La cuarta evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) confirmará los peores pronósticos sobre el recalentamiento planetario, su efecto sobre la naturaleza y los ciclos del fenómeno para las próximas décadas.
El IPCC, que integra a cientos de representantes gubernamentales y expertos en la materia, está reunido esta semana en París para revisar el borrador final de su evaluación del recalentamiento y presentarlo al mundo.
El pronóstico según el cual la temperatura promedio del planeta aumentará este siglo entre dos y 4,5 grados centígrados fue confirmado por el panel, creado en 1998 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Los expertos volvieron a atribuir el recalentamiento a la creciente emisión de gases invernadero, en especial el dióxido de carbono, a los que la mayoría de los científicos atribuyen el recalentamiento del planeta.
Un borrador del informe expresa que el recalentamiento antropogénico (por causas humanas) del sistema climático se propagó y puede detectarse en mediciones de temperatura en la atmósfera y los océanos.
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"Es altamente probable que el recalentamiento observado en el último medio siglo no pueda explicarse sin analizar fuerzas externas (actividad humana)", señala el documento.
El aumento de la temperatura, que, según el informe, alcanzaría los seis grados promedio para 2100, podría elevar el nivel del mar con la consiguiente destrucción de poblados costeros, derretir glaciares en el Polo Norte y altas regiones montañosas como los Alpes, y causar sequías y desertificación en otras zonas.
El IPCC alertó que las olas de calor, como la que padeció Europa en el verano boreal de 2003, posiblemente se volverán más intensas, más frecuentes y más prolongadas en las próximas décadas y que las tormentas tropicales y huracanes probablemente sean más fuertes.
También sugiere que los efectos de las emisiones de gases invernadero durarán más. "Las emisiones de dióxido de carbono del siglo XXI contribuirán al recalentamiento y al aumento del nivel del mar durante más de un milenio debido al tiempo necesario para eliminación de ese gas", señala.
La función del IPCC es "analizar, de forma exhaustiva, objetiva, abierta y transparente, la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático provocado por las actividades humanas, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y atenuación del mismo."
El IPCC ya realizó tres evaluaciones, la última de ellas en 2001.
En el borrador de la cuarta evaluación, todos los integrantes coincidieron en que desde ese año, "aumentó considerablemente la confianza en la evaluación de las actividades humanas como factor de cambio climático".
En la ceremonia inaugural de la reunión en París, el científico indio Rajendra Pachauri, presidente del IPCC, dijo confiar en que "se adopten políticas y acciones para afrontar los problemas causados por las emisiones de gases invernadero y el recalentamiento global".
"Espero que este informe impacte a la gente y a los gobiernos para que tomen medidas más serias, pues no podrán hallar un trabajo científico más realista ni más creíble que este", añadió.
En los últimos meses aparecieron varias investigaciones similares en varias partes del mundo, entre ellas una presentada en diciembre por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre cuyos 30 miembros figuran todos los países industriales.
El informe, que mide el efecto del recalentamiento mundial en los glaciares europeos y en las actividades deportivas vinculadas, indica que los años 1994, 2000, 2002 y, en especial, 2003, fueron los más calurosos que se hayan registrado en los últimos 500 años en los Alpes.
El estudio, titulado "Cambio Climático en los Alpes Europeos", advierte que "los modelos climáticos proyectan cambios aun mayores para las próximas décadas, incluida la reducción de la cobertura de nieve, en las alturas más bajas, y de los glaciares, el derretimiento del permafrost en las más elevadas y cambios extremos en las temperaturas y precipitaciones".
El informe de la OCDE también vincula el cambio climático con la emisión de gases invernadero, en especial el dióxido de carbono. Una de las principales fuentes de las emisiones es la quema de combustibles fósiles, como el petróleo, el gas y el carbón y sus derivados.
Si las temperaturas se elevan cuatro grados promedio este siglo, la mayoría de los glaciares europeos desaparecerían y la región se vería golpeada por avalanchas e inundaciones en las zonas montañosas, según el estudio.
De acuerdo con investigaciones del Instituto Central de Meteorología y Geodinámica de Austria, los Alpes soportan hoy ahora las temperaturas más altas de los últimos 1.300 años.
Por su parte, el Instituto Max-Planck de Meteorología, en Hamburgo, Alemania, también concluyó en que las temperaturas globales se elevarán en cuatro grados para 2100.
"Como consecuencia del recalentamiento planetario, el nivel del mar puede subir unos 30 centímetros promedio", señaló el Instituto en septiembre pasado.
Los autores de este informe previeron que "en ciertas condiciones, el hielo ártico se derrita totalmente. En Europa, los veranos serán más secos y cálidos y afectarán a la agricultura. Los inviernos se volverán más calurosos y húmedos. Otra consecuencia del recalentamiento será la aparición de episodios extremos como fuertes lluvias con inundaciones".
Otro estudio, publicado el año pasado por el Consejo Asesor Alemán sobre Cambio Climático, señala que "se está calentando la superficie de los océanos, el nivel del mar se eleva más rápido que nunca, los océanos se tornan cada vez más ácidos y los ecosistemas marinos están en peligro".
Todos estos informes exhortan a reducir las emisiones de gases invernadero, uno de los objetivos del Protocolo de Kyoto, tratado internacional firmado en esta ciudad japonesa en 1997 y en vigor desde el 16 de febrero de 2005.
Bajo ese acuerdo, que forma parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, 35 países industrializados se comprometieron a reducir sus emisiones en al menos 5,2 por ciento para 2012, respecto de las de 1990.
Estados Unidos retiró su firma del Protocolo en 2001, apenas iniciada la primera presidencia de George W. Bush.
El objetivo del protocolo es estabilizar las concentraciones de gases invernadero en la atmósfera "a un nivel que evitaría la peligrosa interferencia antropogénica en el sistema climático".