De los 71 estudiantes de la clase de Daouda Soulé, sólo 18 son niñas. «El año pasado tuve unas 20, pero aún las que pasaron de grado abandonaron la escuela para quedarse en casa, pese a su gratuidad», relató este maestro de una escuela estatal de Camerún.
Su experiencia no es única. Cuando sólo han pasado dos meses del nuevo año lectivo, hay una notoria falta de niñas en las escuelas, en especial en las tres provincias del norte de este país de África central.
En parte, esa situación es una herencia de la difícil situación de Camerún, que desde mediados de la década del 80 sufre serias dificultades económicas, diezmando el lento progreso que se había hecho para mejorar la educación de las niñas, según varios analistas.
Según la subdirectora del Ministerio de Educación Básica, Justine Ebwelé, los programas de ajuste estructural llevaron a los padres de muy bajos ingresos a interrumpir la educación de algunos de sus hijos. A menudo son las niñas las que se quedan en casa, indicó a IPS.
"Además, esta crisis sacudió el sistema educativo reduciendo de forma drástica el presupuesto operativo. El Ministerio de Educación no logró mantener el estándar de capacitación debido a la ausencia de prestaciones y a la reducción radical de salarios, quitándole así estímulos a los maestros".
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"En Camerún, los varones tienen más oportunidades de ir a la escuela. La inscripción de las niñas en las últimas décadas padeció los efectos de la crisis" económica, coincidió Léonie Mbella, socióloga especializada en educación, de la septentrional ciudad camerunesa de Garoua.
Pero hay algo más que el factor económico detrás de esta situación tal como queda demostrado por las disparidades de género en la matrícula, que persisten a pesar del decreto emitido en 2000 por el presidente Paul Biya, que estableció la gratuidad de la educación primaria, aliviando la carga financiera de la escolarización de las niñas.
La percepción tradicional del papel social de las mujeres también conspira contra su escolarización.
"En Camerún, la influencia combinada de factores históricos, religiosos, económicos y socioculturales dificulta la educación de las niñas", dijo a IPS Josephine Ndinga, profesora de sociología de la Universidad de Dschang.
La educación básica es gratuita, pero aún así algunos padres mandan sólo a algunos de sus hijos a la escuela, dando prioridad a los varones, según Esther Fonkam, de la Coalición para los Derechos de la Infancia, que reúne a organizaciones no gubernamentales.
Irónicamente, habrá que superar el obstáculo que representan las mujeres en la mejora de la educación de las pequeñas.
"Ellas siguen creyendo que la educación de las niñas no es realmente necesaria", señaló Merline Mbang, directora de programa del no gubernamental Foro de Igualdad de Derechos y Oportunidades (FIDO), con sede en Yaoundé. Añadió que el embarazo adolescente tiende a poner un fin a su formación académica.
"Enseguida las consideran adultas, entonces las jóvenes esposas y madres ya no tienen tiempo de aprender. Desde chicas ya se las prepara para su rol de adulta al tener que ayudar a su propia madre con las tareas domésticas".
El Instituto Nacional de Estadística señala que 58 por ciento de las niñas se inscriben en primaria, pero que sólo 37 por ciento completa la formación básica. En cambio para los varones, las cifras son 83 por ciento y 60 por ciento, respectivamente.
El informe publicado el año pasado por FIDO revela una situación similar. Además, muestra que, de los 1,7 millones de menores de edad que ese año no estaban escolarizados, 1,3 millones eran niñas.
Además, más de la mitad de ellas, entre seis y 11 años, no fueron a la escuela el año pasado. Según la Red de Asociaciones de Madres de Alumnos por la Educación de las Niñas, con sede en Garoua, ocho de cada 10 menores de edad que no van a la escuela son mujeres.
El resultado de ello son los altos índices de analfabetismo.
"Aunque la mitad de los cameruneses no saben ni leer ni escribir, esta situación no es igual para ambos sexos: 40 por ciento de los varones son analfabetos contra 60 por ciento de las mujeres", indicó Mbella.
El gobierno camerunés y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) montaron campañas para promover el aumento de la matrícula entre las niñas. Pero no parecen haber dado resultado.
Por ello Unicef anunció otra iniciativa a principios de este mes llamada "Escuelas amigas de los niños, amigas de las niñas", mediante la cual se entregará material educativo por un valor de 524.000 dólares.
Ese programa propicia la concurrencia y culminación de la primaria en menores de edad, en especial de niñas, en las escuelas del norte del país.
La problemática de la escolarización diferencial entre géneros socavará los esfuerzos de este país tendentes a alcanzar uno de los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Milenio, el que se refiere a lograr la educación primaria universal para 2015.
Ocho fueron los objetivos que acordaron los líderes de los países miembro de la ONU, en 2000 en Nueva York, que incluyen además reducir a la mitad para 2015 la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos, según los indicadores de 1990, y promover la igualdad de género.
También prometieron combatir la expansión del VIH/sida, la malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
Otras niñas, como Awa Halimi, se encontrarán con las puertas de las aulas cerradas.
"Se suponía que iba a inscribirme este año, pero mis padres dijeron que no tienen dinero para comprarme los materiales" escolares, dijo Halimi a IPS en Garoua.
"Mi padre me dijo que a partir de ahora mi lugar es la casa y que tiene pensado casarme en la estación de lluvias", relató.