CAMBIO CLIMÁTICO: La ardiente opción nuclear

Varios gobiernos planifican nuevas inversiones en energía nuclear, ignorando la oposición de expertos en ambienta según los cuales esa alternativa no es una solución para producir energía libre de carbono.

Importantes científicos de todo el mundo creen que la emisión de carbono mediante la quema de combustibles fósiles conduce al recalentamiento planetario, y por lo tanto al perturbador cambio climático.

Pero expertos ambientales señalan que la energía nuclear no es una opción válida, pues la condena una tecnología insegura, reducidas reservas de uranio y emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la explotación de esas reservas.

Los gases invernadero, responsables del recalentamiento global, son principalmente dióxido de carbono y metano.

"La energía nuclear no puede ser considerada una alternativa ambientalmente viable para detener el recalentamiento global y el cambio climático", dijo a IPS Ottmar Edenhofer, economista jefe en el alemán Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.

Edenhofer, coautor de la primera parte del Cuarto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) presentado el 2 de febrero, cree que los reactores nucleares terminarán "jugando un rol menor en la agenda energética global".

Hasta ahora, los 435 reactores nucleares de agua liviana operativos en todo el globo producen 17 por ciento de la electricidad mundial, explicó.

"Si consideramos que en las próximas tres décadas la generación de electricidad podría duplicarse, se requerirían unos 400 nuevos reactores nucleares de agua liviana sólo para mantener constante esta cuota de energía nuclear", añadió.

Pero apenas 28 nuevos reactores de agua liviana están en construcción o se planificados en todo el mundo, señaló.

Edenhofer dijo que la energía nuclear puede convertirse en una alternativa solamente si los reactores de realimentación rápida son usados masivamente.

La ventaja teórica de los reactores de realimentación rápida es que generan combustible produciendo más materiales físiles de los que consumen, lo cual mejora la eficiencia y elimina el problema de la eliminación de desechos radiactivos.

Pero la tecnología desarrollada hasta ahora impidió el uso comercial de los reactores de realimentación rápida. Prácticamente todos los reactores de ese tipo probados en el mundo fueron clausurados, o funcionan en alerta constante debido a los reiterados accidentes o las deficiencias técnicas.

Los promotores de la central francesa Super Phenix pretendían producir alrededor de 20 por ciento adicional de combustible del que consume. Pero el reactor nunca funcionó comercialmente, y el gobierno francés ordenó su cierre en 1998.

El reactor costó alrededor de 12.000 millones de dólares, y nunca produjo un vatio de electricidad. El reactor de realimentación rápida japonés Monju tuvo un destino similar. Luego de numerosos accidentes, fue clausurado en 1995.

"En el mundo industrializado no hay consenso para continuar trabajando en tecnología de reactores de realimentación rápida", sostuvo Edenhofer.

Los reactores nucleares pueden ser paulatinamente eliminados sin afectar el consumo si se hacen suficientes inversiones en producción de energía de fuentes renovables, como el sol, el agua, el viento y la energía geotérmica, continuó.

"En 2030, esas fuentes podrían representar hasta 30 por ciento de la producción mundial total de electricidad", agregó.

En una reunión sobre cambio climático y políticas ambientales organizada en marzo por el periódico alemán Die Frankfurter Allgemeine Zeitung, 14 expertos concluyeron que "los reactores nucleares no son de ayuda".

Los riesgos de esa tecnología y de los desechos radiactivos son apenas dos de los problemas que conlleva la energía nuclear. Pero se conocen menos los gases invernadero emitidos en la producción nuclear.

Los científicos Jan Willem Storm van Leeuwen, de Holanda, y Philip Smith, de Estados Unidos, dijeron que las emisiones de dióxido de carbono que se desprenden de la extracción y procesamiento de uranio, usado como un material combustible en todos los reactores nucleares, también conducen al recalentamiento global.

En el documento "Nuclear Power: The Energy Balance" ("Energía nuclear: El balance energético"), publicado en 2005 y actualizado desde entonces, estos científicos dicen que la explotación de las reservas de uranio conducirán al agotamiento de diversos minerales hoy fácilmente accesibles, y en última instancia generarán grandes emisiones de dióxido de carbono.

"Al agotarse los ricos minerales de uranio, la proporción de emisiones generadas por el uso de energía nuclear y las de una planta de quema de gas de la misma red, la capacidad eléctrica aumenta", aseguraron.

Eso vuelve al uso de energía nuclear "desfavorable comparado con simplemente quemar los restantes combustibles fósiles directamente".

Las minas con alta concentración de uranio y de fácil acceso significan menos emisiones. Pero los materiales inaccesibles demandan un mayor insumo de energía para su extracción y preparación.

"A largo plazo, el uso de energía nuclear no nos brinda soluciones" al problema de las crecientes demandas energéticas y las limitaciones impuestas por el calentamiento global y el cambio climático, sostuvieron Storm van Leeuwen y Smith.

Pero en Francia y Finlandia, en ex países soviéticos y en naciones emergentes en desarrollo, como India y China, la energía nuclear continúa siendo considerada una alternativa.

El gobierno francés autorizó un nuevo reactor nuclear el 12 de abril, a ser construido en Flamanville, sobre la costa atlántica, unos 300 kilómetros al occidente de París. Se prevé que el reactor comience a producir para 2012. El costo calculado de instalación de la planta es de 4.300 millones de dólares.

El reactor "realizará una contribución decisiva a la independencia energética de Francia y de Europa, suministrando una electricidad segura y competitiva que no genere gases de efecto invernadero", opinó Pierre Gadonneix, ejecutivo jefe de Electricité, la empresa monopólica de electricidad de Francia.

Pero los ambientalistas dicen que la nueva tecnología puede ser defectuosa. Un reactor finlandés similar en la sudoriental península de Olkiluoto, en construcción desde 2005, fue apodado por los habitantes de la zona como "el desastre nuclear francés", debido a numerosos problemas que postergaron su finalización.

El reactor es construido por el gigante nuclear estatal de Francia, Areva, que también está por construir el nuevo reactor de Flamanville.

Activistas de Greenpeace ocuparon el sitio de Olkiluoto el 4 de abril, para protestar contra los peligros asociados al reactor.

"Desde el inicio de la construcción, a mediados de 2005, han proliferado los problemas, lo que condujo a una demora de un año y medio", señaló el capítulo francés de Greenpeace en una declaración escrita.

Frédéric Marillier, coordinador de asuntos nucleares en Greenpeace Francia, y que además participó en la manifestación en Olkiluoto, dijo a IPS que "solamente en 2006, por lo menos 700 violaciones de la calidad y la seguridad fueron documentadas en el reactor de Olkiluoto reactor. Este proyecto nos da a los franceses un adelanto de lo que nos espera con la construcción en Flamanville". ***** +Protocolo de Kyoto – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/cclimatico/index.asp) +Energía – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/energia/index.asp)

(FIN/IPS/traen-js-mj/jg-ss/wd eu kp nr en/07)

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe