Con la aprobación por parte del gobierno del borrador de una «Estrategia para la Industria del Biocombustible», Sudáfrica entró de lleno a la carrera mundial por la explotación de fuentes alternativas de energía.
El gobierno llamó a los operadores del sector a debatir el borrador, que propone concentrar en los biocombustibles 75 por ciento de las fuentes renovables de energía sudafricanas.
"Los cultivos potenciales para la producción de biocombustibles son el maíz, el azúcar, la soja y el girasol", según una declaración del gubernamental Departamento de Minerales y Energía.
El borrador también indica que el país adelantará "investigaciones para desarrollar otras variedades de plantaciones, de modo de aumentar aún más los niveles de producción", y que "no hay intención de excluir ninguna materia prima".
Sin embargo, las autoridades concentran demasiada atención en el maíz, la caña de azúcar, la soja y otros cultivos tradicionales, dijo Annie Sugrue, de la Unión de Ciudadanos por la Energía Renovable y la Sustentabilidad (Cures), red internacional de organizaciones no gubernamentales radicada en Johanesburgo.
La inclusión del maíz en los estudios "debería ser tratado con más cautela", según Richard Worthington, coordinador del Proyecto Energía Sustentable y Cambio Climático (SECCP). "Algunos estudios indican que el alga también puede servir como fuente de biocombustibles", agregó.
Compañías privadas como Ethanol África han discutido el desarrollo de los biocombustibles, sobre todo los producidos a partir del maíz y el azúcar.
"El maíz y el azúcar son sus negocios, y no quieren correr riesgos usando otros cultivos", evaluó Worthington.
Ethanol África declinó responder a las preguntas de IPS para el presente informe.
Pero Erhard Seile, jefe ejecutivo de la Asociación Sudafricana de Biocombustibles, de la cual Ethanol Africa es parte, contestó por correo electrónico.
"Actualmente tenemos una estrecha comunicación con el gobierno para la elaboración del texto final de la estrategia de biocombustibles, la cual será debatida en el parlamento durante el segundo o tercer trimestre de 2007", indicó Seile.
Sugrue teme que producir biocombustible del maíz pueda afectar la seguridad alimentaria. Este cereal es el alimento básico para 80 por ciento de la población de Sudáfrica.
"Una de las grandes críticas a la producción de biocombustibles es que podría contribuir a la escasez de alimentos", agregó.
La competencia entre cultivos formula inconvenientes nacionales y regionales. En un informe elaborado para organizaciones no gubernamentales sudafricanas, Sugrue escribió: "En Sudáfrica, el maíz, básico en la dieta de más de 80 por ciento de la población y de todos los ciudadanos más pobres, puede ser la materia prima de este tipo de combustibles."
"La conversión de las granjas en productoras de materia prima para los biocombustibles podría ser devastador para la economía y la seguridad. Países como Sudáfrica y Namibia, que tienen escasas tierras cultivables, han logrado una buena producción de alimentos para el consumo nacional que debe ser mantenida", agregó.
Sugrue también señaló que el maíz puede ser difícil de cultivar, pues es vulnerable a la sequía, y las cosechas son deficitarias o presentan sobreproducción de un año al siguiente.
"Podría ser mejor mirar a la industria azucarera, que tiene constantemente superávit, hasta ahora usado para exportación", indicó Sugrue.
La activista reiteró que los ambientalistas están comprometidos en lograr que 10 por ciento de la electricidad de Sudáfrica sea generada por fuentes renovables de energía para 2012, y 20 por ciento para 2020.
El Borrador de la Estrategia de la Industria de Biocombustibles recibió luz verde en diciembre de 2006.
Los biocombustibles también ofrecen buenas perspectivas de aumento de los puestos de trabajo, un asunto importante en un país donde la desocupación está muy extendida.
La producción de biocombustibles "requiere bastante mano de obra. Puede proveer muchos puestos de trabajo: hasta un millón incluyendo los empleos indirectos", aseguró Worthington.