Los animales salvajes y exóticos no son las únicas criaturas que afrontan una inminente extinción. Muchas variedades de ganado autóctono están en riesgo de desaparecer totalmente en África, Asia y América Latina.
Así lo advierte el estudio titulado "Situación de los recursos zoogenéticos mundiales para la alimentación y la agricultura", presentado el lunes por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El informe detectó una sobredependencia de algunas razas de ganado importadas por Estados Unidos y Europa, entre ellas las vacas Holstein-Friesian, de alto rendimiento lechero, las gallinas ponedoras de huevos Leghorn blancas y cerdos blancos grandes, de rápido crecimiento.
Esta tendencia implica la pérdida de al menos una variedad de ganado autóctono al mes, según el estudio de la FAO.
Desde 1999, cuando comenzaron las investigaciones para el informe presentado el lunes, 2.000 variedades locales fueron identificadas como en riesgo.
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Un ejemplo de sobredependencia en una variedad en particular es la vaca lechera Holstein-Friesian (también llamada Holando o Frisona), blanca y negra, originaria de Holanda, la cual ahora se encuentra en 128 países y en todas las regiones del mundo.
Además, 90 por ciento del ganado en los países industrializados proceden de solamente seis variedades muy específicamente definidas.
Para el informe, al que aportaron el Instituto Internacional de Investigación en Ganadería (ILRI) y otros centros académicos, se analizaron razas ganaderas en 169 países y halló que casi 70 por ciento de las que quedan en todo el mundo se encuentran en el Sur en desarrollo.
Los resultados fueron presentados ante unos 300 políticos, científicos, criadores y cuidadores de ganado en la Primera Conferencia Técnica Internacional sobre Recursos Genéticos Animales, que se celebra en la central localidad suiza de Interlaken del 3 al 7 de este mes.
La FAO propone medidas intergubernamentales para manejar mejor estos recursos. Pero las negociaciones y los procesos políticos insumirán varios años antes de que den frutos. "Mientras hablamos, las razas están desapareciendo. Así que necesitamos actuar ahora", dijo a IPS Carlos Seré, director general del ILRI.
Científicos del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR), organización que apoya al ILRI, exigieron la rápida creación de bancos de esperma y óvulos de animales clave para la supervivencia de la población en el futuro.
"Éste es el primer paso", dijo Seré, quien pronunció el discurso inaugural de la conferencia de Interlaken.
"En Estados Unidos, Europa, China, India y América del Sur hay bancos genéticos bien establecidos que preservan activamente la diversidad ganadera regional", señaló Seré.
"África se quedó con las ganas, y esa ausencia se siente mucho precisamente ahora, porque es una de las regiones con la diversidad más rica y es probable que sea uno de los principales focos de pérdida de razas en este siglo", agregó.
Seré llamó a establecer rápidamente bancos genéticos en África como uno de cuatro pasos prácticos para una mejor caracterización, uso y conservación de los animales de granja para los sistemas de producción ganadera de todo el mundo.
"El costo de establecer bancos genéticos no es demasiado elevado. Es más esencial conseguir apoyo institucional. Así que esto, por cierto, puede lograrse en los países más pobres de África también", explicó Seré.
La conservación del ganado es importante, dado que los países industrializados construyeron sus economías significativamente a través de la producción pecuaria, y no hay señales de que los países en desarrollo sean diferentes.
En todo el mundo, 1.000 millones de personas están involucradas en la cría de animales, y para 70 por ciento de los pobres de las zonas rurales el ganado es clave en su sustento.
"En el futuro inmediato, los animales de granja continuarán creando medios para que cientos de millones de personas escapen a la pobreza absoluta", dijo Seré.
Conservar las variedades ganaderas locales en el mundo en desarrollo es crucial también porque los animales en esos países necesitan adaptarse al ambiente, y no a la inversa.
"Si no hay atención veterinaria, las razas locales pueden sobrevivir, pero no las exóticas o importadas", dijo.
Por ejemplo, el ganado Ankole, nativo de Uganda, podría extinguirse en 20 años porque son rápidamente suplantado por el Holstein-Friesian, que produce mucha más leche.
Pero en una reciente sequía, los criadores de ganado Ankole pudieron desplazarlo largas distancias para acceder a fuentes de agua, mientras que quienes tenían razas importadas perdieron manadas enteras.
Científicos y conservacionistas por igual coinciden en que no se puede salvar todas las especies de granja. Pero el ILRI ayudó a sentar las bases para priorizar los esfuerzos de conservación ganadera en las regiones en desarrollo.
En los últimos seis años, el ILRI elaboró una detallada base de datos, llamada Sistema de Información sobre Recursos Genéticos de Animales Domésticos, que contiene información obtenida en investigaciones sobre distribución, características y estatus de 669 variedades de ganado vacuno, ovino, caprino y porcino, así como pollos autóctonos de África y Asia.
El plan de cuatro pasos propuesto por Seré es una instantánea de lo que la FAO sugiere como plan de acción. Además de establecer bancos genéticos, planteó incentivos de mercado y buenas políticas públicas que alienten al criador a mantener la diversidad.
Una mayor movilidad de las razas ganaderas a través de las fronteras nacionales, así como técnicas avanzadas de mapeos genómicos y geográficos para pronosticar qué variedades se adecuan mejor a qué ambientes, son los otros pasos recomendados para hacer frente a este problema.
El subdirector general de la FAO, Alexander Müller, dijo en la conferencia que el cambio climático también supone una amenaza significativa a las razas ganaderas autóctonas.
"En esta situación, el mundo no puede simplemente adoptar una actitud de seguir como si nada pasara y de esperar a ver qué pasa. El cambio climático significa que ingresamos en un periodo de incertidumbre y crisis sin precedentes, que afectará a todos los países", enfatizó Müller.
"Las opciones que ofrecen estos recursos para mantener y mejorar la producción animal serán de una significación enorme en las próximas décadas. El cambio climático y el surgimiento de nuevas y virulentas enfermedades del ganado subrayan la importancia de mantener la capacidad de adaptar nuestros sistemas de producción agrícola", concluyó.