AMBIENTE-UE: Envenenado debate sobre pesticidas

Miembros del Parlamento Europeo proponen reducir el empleo de pesticidas a la mitad en el término de una década para disminuir la cantidad de químicos peligrosos en el ambiente.

Alrededor de 40 por ciento de las frutas y vegetales que se venden en la Unión Europea (UE) podrían contener residuos de pesticidas, cuya concentración superaría el límite autorizado en cinco por ciento de los casos, según organizaciones ambientalistas.

La Red de Acción Europea contra los Pesticidas ha señalado que los niños y niñas son los más vulnerables. Se estima que el riesgo es 164 veces más alto que en el caso de los adultos frente a los químicos que se emplean rutinariamente en la agricultura.

La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, recomendó en julio la actualización de una ley de 1991 que regula el uso de pesticidas y señaló que debían introducirse restricciones.

Aunque algunas de esas recomendaciones fueron en general bien recibidas en el Parlamento Europeo, por ejemplo la referida a una prohibición parcial de las fumigaciones desde el aire, algunos eurodiputados reclamaron medidas más drásticas durante un debate el lunes.
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La Comisión de Ambiente exige que se adopten metas de cumplimiento obligatorio, que reduzcan el uso de químicos en 25 por ciento en un plazo de cinco años y en 50 por ciento para 2017.

Hiltrud Breyer, eurodiputada alemana del Partido Verde, señaló que Europa utiliza 260.000 toneladas de pesticidas al año, un cuarto del consumo mundial, aunque sólo cuenta con cuatro por ciento del total de tierra dedicada a la agricultura.

"Deberíamos mostrar la tarjeta roja a las sustancias peligrosas, como las que pueden provocar cáncer. Los europeos no quieren veneno en sus mesas", afirmó.

Breyer, quien preparó la posición oficial del comité ambiental frente a la propuesta de la Comisión Europea, también reclama acciones más severas para proteger el agua. Cree que se deben tomar medidas para garantizar que no se utilicen pesticidas a menos de 10 metros de los cursos de agua.

El eurodiputado danés Jens-Peter Bonde coincidió con esa propuesta. "Afortunadamente tenemos agua pura subterránea", por lo que es más seguro beber el agua del grifo que la embotellada. "Apoyo esa prohibición porque no quiero que la contaminen", señaló.

Otros legisladores, sin embargo, consideran que esa zona de protección de 10 metros es excesiva. El eurodiputado holandés Johannes Blokland indicó que plantearía un problema para los agricultores de su país, por la cercanía de gran parte de las tierras a los cursos de agua. "No podrían utilizarse pesticidas en más de un tercio de las mismas", dijo.

Sus compatriotas coinciden. La socialista Dorette Corbey indicó que los gobiernos nacionales deberían ser los que determinen la extensión de la zona de protección y el liberal Jan Mulder consideró que adoptar una de 10 metros "sería un desastre para Holanda, entre otros países".

El eurodiputado conservador británico Neil Parish afirmó que el herbicida Roundup puede ser utilizado cerca de ríos y arroyos sin efectos nocivos.

El comisario europeo de Ambiente, Stavros Dimas, dijo que apoyaba la idea de introducir una zona de protección, pero se manifestó a favor de dejar que cada país miembro de la UE determine su extensión.

Dimas señaló que las leyes europeas sobre pesticidas se centraron en colocarlos en el mercado, pero que quedó un "vacío legislativo" sobre las formas de utilizarlo que debe ser llenado.

Aunque coincidió con la idea de establecer límites a las fumigaciones aéreas consideró que una prohibición total sería "demasiado extrema". "Debemos dar a los Estados miembro cierta flexibilidad", sostuvo.

La eurodiputada democristiana alemana Christa Klass, por ejemplo, señaló que no existe alternativa a la fumigación desde el aire para las zonas viñeras del sudeste europeo.

Dimas descartó asimismo la introducción de un impuesto al uso de pesticidas con vigencia en todos los países de la UE y planteó la necesidad de evaluar las ventajas y desventajas antes de proponer esa alternativa.

La eurodiputada francesa del Partido Verde, Marie Anne Isler Béguin, afirmó que "la industria y los gobiernos dictan nuestra política sobre los pesticidas y esto ha dañado realmente al ambiente y la salud de las personas".

Es necesario, agregó, que los legisladores enfrenten "a la industria química".

La Comisión, por otra parte, propuso dividir a Europa en tres zonas —norte, centro y sur— a los efectos de regular el uso de los pesticidas.

Pero los ambientalistas se oponen a esta idea. Afirman que es equivocado agrupar regiones de clima templado, como la Bretaña francesa, con otras más áridas como Chipre. Ambas pertenecerían a la zona sur, según la propuesta de la Comisión, y por lo tanto un pesticida aprobado para Chipre también tendría que ser autorizado en el norte de Francia.

El eurodiputado socialista danés Dan Jorgensen señaló que en su país hay autorizados actualmente 100 pesticidas, pero que se están dando pasos para reducir ese número a la mitad. Si se aprueba el plan de la Comisión, Dinamarca no podrá evitar la introducción de otros nuevos. "Esto le facilita las cosas a la industria. Es la forma equivocada de enfocar el tema", afirmó.

Jim Allister, un independiente que representa a Irlanda del Norte, también expresó su preocupación. Teme que los campos de golf se vean invadidos por malezas si se reduce el empleo de pesticidas.

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