PENA DE MUERTE-NIGERIA: La amarga espera

Unos 700 condenados a muerte en Nigeria sufren el terror constante de la inminencia de su ejecución.

"Uno puede ver el miedo en sus ojos. Cuando alguien ha estado esperando su ejecución durante 10 o 20 años, y ve que un extraño se aproxima, de inmediato piensa en que puede ser su verdugo", señaló John Oziegbe, del Consorcio de Recursos Legales en la sudoccidental ciudad nigeriana de Lagos.

Aquellos que visitan la prisión de máxima seguridad de Kirikiri, en Lagos, generalmente para dar asistencia legal a los detenidos, se ven conmovidos por las condiciones de reclusión, dijo a IPS.

"Nadie puede pensar que seres humanos sean mantenidos en esos lugares", afirmó.

En Kirikiri había antes un edificio separado para los condenados a muerte, pero se estaba desmoronando. "La estructura era muy mala, casi colapsa", agregó.
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Funcionarios de la prisión coinciden en que casi todas las 227 cárceles de Nigeria son como Kirikiri.

"Es triste que las condiciones en la mayoría de nuestras prisiones sean deshumanizantes", afirmó Gabriel Oloyede, vicecontrolador general de cárceles, en la inauguración el año pasado de un nuevo hospital carcelario en Abuja.

"La mayoría de las prisiones todavía son brutales y miserables", reconoció.

Pero Oloyede aseguró que se estaban tomando medidas "para mejorar los servicios", entre ellas la construcción de cinco hospitales carcelarios

El funcionario destacó que la mortalidad en las prisiones nigerianas se había reducido de 1.500 casos a menos de 400 anuales.

Por su parte, el ministro de Asuntos Internos, Magaji Muhammed, dijo que el "monstruo" de la superpoblación carcelaria ha sido reconocido por el gobierno.

"Es por esto que el presidente creó varias comisiones para investigar problemas sobre la administración de la justicia y las reformas en las prisiones en general", señaló.

IPS accedió a un documento de la comisión sobre la administración de justicia, según el cual más de la mitad de los 40.000 reclusos que hay en el país ni siquiera han sido juzgados o sentenciados. Algunos esperan ser llevados a juicio desde hace 10 años.

La superpoblación carcelaria que esto causó "no favoreció la eficiente aplicación de programas de rehabilitación e integración", señala.

El sistema de justicia penal en Nigeria está en un estado de "trastorno", añade.

El año pasado, un relator especial de la Organización de las Naciones Unidas informó que la situación en el país era tan caótica que 3,7 por ciento de los archivos de los reclusos se perdieron.

Enfermedades crónicas pero prevenibles, como la malaria, la tuberculosis y la neumonía también están presentes en las prisiones, indica el informe, y la principal causa de estos males ha sido el deterioro de los edificios y la mala dieta carcelaria.

"En la mayoría de las prisiones, los reclusos reciben comidas que no cumplen con los mínimos requisitos alimentarios", indica.

La asignación oficial diaria de alimentos en una prisión ahora se ubica en unos 83 centavos de dólar. En la época de los regímenes militares, antes del regreso al gobierno civil en 1999, era menos de la mitad de esta suma.

Más de 70 por ciento de los 140 millones de habitantes de Nigeria viven con menos de un dólar por día, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

El informe depositó buena parte de la culpa por esta situación en los largos años de negligencia de los sucesivos regímenes militares.

La comisión, que ya presentó su informe al presidente Olusegun Obasanjo, realizó osadas propuestas que podrían transformar drásticamente el sistema penal nigeriano, así como la situación de los condenados a muerte.

La comisión propuso liberar a todos los que han esperado su ejecución por más de 15 años y revisar los casos de los que han estado en esa situación por más de 10, así como de los enfermos.

Al resto de los condenados a muerte, que serían más de 100, se les conmutaría la sentencia por cadena perpetua.

La comisión también sugirió dejar en libertad a los que han estado en prisión durante más de cinco años y cuyos archivos se perdieron.

"Necesitamos una moratoria oficial" de la pena de muerte, dijo a IPS el secretario de la comisión, Olawale Fapohunda.

"Oficialmente, la Constitución permite la pena de muerte, pero estamos intentando ver cómo se puede cambiar la carta magna para conmutar todas aquellas sentencias por cadena perpetua, como se hizo en Sudáfrica", señaló.

La última ejecución oficial conocida en Nigeria fue llevada a cabo bajo la dictadura del general Sani Abacha (1993-1998).

Fue la del ambientalista Ken Saro-Wiwa, ahorcado el 10 de noviembre de 1995 junto con otros ocho líderes de la minoría étnica ogoni, por organizar campañas contra la devastación causada por empresas petroleras en el delta del río Níger.

Mientras la comisión trabajaba, legisladores avanzaron en la discusión de un proyecto para ampliar y modernizar el sistema penal.

Según Fapohunda, la comisión trabaja duramente para que el proyecto sea adoptado en la presente legislatura.

"Fue presentado por primera vez a la Cámara de Representantes en 1999, pero como no fue adoptado en los primeros cuatro años, todo empezó de cero. Queremos asegurarnos de que sea aprobado ahora. De otro modo, el próximo parlamento empezará todo otra vez", aseguró.

Fapohunda dijo que más de 200 de los prisioneros en el pasillo de la muerte podrían beneficiarse de un indulto presidencial para celebrar el Día de la Democracia, el 29 de mayo, cuando se prevé la asunción de un nuevo gobierno.

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