esta región es vista como un objetivo. Queremos que los gobiernos adopten posturas firmes sobre este punto para encontrar una solución", indicó.
La ausencia de esas políticas tiene más que ver con la "falta de conciencia sobre la relación clave entre el VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida, causante del sida) y la nutrición", dijo Nigel Rollins, profesor de salud maternal e infantil en la sudafricana Universidad de Kwazulu-Natal. "En África, tomó 20 años que las personas fueran concientes de esta relación".
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Programas nutricionales son vitales en las campañas contra el VIH/Sida, que incluyen además medidas de prevención, esfuerzos contra la transmisión de madre a hijo y atención a los pacientes que reciben medicamentos antirretrovirales.
"Por lo general, las poblaciones con inseguridad alimentaria son las más vulnerables al VIH. La desnutrición tiene un impacto en nuestro sistema inmunológico, lo que nos convierte en más susceptibles a enfermedades como la malaria o el sida", dijo Rollins a IPS.
Esta campaña liderada por la OMS en Asia está inspirada en una reciente iniciativa para lograr cambios en África subsahariana, región epicentro de la pandemia del sida. La campaña africana fue lanzada luego de una resolución aprobada en la Asamblea Mundial de la Salud el año pasado en Ginebra.
Esa resolución formalmente reconoce el vínculo entre la nutrición y la enfermedad. El texto llama a los gobiernos a hacer de la nutrición "una parte integral en su respuesta al VIH/Sida".
Estudios sobre las cuatro millones de personas con VIH/Sida en la región realizados en 2006 revelaron que la desnutrición era un problema para muchos. "Los altos índices de desnutrición persisten en la región, y la alimentación es con frecuencia identificada como la necesidad más inmediata y crítica de las personas que viven con VIH". Según la OMS, la compleja relación entre nutrición, VIH y sida se refleja en la energía única que necesitan las personas que sufren la mortal enfermedad. "La evidencia indica que las personas con VIH tienen más necesidad de energía que las que no tienen el mal", señaló el organismo.
Adultos o niños con VIH necesitan 10 por ciento más de energía. "Los que están en etapas avanzadas necesitan entre 20 y 30 por ciento más de energía para mantener el peso del cuerpo. Los niños con VIH que pierden peso necesitan entre 50 y 100 por ciento", indicó la OMS.
La desnutrición además perjudica el crecimiento de los niños y niñas con VIH. "Infecciones como la diarrea demandan una carga adicional de energía y nutrientes. El escaso crecimiento de los niños está directamente relacionado con el riesgo de mortalidad infantil", añadió
Igual de vulnerables por la desnutrición son las madres con VIH, pues "mantienen su estatus nutricional antes y durante el embarazo y la lactancia".
De hecho, los participantes de la reunión de Bangkok, que congregó a enfermos de VIH/Sida, expertos, donantes y funcionarios de las agencias de la Organización de las Naciones Unidas, también esperan que la campaña convenza a la región sobre los méritos de amamantar, en lugar de substitutos lácteos.
