Poco más de un año después de que Jakaya Kikwete fuera electo presidente de Tanzania, su nombre fue manejado como el posible nuevo jefe máximo de la Unión Africana.
Finalmente, el cargo fue para el presidente de Ghana, John Kufuor, para celebrar el 50 aniversario de la independencia de ese país.
Pero el nombre de Kikwete fue muy mencionado en la última cumbre de la Unión Africana, realizada el mes pasado en Addis Abeba, debido a los progresos logrados por Tanzania bajo su liderazgo, y en especial por sus esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para el Milenio.
"Kikwete está interesado en resolver los detalles para alcanzar los Objetivos", dijo Bernard Olayo, especialista en sistemas de salud en el Centro de las Metas del Milenio, con sede en Nairobi, instituto creado por la ONU para desarrollar planes financieros en distintos países destinados a la obtención de las Metas.
Olayo se reunió con Kikwete en enero cuando visitó Tanzania junto a Jeffrey Sachs, jefe del Proyecto del Milenio de la ONU y a cargo de un plan de acción contra la pobreza. Según Olayo, Kikwete mostró siempre disposición a resolver los problemas.
"Cuando se le pidió recientemente a Kikwete que diera un discurso de apertura en un seminario sobre reducción de la pobreza, se negó, pero insistió en participar de todo el seminario", recordó Olayo.
El experto además elogió un programa del gobierno tanzano para garantizar la educación primaria gratis a todos los niños y niñas del país. La matriculación se disparó, gracias a es plan, de cuatro a ocho millones de niños entre 2000 y 2007.
África es un continente con una alta tasa de abandono escolar después de la educación primaria debido a factores como las tarifas y la falta de instalaciones.
Ahora, miles de tanzanos se ven estimulados a continuar sus estudios gracias a un proyecto donde el gobierno ayuda a las comunidades locales de todo el país a construir sus propias instalaciones para la educación secundaria.
"La mejor forma de desarrollar una nación es mejorar el sistema educativo, para que sus ciudadanos puedan tomar su lugar en el mercado mundial", dijo Olayo.
Tanzania tiene muchos recursos a su favor que pueden ayudar en sus esfuerzos por alcanzar las Metas del Milenio.
El país cuenta con una vasta riqueza mineral, que abarca tanzanita, oro y cobre, y es famoso por su producción agrícola, que incluye clavo, café, algodón y té. Varias compañías actualmente se dedican a la explotación petrolera.
Tanzania ofrece un ambiente ideal para las inversiones, gracias a sus bajas tasas a la importación y reducidos impuestos a las ventas de bienes capitales. Todas las inversiones en Tanzania están garantizadas contra la nacionalización y la expropiación.
El gobierno también elaboró una estrategia nacional para el crecimiento y para la reducción de la pobreza, presentada en junio de 2005.
Según un informe del Fondo Monetario Internacional y de la Asociación para el Desarrollo Internacional, Tanzania avanzó en sus esfuerzos para reducir la pobreza, la malnutrición, las desigualdades de género en la educación primaria y la mortalidad infantil, todas ellas Metas del Milenio.
No obstante, necesita más iniciativas para reducir la mortalidad materna.
Detrás de todo estos avances hay un verdadero crecimiento económico. El producto interno bruto de Tanzania creció 6,8 por ciento en 2005, contra 6,7 por ciento en 2003. La industria contribuyó con una expansión de nueve por ciento en 2005.
Sin embargo, la agricultura mostró una pequeña caída de 5,2 por ciento en 2005, y la pobreza todavía es grande en áreas rurales. Muchos campesinos apenas pueden sobrevivir.
"Más de 80 por ciento de la población tanzana depende la agricultura", señaló Josephat Mshighati, coordinador del programa Derecho a ser Oídos, de la organización Oxfam.
"Aunque la salud, la educación y la agricultura tienen una alta prioridad en el plan de crecimiento del gobierno, se necesita todavía más para ayudar a la agricultura. El gobierno debe atender más a este sector, donde los subsidios nacionales se necesitan más", señaló.
En Tanzania, más de 90 por ciento de la fuerza laboral agrícola está conformada por mujeres. Muchas de ellas son madres solteras que mantienen viva la economía rural. No sólo trabajan en sus pequeños pedazos de tierra, sino que además integran la mano de obra en granjas comerciales donde por lo general son explotadas con bajos salarios.
Pero la presidencia de Kikwete ha traído una luz de esperanza al sector agrícola, gracias a un programa de desarrollo del sector que, en nueve años, buscará transformarlo radicalmente para hacerlo más productivo. ***** + Metas del Milenio – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/metas_milenio/index.asp)
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