Alexis Kaboré, residente del suburbio de Pissy, en la capital de Burkina Faso, no está conectado a la red de la Oficina Nacional de Agua y Saneamiento. Es que no puede pagarla con su salario, de 60 dólares mensuales, pese a que el precio de la conexión haya bajado.
Por esa razón consume agua de pozo, como otros 1.000 que en los últimos tiempos los cavaron a mano en esta área de las afueras de Ouagadougou, donde la contaminación es altísima debido a los desechos depositados en los servicios sanitarios cercanos, o por excrementos y otros residuos sólidos.
"La construcción de servicios sanitarios en suburbios pobres no respeta estándares", señaló Tidiane Zougouri, director del Laboratorio Nacional del Ambiente.
"La gente convierte pozos viejos y muy profundos en sanitarios", señaló, agregando que esto ocurre pese a que a los vecinos se les permite cavar nuevos pozos. Según funcionarios de medicina preventiva del Ministerio de Salud, a menudo son construidos con paredes inapropiadas que posibilitan filtraciones de agua contaminada con parásitos y desechos.
"Cuando uno analiza, ve que hay una migración de bacterias desde los servicios sanitarios del vecino hacia los pozos cavados a mano en el predio vecino", continuó Zougouri, destacando la elevada contaminación ambiental en Ouagadougou y Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad más importante del país.
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Esto hace que los habitantes de la mayoría de los pueblos frecuentemente contraigan enfermedades vinculadas al agua contaminada, como diarrea y disentería.
"Hay que hacer algo, porque en el hospital hay muchos casos de fiebre tifoidea, diarrea y cólera, lo que muestra que la calidad del agua deja mucho que desear en nuestro país", declaró a IPS Roger Tiendrébéogo, director de medicina preventiva en el Ministerio de Salud.
Tiendrébéogo atribuye la epidemia de cólera de 2005, que afectó a la región central del país, incluyendo Ouagadougou, a la mala calidad del agua. En ocasión de ese brote, se registraron unos 1.050 casos, que también se cobraron 16 vidas.
Según el Informe de Desarrollo Humano 2006, producido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 39 por ciento de la población de Burkina Faso no tiene acceso a una fuente hídrica adecuada.
Apenas 13 por ciento de los habitantes del país tienen acceso a instalaciones sanitarias apropiadas.
Las autoridades intentan concientizar a la población sobre los peligros de vivir en estas condiciones y también ordenan el cierre de pozos contaminados cuando son informadas de su existencia.
Pero el último informe del PNUD subraya la falta de programas nacionales efectivos para mejorar la situación.
La escasez de planificación ambiental en la construcción de viviendas genera preocupación. "Ellos (los funcionarios) urbanizan el terreno que se distribuye sin drenajes; a la gente ni siquiera se le muestra cómo deberían ser construidos realmente los servicios sanitarios", aseguró Zougouri.
Las represas también están contaminadas por desechos, igual que el agua subterránea.
La Oficina Nacional de Agua y Saneamiento subsidia la construcción de servicios sanitarios, cuyo costo mínimo es de unos 200 dólares, según los ingresos de los clientes. Cada hogar debe pagar entre 70 y 80 por ciento de esa suma.
Pero esto todavía está más allá del alcance de muchos. Según el Informe de Desarrollo Humano, 27 por ciento de la población vive debajo de la línea de pobreza, con menos de un dólar por día.
A la luz de esto, la Oficina Nacional de Agua y Saneamiento espera reducir 50 por ciento la contribución de los hogares.
Las autoridades también quieren asegurarse de que haya servicios sanitarios para 70 por ciento de las personas que viven en Ouagadougou y Bobo-Dioulasso, y para entre 50 y 55 por ciento de los residentes de otros pueblos para 2015, fecha indicada para que se cumplan los compromisos de desarrollo para el milenio aprobados en 2000 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A tales efectos, están manteniendo conversaciones con el Banco Africano de Desarrollo para elaborar un proyecto que los ayude a cumplir este objetivo.
Los ocho Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio incluyen reducir a la mitad, respecto de los indicadores de 1990, la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, así como lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la mortalidad materna en tres cuartos.
También combatir la expansión del VIH/sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la malaria y otras enfermedades, generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur y asegurar la sustentabilidad ambiental.
Dentro de este objetivo, una de las metas es reducir a la mitad, para 2015, la cantidad de personas sin acceso al agua potable.