CAMBIO CLIMÁTICO: Hasta la Luna se mueve

Una noche, hace unos cuatro años, el abuelo de Lakhan Bibi le dijo que las cosas en su tierra, en el norte de Pakistán, iban a cambiar. «¿Cómo es eso?», preguntó ella. «Mira el cielo. ¿Ves la Luna? Ya no está donde solía estar», respondió él.

Para muchos, puede sonar supersticioso. Pero Bibi, ex pilota de aerolíneas comerciales y joven dirigente de la comunidad indígena kailashi, en las montañas de Hindu Kush, no tiene razones para dudar de la sabiduría de su abuelo.

"Tenía razón. Desde ese momento, las cosas cambiaron", dijo a IPS. "Nunca antes vimos lo que estamos viendo ahora. Nuestros rebaños se escapan. Nuestros hogares quedan enterrados en enormes glaciares."

Ataviada con un colorido vestido kailashi en el recinto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Bibi dijo que con el acelerado derretimiento de los glaciares, su pueblo está cada vez más preocupado por el futuro de sus medios de subsistencia y estilos de vida tradicionales, basados durante siglos en una economía autónoma.

Los nativos del verde y exuberante valle de Kailash, rodeado por algunas de las montañas más altas del mundo —de entre 3.000 y 8.000 metros—, viven allí en proximidad cercana con la naturaleza, que se manifiesta en lagos cristalinos y densos bosques.
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Bibi, delegada ante la sexta reunión del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, que sesiona todos los años, dijo temer que muchas personas de su comunidad puedan verse obligadas a abandonar sus hogares si el mundo no toma medidas urgentes y prácticas para mitigar el impacto del cambio climático.

Muchos nativos murieron o fueron heridos a causa del derretimiento y colapso de glaciares en los últimos años. "Eso nunca antes había ocurrido, porque sabían cuándo iba a pasar. Pero ya no. Los glaciares caen muy frecuentemente. En el pasado era diferente", dijo.

Expertos en biodiversidad de la ONU dijeron que los problemas ambientales son demasiado reales, y que áreas muy elevadas en varias partes del mundo son particularmente afectadas por el aumento de temperatura.

"Una característica común de las áreas muy elevadas es que proporcionan a las comunidades de zonas bajas una fuente vital de agua dulce", señaló un proyecto de documento de la ONU sobre la vulnerabilidad de las comunidades indígenas al cambio climático.

Los glaciares de montaña son importantes para el abastecimiento de agua de lagos y ríos más bajos, y son vitales para la subsistencia y la economía de muchas comunidades.

Investigaciones recientes sugieren que el derretimiento más veloz de los glaciares puede ser el impacto más serio del cambio climático.

Según informes en poder de la ONU, el cambio climático ya ocasionó impactos adversos, lo cual formula "severas dificultades para muchas comunidades indígenas".

Bibi dijo que su pueblo ha perdido cultivos y animales de los que dependen para su supervivencia.

Pero los nativos de sus montañas, así como en el Himalaya de Asia meridional y en los Andes sudamericanos, no son los únicos perjudicados por la emisión de gases invernadero que alimentan el recalentamiento planetario.

Los expertos dicen que quienes viven en la región ártica, cubierta por nieve, y en pequeñas islas están amenazados de igual manera.

Según investigadores, en la cordillera de los Andes y en el monte Kilimanjaro de África central el repliegue de los glaciares se está acelerando. En febrero, la revista National Geographic informó que algunos glaciares andinos se están derritiendo 10 veces más rápido que hace 20 años.

Líderes indígenas señalan que sus comunidades, para nada responsables por la industrialización que dispara el cambio climático, son las más golpeadas aun sin gozar de sus beneficios. Y el fenómeno los obliga a abandonar sus tierras.

"Es tiempo de frenar la explotación sin sentido de los recursos naturales de la Tierra", dijo Victoria Tauli-Corpuz, nativa de Filipinas y presidenta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, que congregó a más de 1.000 activistas la semana pasada en la ONU.

Científicos que trabajan para el foro mundial ahora reconocen plenamente que el conocimiento tradicional sobre especies de flora y fauna es clave para entender cómo conservar los recursos naturales y proteger especies que son vitales para la supervivencia de vida sobre la Tierra.

"El vínculo entre biodiversidad y conocimientos tradicionales es evidente", dijo Ahmed Djoghlaf, secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica.

Djoghlaf ve la Tierra como "una madre espiritual que no solamente da vida y por lo tanto alimento, sino que también brinda la identidad cultural y espiritual de sus ocupantes".

El manejo sustentable de los recursos a manos de los pueblos indígenas "puede proteger y potenciar" la biodiversidad, afirmó. "Sus culturas y cosmovisiones son, por lo tanto, esenciales en el esfuerzo global para frenar la pérdida de biodiversidad y la destrucción del hábitat natural", concluyó.

La Convención, firmada o ratificada por 190 países, no solo reconoce el significado de los conocimientos tradicionales, sino que también reafirma la necesidad de "respetar" y mantener las innovaciones indígenas.

Aunque aprecian los objetivos expuestos en la Convención, los líderes indígenas están molestos por el hecho de que la Asamblea General de la ONU no haya reconocido su derecho a ejercer pleno control sobre sus tierras y recursos tradicionales.

"Aunque en décadas recientes se concretaron algunos avances en el área del reconocimiento legal del derecho de los pueblos indígenas a la protección de sus tierras, territorios y recursos naturales, en términos prácticos este reconocimiento no se tradujo en la realidad", observó Tauli-Corpuz.

Las amenazas a tierras y territorios indígenas, según Tauli-Corpuz, incluyen extracción de minerales, tala, contaminación tóxica, privatizaciones y proyectos de desarrollo, así como el uso de técnicas de ingeniería genética y el cultivo de semillas transgénicas.

Cuando la Asamblea General de la ONU se reunió en septiembre pasado, muchos tenían grandes esperanzas de que la institución multilateral aprobara el proyecto de declaración sobre los derechos universales de los pueblos indígenas, pero eso no ocurrió.

Aunque ya aprobado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Estados Unidos, Canadá, Australia, entre otras naciones, se negaron a aceptar el texto porque incluía una cláusula que exigía el reconocimiento del derecho de los pueblos indígenas a la autodeterminación.

Los líderes indígenas dicen que a menos que el foro mundial consagre ese derecho, los esfuerzos internacionales para revertir la pérdida de biodiversidad y superar los desafíos del cambio climático serán inútiles porque sus recursos continuarán siendo explotados por corporaciones privadas.

"Por un lado, ellos reconocen nuestro conocimiento tradicional como parte de la solución. Pero ¿cómo podemos compartir nuestro conocimiento sin ejercer nuestro derecho a controlar nuestras tierras y recursos naturales?", expresó a IPS Arthur Manuel, de la Red Indígena sobre Economía y Comercio, con sede en Canadá.

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