COMERCIO: Agricultura marca el ritmo

Aunque la participación de los productos agropecuarios en las exportaciones mundiales desciende implacablemente desde hace más de 50 años, superaba 40 por ciento en 1950 y ha caído a menos de 10 por ciento en este siglo, la agricultura mantiene prelación cuando se trata de negociaciones de la OMC.

Esta semana se puso otra vez en evidencia que la marcha del conjunto de las negociaciones de la Ronda de Doha, iniciadas en 2001 por la OMC (Organización Mundial del Comercio), depende rigurosamente de lo que ocurre en los debates sobre la liberalización agrícola.

Por eso, toda discusión sustancial sobre la reducción de aranceles industriales, un rubro denominado en la OMC como Negociación sobre el acceso a los mercados para los productos no agrícolas y más conocido por su sigla en inglés NAMA, ha quedado postergada hasta fines de este mes, cuando puede haber alguna indicación de la suerte de las negociaciones agrícolas.

La agricultura vuelve a debatirse la semana venidera, con perspectivas inciertas a pesar del optimismo que ha dejado entrever en las últimas semanas el presidente del comité de negociaciones agrícolas, Crawford Falconer.

Como podía descontarse por la posición que ocupa, el propio director general de la OMC, Pascal Lamy, aseguró el jueves que ya comienza a verse "alguna luz al final de las negociaciones de agricultura y de mercancías industriales".

Con todo, la única certidumbre es la imposibilidad de discutir en NAMA la fórmula para reducir los aranceles industriales, por lo cual las negociaciones se concentran únicamente en otros aspectos no cuantitativos.

En esas condiciones, "no creo que vayamos a mostrar flexibilidad alguna pues no ocurre nada todavía en agricultura como para que se justifiquen concesiones en NAMA", comentó a IPS un negociador de un país en desarrollo que pidió reserva de su nombre.

El presidente del comité de negociaciones sobre NAMA, Don Stephenson, acepta tácitamente que sería más práctico que las negociaciones agrícolas se adelantaran, dijeron fuentes de esas negociaciones.

Falconer y Stephenson presentaron en julio pasado borradores de proyectos sobre las modalidades de las negociaciones de agricultura y NAMA. Esos textos proponen las maneras en que se encauzará la última parte de la negociación, cuando las partes discutan las concesiones cuantitativas que están dispuestas a concederse.

En una primera reacción, el texto de Falconer cuenta con la aquiescencia de una buena parte de los 151 Estados miembros de la OMC, sin despertar desaprobaciones rotundas. En cambio, la iniciativa de Stephenson mereció reparos en algunos casos insalvables.

Las divergencias comienzan en el mismo origen del documento. Las fuentes cercanas a la negociación sostuvieron que el texto "refleja un compromiso entre las posiciones de los Estados miembros y es una búsqueda de equilibrio" entre los diferentes intereses que compiten en esa actividad comercial.

Sin embargo, el negociador consultado por IPS dijo que esa interpretación "está equivocada". Ni siquiera "el propio presidente lo dice en su documento", aseveró.

"Nuestra visión no coincide con eso", agregó. "No creemos que refleje un compromiso ni tampoco una posibilidad, simplemente se limitó a cortar al medio las diferencias como si eso fuera suficiente para lograr un acuerdo", protestó el negociador.

Con todo, Stephenson reivindica el alentador clima de flexibilidad y apertura que ha advertido en los debates sobre otros temas incluidos en la misma negociación.

Por ejemplo, grupos de países que disienten profundamente en cuanto a las reducciones cuantitativas de los aranceles industriales, restablecieron la armonía para propiciar un mecanismo que puede solucionar los diferendos sobre los obstáculos no arancelarios, las barreras del tipo de cuotas de importación, de restricciones estacionales o de normas de origen, entre otras.

La idea ha sido auspiciada por miembros como Canadá, la Unión Europea, el grupo NAMA 11 de países en desarrollo defensores de una mínima reducción de aranceles, el Grupo Africano, el Grupo de Países Menos Adelantados, Noruega, Nueva Zelanda, Pakistán y Suiza.

El proyecto propone establecer un mecanismo simple para resolver las diferencias que surjan por los casos de obstáculos no arancelarios que no implique recurrir al Entendimiento de Solución de Diferencias (ESD), uno de los acuerdos de la creación de la OMC en 1995, que instrumentó el funcionamiento de un virtual tribunal internacional para el sistema multilateral de comercio.

Al eludir el ESD, los Estados parte limitarían las erogaciones astronómicas que esa jurisdicción demanda, principalmente en contrataciones de despachos de abogados internacionales, y reducirían el tiempo de los litigios.

La iniciativa, originada en una idea de India y la Unión Europea, permitiría accionar legalmente a los países en desarrollo, que con mucha frecuencia se constriñen a causa de la complejidad jurídica y del costo del procedimiento tradicional.

El mecanismo funcionaría con un sistema de pedido de información sobre el obstáculo no arancelario que perjudica a la parte actora. En caso necesario, una segunda etapa llevaría eventualmente a solicitar la intervención de un facilitador, con la misión de buscar una medida que satisfaga al Estado miembro que implantó el obstáculo no arancelario sin crear tanto perjuicio a la parte demandante.

Estados Unidos, que ha cuestionado la necesidad de ese mecanismo, presentó un proyecto de reformas a la iniciativa original que ha sido rechazado por otros miembros, quienes entienden que desvirtuaría el objetivo inicial de la propuesta.

La delegación estadounidense teme convertirse en el blanco principal de ese mecanismo y, en particular, que todas las medidas antidumping que aplica se le reviertan. Los países recurren a las acciones antidumping cuando estiman que otras partes comerciales apelan a esa medida desleal, el dumping, que consiste en exportar a valores inferiores a los costos de producción interna.

La iniciativa podría introducir una profunda innovación en la solución de diferendos en la OMC, pero su adopción no será fácil, estimó la fuente. Los Estados discuten el alcance de ese mecanismo y los tipos de productos que podría abarcar, explicó la fuente. (FIN/IPS/pc/dcl/wd wt if dv pn /07)

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