Empresarios e inversores deben dedicarse a seducir a un sector de consumidores casi inexplorado: los 4.000 millones pobres del planeta. Así lo recomienda el Banco Mundial, que identificó en ellos un mercado de cinco billones de dólares anuales.
Se trata, de acuerdo con los cálculos del Banco, de una apuesta mucho más lucrativa de lo que se creía hasta ahora.
"El ingreso anual de los hogares, de cinco billones de dólares, establece la 'base de la pirámide económica' como un mercado global potencialmente importante", aseguró el Banco en un nuevo informe.
La Corporación Financiera Internacional (CFI), brazo del Banco Mundial a cargo de créditos y garantías para el sector privado, señaló que el informe brinda datos precisos sobre el potencial de mercado.
"El mensaje fundamental para la comunidad empresarial es: 'Eh, acá hay un mercado de cinco billones de dólares. ¿Les interesa?", dijo a IPS Allen Hammond, vicepresidente del Instituto para los Recursos Naturales (WRI), centro de análisis que participó en la elaboración del estudio.
"El segundo mensaje es para la comunidad del desarrollo: 'Oigan, ¿qué tiene más sentido: clamar por asistencia o enmarcar todo el alivio de la pobreza en términos de acceso a oportunidades y en atracción de inversiones del sector privado?'", agregó.
Esta es la primera vez que el Banco Mundial mide el tamaño de los mercados según la "pirámide económica" ordenada según ingresos. Los autores analizaron datos sobre ingresos y gastos extraídos de encuestas de hogares en 110 países.
El estudio también alega que los métodos tradicionales de reducción de la pobreza impulsados por el Banco Mundial, basados sobre préstamos y donaciones condicionados, pueden no ser tan efectivos como los "enfoques basados en el mercado".
Esto ocurre principalmente porque, según el informe, el sector privado es más eficiente que los gobiernos a la hora de brindar servicios esenciales a una población de grandes dimensiones.
Funcionarios del Banco esgrimieron el estudio para promocionar nuevamente sus tradicionales recomendaciones a los países pobres: desregulación, apertura a empresas extranjeras, liberalización económica y libre comercio.
"El informe también subraya la necesidad de que los gobiernos trasladen el ritmo de las reformas al entorno operativo y regulatorio, a fin de facilitar los negocios", expresó Michael Klein, vicepresidente de la Corporación Financiera Internacional.
El informe, titulado "Los próximos 4.000 millones: Tamaño del mercado y estrategia empresarial en la base de la pirámide", calcula que estos consumidores empobrecidos constituyen un mercado potencial de 20.000 millones de dólares en el sector hídrico, 158.000 millones en la atención a la salud, 332.000 millones en vivienda, 433.000 millones en energía y 2,9 billones en alimentos.
"Ahora hay suficiente información sobre estos mercados, y suficiente experiencia para justificar una atención empresarial mucho más cercana a las oportunidades", señala el informe, para el cual WRI recibió apoyo de las empresas Intel, Microsoft y Visa y de la Fundación Shell.
El estudio define como pobres a aquellos cuyo ingreso es inferior al equivalente local de 3.000 dólares al año en términos de poder adquisitivo.
Individualmente, no constituyen un mercado atractivo. Por ejemplo, el ingreso de cada pobre promedia menos de 3,35 dólares diarios en Brasil, 2,11 en China, 1,89 en Ghana y 1,56 en India.
"Pero juntos tienen un poder adquisitivo sustancial", indica el estudio.
"La mayoría de las personas que están en la base de la pirámide económica no tienen cuenta bancaria ni acceso a servicios financieros modernos. La mayoría no posee teléfono. Muchos viven en asentamientos irregulares. Y muchos carecen de acceso al agua y a servicios sanitarios, electricidad y atención a la salud básica", continúa.
El Banco afirma que los semilleros de pobreza en Asia, incluido Medio Oriente, representan el mayor de esos mercados potenciales, seguidos por Europa oriental, América Latina y África.
El informe calcula que los 2.860 millones pobres de Asia representan un mercado potencial de 3,47 billones de dólares, mientras que los 254 millones de Europa oriental sumarían 458.000 millones de dólares, los 360 millones de América Latina unos 509.000 millones de dólares y los 486 millones de África unos 429.000 millones de dólares.
Durante mucho tiempo, el Banco Mundial fue acusado por organizaciones humanitarias de usar su influencia para implementar políticas de "desarrollo" que favorecen a corporaciones transnacionales. Este informe parece darles la razón a esas críticas.
La privatización de servicios básicos como la salud y el agua perjudicaron a los más pobres, alegan, por lo que las corporaciones ricas son el último lugar al que acudir en busca de un escape de la miseria.
"El tipo de inversiones que la Corporación Financiera Internacional promueve son las de búsqueda de mercados, que demostraron ser las más dañinas para los pobres. Éstas tienden al parasitismo, pues transfieren ingresos de la población a la empresa, sin habilitar la transferencia de conocimientos, experiencia y capacidad al país", dijo a IPS Aldo Caliari, del no gubernamental Centre of Concern, con sede en Washington.
Además, muchos pobres tienen pocos o ningún recurso, y no se les reconocen sus derechos como consumidores, lo cual los vuelve presa fácil para empresarios inescrupulosos.
"Es problemático ver que una institución pública piense en cómo crear réditos para las compañías", opinó.
Sin embargo, funcionarios del Banco Mundial alegan que el alivio de la pobreza es un beneficio colateral prácticamente inevitable del proceso del libre mercado.
"Este enfoque puede ayudar a enmarcar el debate sobre la reducción de la pobreza más en términos de habilitar oportunidades y menos en términos de asistencia", según el informe.
"Un enfoque basado sobre el mercado pondría en juego un sector privado nuevo y significativo, permitiendo que la asistencia al desarrollo apunte más a los segmentos y sectores para los cuales actualmente no se puede hallar ninguna solución de mercado viable", asegura.