Las voces que reclaman la cancelación de la deuda de los países pobres con las instituciones financieras internacionales resonaron con fuerza en el Foro Social Mundial (FSM), que concluyó este jueves en la capital de Kenia.
Los activistas antideuda que asistieron a esta conferencia masiva de la sociedad civil mundial reclaman la cancelación de 100 por ciento de las deudas, con el argumento de que este lastre sobre el crecimiento económico de los países es "ilegítima".
La premio Nobel de la Paz Wangari Maathai unió su voz a la campaña. "No es ningún secreto que varios de los préstamos fueron concedidos a muchos líderes dictatoriales e irresponsables de África y de todo el mundo, y que ese dinero nunca benefició a aquellos a quienes iba dirigido", dijo, recibiendo una ovación.
"¿Cómo es posible castigar a los pobres ciudadanos, que nunca fueron consultados sobre los préstamos, usados a menudo para oprimirlos, fortalecer al régimen y a las elites y explotar recursos a expensas de la salud, el ambiente y el bienestar de la gente? Esas deudas no sólo fueron mal concedidas, sino que también son ilegítimas", advirtió.
La carga de la deuda de muchos países pobres continúa aumentando en el correr de los años y de sucesivos regímenes.
La deuda de Filipinas aumentó de 599 millones de dólares en 1965 a 60.100 millones en la actualidad, equivalente a 48 por ciento del producto interno bruto de un año, dijo en el FSM el legislador Joel Virado.
El manejo de la deuda ha hundido los presupuestos de los países en desarrollo, según expertos. Los gobiernos carecen de dinero suficiente para pagar servicios básicos como los de educación y salud.
Los medicamentos antirretrovirales están fuera del alcance de millones de personas en África subsahariana, donde viven 64 por ciento de los portadores del virus del sida.
Activistas consideran que la cancelación de la deuda es clave para que África cumpla con los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio.
El coordinador de la filial africana de la alianza mundial antideuda Jubileo Sur, Moussa Demba, la deuda total de África subsahariana asciende hoy a 210.000 millones de dólares, por lo que representa 85 por ciento del producto interno bruto de la región.
"Si se cancela la deuda, África y otras naciones pobres tendrán más soberanía para determinar sus propios caminos de desarrollo, dado que las condiciones de los préstamos dejaron a los países a merced del Norte rico", dijo Demba a IPS.
Entre estas condiciones figuró la privatización, que ha devastado las economías nacionales, sostuvo Demba.
Miles de trabajadores perdieron el empleo y quedaron sin acceso a esos servicios, indica el libro "El Estado, privatización y el sector público en Sudáfrica", presentado en el FSM. "Además, los flujos esperados de inversión extranjera directa y el acceso a tecnologías nuevas no se materializaron."
Jubileo Sur calcula que más de 60 países fracasarán en el intento de lograr la meta de reducir a la mitad la proporción de sus habitantes en situación de pobreza para 2015 si no se cancela la totalidad de la deuda externa.
El año pasado, el Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) acordaron cancelar la deuda de 18 países, 14 de ellos africanos. El Grupo controla el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Pero los activistas antideuda afirman que eso no es suficiente, y reclaman que la cancelación abarque a todos los países pobres del mundo, en especial la deuda ilegítima.
"La deuda ilegítima constituye un préstamo irresponsable del pasado, y es tan importante como la cancelación asegurarnos de que los préstamos sean responsables en el futuro", sostuvo Maathai.
Eso exige un diálogo al respecto entre países ricos y países pobres, así como con instituciones internacionales de crédito, "para que ellas mismas se ajusten a sus proclamados principios de justicia y adviertan cuán ilegítima es la carga de la deuda", agregó.
En Kenia está en curso una iniciativa para llamar al gobierno a responsabilidad por la deuda contraída.
La Red de Alivio de la Deuda Keniata, integrada por varias organizaciones no gubernamentales, intenta obtener los registros para que sean analizados por un equipo de expertos que verificarán cómo se gastó ese dinero y calcularán el porcentaje que ya ha sido pagado.
El coordinador de la Red, Njuki Githetwa, explicó que la campaña incluye un programa de concientización pública sobre las implicancias de la deuda, con el fin de que la ciudadanía presione a los legisladores y al gobierno para promover una ley que suspenda el pago de los créditos ilegítimos. (FIN/IPS/traen-mj/jm/jh/wd af if dv md/07)