El arresto en Teherán de Haleh Esfandiari, directora en Washington del Programa de Medio Oriente de Centro Woodrow Wilson, dejó en ascuas a iraníes con ciudadanía estadounidense que viajan con frecuencia entre los dos países.
Esfandiari, de 67 años, es, al parecer, la última arrestada desde 2005 entre numerosos expertos, académicos y activistas radicados fuera de Irán que alientan el diálogo con colegas residentes en el país. La acusación más frecuente es la de espionaje.
El Poder Judicial iraní confirmó el lunes que la académica, arrestada el día 8 en Teherán, fue acusada de violar la seguridad nacional, y que está detenida en el recinto del Ministerio de Inteligencia.
"La investigación es totalmente infundada", dijo a IPS Michael Van Dusen, subdirector del independiente instituto de investigaciones Centro Internacional Woodrow Wilson para Expertos.
"Le dimos a Irán toda la información sobre las actividades del Programa de Medio Oriente y de dónde obtuvo su dinero. Fuimos muy abiertos. No tenemos nada que ocultar", agregó.
Considerando la voluminosa acusación de espionaje contra Esfandiari divulgadas por el periódico conservador radical Kayhan, y la cercanía del diario a los servicios de Inteligencia de Irán, activistas temen que la investigadora haya sido sometida a intensa presión para que haga una falsa "confesión".
"Nuestra experiencia indica que cuando el Poder Judicial y la inteligencia carecen de elementos para demandar a un detenido, las autoridades los acusan de 'actuar contra la seguridad nacional'", dijo a IPS Hadi Ghaemi, investigador de la División Medio Oriente y África Septentrional en la organización Human Rights Watch.
"Es absurdo acusar a la doctora Esfandiari de poner en peligro la seguridad nacional de Irán. Sus actividades son transparentes y ella es una experta de renombre internacional. Poner en prisión a una mujer de su edad por esos cargos es un enorme contratiempo para la imagen internacional de Irán. Deberían liberarla inmediata e incondicionalmente", agregó.
Esfandiari viajó a Irán varias veces en la última década para visitar a su madre, de 93 años. Es reconocida por alentar un análisis más preciso de los actuales cambios sociales y políticos en Irán, y en ese sentido invitó a investigadores iraníes a Estados Unidos.
En su última visita, sus pasaportes fueron "robados". El incidente fue seguido por cinco meses de arresto domiciliario, restricciones a los viajes y extensos interrogatorios. Al final, la arrestaron.
"El alegato de que Haleh actuaba, de algún modo, contra la seguridad nacional de Irán carece totalmente de base", dijo a IPS su esposo, Shaul Bakhash, en un mensaje enviado por correo electrónico.
"La idea de que Haleh Esfandiari, una abuela de 67 años que nunca estuvo involucrada en la política, participe en acciones de amenaza a la seguridad nacional de Irán es verdaderamente absurda", opinó.
"Confío en que las autoridades iraníes se den cuenta de que, sean cuales sean sus suposiciones, en el caso de ella cometieron errores colosales. Es hora de que le permitan a Haleh Esfandiari regresar a su hogar y a su familia", añadió.
Varias fuentes dijeron a IPS que Esfandiari fue urgida a "confesar", situación ya sufrida por otros detenidos que son interrogados diariamente. Por ejemplo, Alí Farahbakhsh, periodista iraní encarcelado durante cinco meses a pesar de la falta de evidencias.
La inteligencia iraní es conocida por las presiones a las que somete a presos políticos. Los interrogadores suelen prometer al detenido la libertad a cambio de una confesión escrita, que a menudo es falsa, y el pago de una abultada fianza.
Si el preso se niega a cumplir con estas condiciones, afronta una larga sentencia de prisión y se le niega el derecho a viajar.
El arresto de Esfandiari fue precedido por un informe promocionado desde la portada del periódico Kayhan que la acusó el 11 de mayo de ser "una agente del servicio de Inteligencia israelí", convertida al judaísmo, que escapó de Irán para vivir en Israel. También la responsabilizó por la supuesta "creación de una red virtual secreta" de periodistas.
