El recalentamiento planetario ha sido comparado con el descarrilamiento de un tren a baja velocidad, en el que los pasajeros ignoran felices la catástrofe que se aproxima.
La marcada reducción de la masa de hielo en el Ártico y varios estudios difundidos este mes, según los cuales océanos y selvas tropicales absorben menos cantidad de las crecientes emisiones de dióxido de carbono, indican que el tren toma cada vez mayor velocidad.
"El recalentamiento ya es una realidad de nuestras vidas. No se trata de algo que deberán enfrentar las futuras generaciones", dijo Ted Scambos, investigador del Centro Nacional de la Nieve y el Hielo con sede en la ciudad de Boulder, Estados Unidos.
Los ecosistemas que absorben las emisiones de carbono se vuelven inadecuados para cumplir acabadamente con esa función más rápido de lo esperado, señaló Scambos a IPS.
La concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera se está incrementando a una velocidad que no puede ser explicada sólo por el crecimiento económico de China e India.
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La razón es la pérdida de eficiencia de los "sumideros de carbono" que absorben las emisiones en los océanos y en tierra, señalaron investigadores en la revista de la Academia Nacional de Ciencias.
Alrededor de la mitad del CO2 resultante de las actividades humanas es absorbido por "sumideros" naturales como los bosques, otras formas de vegetación y los océanos. Pero este nuevo estudio revela que su eficiencia se ha reducido significativamente durante el último medio siglo.
Corinne Le Quéré, investigadora del clima del British Antarctic Survey, ya había señalado a IPS en mayo que los vientos más intensos originados en los océanos australes por el recalentamiento eran responsables por la menor absorción de CO2 desde 1981.
Esos vientos agitan el agua del océano y, en consecuencia, una mayor cantidad de dióxido de carbono disuelto es llevado desde la profundidad a la superficie, lo que tiene como resultado una menor absorción. También provoca que el agua se vuelva más ácida, con amenazas para los corales y otras formas de vida marina.
"Dependemos de esos sumideros. Esto significa que es más urgente que nunca reducir las emisiones", dijo Le Quéré.
Los océanos también se están calentando y esto reduce su capacidad de retención de carbono, advirtió Scambos. Aguas más templadas del Pacífico norte se está volcando en el océano Ártico y ésta es una de las causas principales que explican la pérdida de hilo que se registró en el verano (boreal).
Por primera vez desde que se tenga memoria, el legendario Paso del Noroeste, que une los océanos Atlántico y Pacífico, estuvo libre de hielo.
Aunque el hielo en el Ártico se reduce temporalmente cada verano, este año la pérdida superó en 2,6 millones de kilómetros cuadrados las registradas en el pasado. Esto superó todas las proyecciones científicas, incluso las que planteaban los peores escenarios, dijo Scambos.
Probablemente representa el advenimiento de una nueva era de recalentamiento acelerado en las próximas décadas, con la perspectiva de que el Ártico se encuentre completamente libre de hielo dentro de 10 años, agregó.
Los océanos más cálidos están estadísticamente correlacionados con cuatro de las cinco mayores extinciones de especies en los últimos 520 millones de años, según un estudio publicado este miércoles en Proceedings of the Royal Society, revista británica especializada en las ciencias biológicas.
La Tierra se encuentra en camino de alcanzar ese punto que desencadena el proceso de extinción en aproximadamente 100 años si no se reducen las emisiones de gases invernadero, pronosticó Peter Mayhew, de la Universidad de York, Gran Bretaña.
Otra serie de estudios publicados este mes por la revista New Scientist señalan que las selvas tropicales parecen haber perdido su capacidad para absorber CO2 a causa del calentamiento.
En todo el mundo, desde el Amazonas hasta al archipiélago indonesio, el crecimiento de los árboles se está desacelerando.
Las temperaturas más altas, especialmente durante la noche, ya habían sido señaladas como un factor que los afectaría, pero nadie había imaginado que ese proceso comenzara hasta que la temperatura mundial aumentara otros 1,5 grados centígrados.
Se calcula que las selvas tropicales absorben 15 por ciento del carbono resultante de la actividad humana y son consideradas vitales para evitar un catastrófico cambio climático.
El problema no es sólo el aumento de la temperatura, sino que las plantas deben vivir con mayores niveles de CO2.
Científicos del Instituto Smithsoniano informaron de un incremento de entre 50 y 100 por ciento de las lianas en el Amazonas en los últimos 20 años. Pero absorben mucho menos carbono que los árboles de madera dura de crecimiento más lento e incluso los matan prematuramente.
La consecuencia de la menor capacidad para absorber las emisiones de carbono es que la temperatura mundial promedio aumentará más rápidamente.
Probablemente alcancen el punto máximo de las previsiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, que advirtieron de un incremento de entre dos y 4,5 grados centígrados si se duplicaba el nivel de CO2.
Las consecuencias son impredecibles.
Cuando la temperatura aumente cerca de cuatro grados centígrados, las condiciones en el planeta serán tan diferentes que resultará imposible determinar cuándo se detendrá el re calentamiento y qué impacto tendrá, escribieron Myles Allen y David Frame, de la Universidad de Oxford, este mes de la revista Science.
"El futuro se ve mal si los océanos y las selvas retienen menos carbono. La única esperanza reside en una marcada reducción de las emisiones. Si millones de personas presionan para lograr ese objetivo, los cambios podrían producirse de manera muy rápida", dijo Scambos.
"Mi mayor temor es que por no actuar con la celeridad necesaria no tengamos luego los recursos para hacer otra cosa más que mantener nuestras cabezas fuera del agua", concluyó.