AMBIENTE-BALCANES: Basura con conciencia

Tras décadas de negligencia, la región de los Balcanes adquiere conciencia ambiental. Pero el manejo de desperdicios sigue siendo un problema grave en Bosnia-Herzegovina, Croacia, Montenegro y Serbia.

Crédito: Eko Forum
Crédito: Eko Forum

«Todos nos apuramos a entrar en la modernidad, en especial Serbia, sin estar preparados para un mundo preocupado por el ambiente», dijo a IPS Dusan Vasiljevic, de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)

«Antes a nadie le importaba. Se puede decir que es bueno ‘comenzar temprano’. Podría haber sido más rápido, pero es otro asunto», señaló Vasiljevic, director del Departamento de Economía y Ambiente de la misión de la OSCE en Belgrado.

La región no tiene conciencia ambiental ni capacidad para lidiar con esa problemática porque las instituciones públicas carecen de voluntad política, organización, legislación, mecanismos adecuados y de fondos suficientes.

«En Serbia se logró superar la mayoría de las dificultades. La situación es mejor que en 2000, pero tiene que seguir por esa senda», dijo a IPS la primera ministra de Ambiente de la era poscomunista, Andjelka Mihajlov.

Ese año fue crucial para este país.

Slobodan Milosevic (1946-2006) cayó en un levantamiento popular tras las devastadoras guerras que llevaron a la disolución de la antigua Yugoslavia en la década del 90.

Su gobierno, de 1989 a 2000, se caracterizó por el aislamiento internacional y la debacle económica.

Desde entonces, el auge de privatizaciones transformó las ruinosas fábricas en centros de producción cuyos desperdicios se tornaron un problema.

«El manejo de la basura es una cuestión muy complicada», señaló Vasiljevic.

Serbia es un país donde «hasta hace un par de años sólo había basurales y vertederos de residuos bajo tierra», relató.

Una forma de deshacerse de los desperdicios sólidos es enterrándolos. Se tiraba y se compactaba la basura y luego se la cubría con una capa de tierra para minimizar los perjuicios ambientales. Algunos mecanismos logran mejor que otros impedir la contaminación de la tierra y las napas freáticas.

Sólo tres de los 29 municipios de Serbia tienen vertederos adecuados. La Estrategia Nacional para el Manejo de Basura prevé que todos tengan el suyo, pero nadie sabe cuándo sucederá.

Ese plan, adoptado en 2003, establece formas de tratamiento adecuado de los desperdicios, como su reciclaje, que no es aún generalizado. Pero más de 150 iniciativas privadas de reciclaje se han implementado en los últimos dos años.

«Al menos no vemos más basurales a lo largo de las principales rutas de país», indicó Mihajlov.

Serbia tiene 7,5 millones de habitantes.

Montenegro, con una población de 650.000 habitantes, se autoproclamó «área ambiental» en 1992, pero hasta ahora no ha hecho mucho por honrar esa denominación.

De hecho, las autoridades emitieron reglamentos por los cuales se pretendió construir una central hidroeléctrica en la zona protegida de Buk-Bijela, en el cañón del río Tara, el segundo mayor del mundo después del estadounidense del Colorado.

La construcción de la represa hubiera destruido gran cantidad de especímenes de fauna y flora autóctona. Organizaciones no gubernamentales de Montenegro, apoyadas por otras de la vecina Bosnia-Herzegovina y Serbia, lograron frenar el proyecto.

Otro ejemplo de la mayor conciencia ambiental en Montenegro es la construcción del primer vertedero de residuos con normas de salubridad adecuadas en la localidad de Lovanja, sobre la costa del mar Adriático, cerca de la ciudad de Tivat.

El vertedero «eliminó docenas de basurales que destruyeron el paisaje de toda la región», declaró a la prensa local su director, Petar Zivkovic.

Tivat se sitúa a la entrada de la bahía de Boka, en un ventoso fiordo sobre la costa del mar Adriático.

Por su parte, el alcalde de Podgorica, Miomir Mugosa, dijo a IPS que «el tratamiento de desperdicios sólidos, en especial los locales, es una de las prioridades de las nuevas inversiones en la capital y en la costa adriática».

Otro problema que preocupa a los ambientalistas es el auge de la construcción en la zona litoral.

Los propietarios, muchos de ellos extranjeros, construyen viviendas y complejos hoteleros inadecuados que producen gran cantidad de desperdicios, a la espera de que la municipalidad los procese.

Croacia prioriza el manejo de desperdicios dado el auge turístico en la costa del mar Adriático, que recibe millones de visitantes al año.

Ese país de 4,5 millones de habitantes construyó 120 vertederos municipales en los últimos años.

Croacia otorgó 106 concesiones a distintas empresas para la recolección y el tratamiento de residuos no tóxicos.

Pero tendrá que invertir otros 10.000 millones de dólares en la protección del ambiente, según una evaluación conjunta del gobierno y del Banco Mundial sobre las posibilidades de ingreso de ese país a la Unión Europea (UE), prevista para fines de esta década.

En Bosnia-Herzegovina no se hizo mucho para proteger el ambiente.

Esa nación despoblada sigue padeciendo las consecuencias de la guerra. El sector industrial es prácticamente inexistente. La falta de acuerdo entre bosnios musulmanes, croatas y serbios impide que se adopte una legislación de protección el ambiental.

Organizaciones no gubernamentales promueven una discusión al respecto, dada la revitalización de varios complejos industriales.

* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).

***** + Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (http://www.osce.org/es/)

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