CAMBIO CLIMÁTICO-CHINA: En la disyuntiva del progreso

Tras la divulgación de un informe de la ONU que vincula inequívocamente las actividades humanas con el cambio climático, los gobernantes de China, el país más populoso, se enfrentan al desafío de equilibrar la prosperidad con el cuidado del ambiente.

La economía de China ha crecido a una tasa anual de dos dígitos en los últimos dos decenios, y se ha convertido en el segundo mayor emisor de los llamados gases invernadero, causantes del cambio climático, detrás de Estados Unidos.

La creciente concentración atmosférica de dióxido de carbono, que atrapa el calor y provoca al recalentamiento global, es provocada por actividades humanas, como el uso de combustibles fósiles, según el informe presentado la semana en París por del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

El mundo tiene apenas 10 años para revertir este fenómeno antes de que algunas partes del planeta se vuelvan inhabitables, alertó.

Aun antes de que el IPCC divulgara su estudio, los gobernantes, empresarios y académicos congregados en el Foro Económico Mundial, en la ciudad suiza de Davos, subrayaron la necesidad de que las economías emergentes, como China e India, tomen medidas urgentes para controlar sus emergentes emisiones de gases invernadero.
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Considerando que China representa una sexta parte de la población mundial, de más de 6.000 millones de habitantes, y que su economía crece a un ritmo promedio de 10 por ciento anual, muchos pronostican un desastre si a ese país se le permite liberar la misma cuota de gases invernadero que las naciones de Occidente durante su período de industrialización.

China depende del carbón para más de 70 por ciento de sus necesidades de energía, liberando grandes toneladas de contaminación. Las crecientes demandas energéticas de su voraz economía impulsaron la proliferación de plantas a carbón, muchas de ellas construidas y operadas sin aprobación gubernamental.

Este país asiático es signatario del Protocolo de Kyoto, único instrumento internacional para la reducción de los gases invernadero, pero por ser una nación en desarrollo no está obligada a recortar sus emisiones durante la primera fase del pacto, que vence en 2012.

Funcionarios de Beijing salieron a defender el desempeño de su país. Hablando ante la audiencia de Davos el mes pasado, el vicepresidente del Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo, Cheng Siwei, subrayó que las emisiones de gases invernadero por habitante de China permanecen por debajo del promedio mundial.

Mientras el ciudadano estadounidense promedio usa 28 barriles de 159 litros de petróleo por año, el chino solamente dos.

"Si se analiza la historia de las emisiones desde 1950 a 2002, se constatará que hemos contribuido con apenas 10 por ciento. ¿Cómo puede decir alguien que somos responsables del problema?", dijo Cheng.

Pero las emisiones de China y de otras economías emergentes de Asia también aumentan más rápido que la de otros países. Según un informe del Banco Mundial divulgado en mayo pasado, China incrementó sus emisiones de gases invernadero 33 por ciento entre 1992 y 2002, mientras que las de India crecieron 57 por ciento en el mismo período.

En su carrera por el crecimiento económico de los últimos 25 años, el gobierno chino ha prestado poca atención a los costos ambientales, lo que ha hecho difícil para Beijing defender sus políticas de desarrollo en los foros internacionales.

Beijing arguye que busca un rápido desarrollo para mejorar el nivel de vida de su población.

El IPCC señaló estar 90 por ciento seguro de que el aumento de las temperaturas del planeta en los últimos 50 años ha sido causado por los humanos.

Mientras, las autoridades chinas reconocen cambios adversos en la ecología del país debido al recalentamiento planetario.

El verano boreal pasado, funcionarios del gobierno chino rechazaron las afirmaciones de que la peor sequía que había sufrido ese país en los últimos 50 años había sido causada por la culminación de las obras de la represa de Tres Gargantas, la mayor del mundo, sobre el río Yangtze.

En cambio, atribuyeron la falta de lluvias, que afectó a más de 17 millones de personas en el suroeste del país, a las transformaciones del clima en todo el planeta.

"Las anormalidades son causadas por el cambio climático en el planeta. No tuvieron nada que ver con la culminación de de las obras en Tres Gargantas", afirmó el director del Centro Nacional de Pronóstico Climático, Dong Wenjie.

Hidrólogos indicaron que el nivel del río Yangtze en 2006 fue el más bajo de los últimos 140 años, lo que amenaza con una grave escasez de agua potable para millones de personas en el centro y occidente de China.

Mientras, cada vez más voces piden a Beijing que responda con medidas concretas a la amenaza del cambio climático.

"Esta crisis de agua fue causada por nuestra industria de tala y el desagüe de los lagos", sostuvo la ambientalista Wang Yongchen, entrevistado por el diario Xinjing Bao.

"Como país, y cada uno de nosotros como individuos, tenemos una parte de responsabilidad en esta tendencia global", añadió.

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