Esfandiari es musulmana. Su esposo es judío.
Kayan atacó sus vínculos con periodistas iraníes de Radio Farda y el sitio web iraní Rooz Online, y su participación en la contratación de profesionales de periódicos reformistas para trabajar en República Checa, Estados Unidos y Francia.
También aseguró que integraba el "grupo de presión de Israel" que ayudó a organizar conferencias a las que asistieron el presidente estadounidense, George W. Bush, y la secretaria de Estado (canciller) Condoleezza Rice.
A los iraníes no se les permite viajar a Israel, o tener contacto con ciudadanos israelíes.
El artículo también acusa al esposo de Esfandiari, profesor de historia en la Universidad George Mason de Virginia, de cooperar con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
"Desde octubre de 1964, Shaul Bakhash participó en misiones encubiertas y de entrenamiento en Estados Unidos. Según documentos existentes en los archivos de personal del Instituto Kayhan, Shaul Bakhash estuvo en Estados Unidos hasta 1973", señaló.
Todos estos cargos fueron refutados por Bakhash, pero Kayhan se niega a imprimir su réplica.
Sin embargo, en una carta que circuló entre sitios web iraníes, el profesor Bakhash describió las acusaciones como "llenas de errores, mentiras y tergiversaciones deliberadas".
"Es lamentable que Kayhan, uno de los periódicos más antiguos de Irán y que se ufana de su distinguida historia, permita que en sus páginas aparezca tanta mentira", escribió.
Fragmentos del informe de Kayhan aparecieron, antes de ser impresos por Kayhan, en Raja News, sitio web dedicado a internautas de la facción radical de mano dura cercana al régimen.
En los últimos meses, Esfandiari fue reiteradamente llamada a comparecer ante el Ministerio de Información para responder preguntas relativas a sus actividades profesionales y a sus vínculos.
Parnaz Azima, periodista iraní-estadounidense de Radio Farda, enfrentó problemas similares en los últimos meses, y no logró la devolución de su pasaporte ni viajar fuera de Irán.
La paradoja del arresto de Esfandiari es que esta experta se ha esforzado en crear lazos de solidaridad entre el pueblo de Estados Unidos y el de Irán para evitar malentendidos que puedan conducir a la guerra.
El ex legislador estadounidense y director del Centro Woodrow Wilson, Lee Hamilton, copresidió el Grupo de Estudios sobre Iraq, creado por el Congreso legislativo, que recomendó al gobierno negociar con Irán y rechazó la posibilidad de usar la fuerza militar.
Al parecer, el gobierno iraní no solamente teme a sus ciudadanos que residen en el exterior, sino que también está muy preocupado por los iraníes que viajan a otros países para participar en conferencias o talleres educativos.
En los últimos años, académicos y escritores que viajaron a conferencias financiadas por Estados Unidos o Europa fueron blanco de las suspicacias del gobierno iraní.
Algunos de estos activistas o académicos fueron sometidos a interrogatorio luego de sus viajes, y algunos fueron arrestados.
Estas detenciones se vinculan con la asignación por parte de Washington de 75 millones de dólares a operaciones para "llegar al pueblo iraní".
Luego, el gobierno de Irán anunció la asignación de una fuerte suma de dinero no revelada a "neutralizar" los esfuerzos de Estados Unidos.
* Omid Memarian es periodista y activista de la sociedad civil iraní. Ganó varios premios, incluyendo el de Defensor de los Derechos Humanos, otorgado por Human Rights Watch en 2005. ***** +IRÁN-EEUU: El papel de Europa para solucionar la crisis (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=40896) +IRÁN-EEUU: Posibilidades de diálogo (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=40709) +Centro Woodrow Wilson, en inglés (http://www.wilsoncenter.org/)
(FIN/IPS/traen-js-mj/om/ks/na mm ip hd/07)