Cientos de activistas y expertos en microcrédito se reunirán en la sudoriental ciudad canadiense de Halifax del 12 al 15 de este mes para explorar nuevas formas de ayudar con pequeños préstamos a los pobres rurales.
El encuentro es la culminación de la primera fase de una campaña internacional lanzada hace casi 10 años por el economista bengalí Muhammad Yunus, premio Nobel de la Paz
Desilusionado con la actitud de la banca comercial hacia los pobres del sector rural, Yunus lanzó en 1997 una campaña mundial ambiciosa para suministrar pequeños préstamos a por lo menos 100 millones de personas, en su mayoría de Asia.
La Campaña de la Cumbre de Microcrédito reconoce que no pudo alcanzar ese objetivo, pero sus impulsores indicaron que ya se beneficiaron 82 millones de personas, principalmente mujeres.
"Estamos un poco retrasados respecto del objetivo. Pero confiamos en que cumpliremos la meta para fines del año próximo", dijo a IPS la portavoz de la iniciativa, Dalia Palchic.
Muchos integrantes de la campaña señalaron que los pequeños préstamos ayudaron a personas que sobrevivían con menos de un dólar por día a iniciar y desarrollar pequeños proyectos empresariales, favoreciendo en forma indirecta también a otras 410 millones más.
Los préstamos, sin garantía, que representan en promedio unos 100 dólares por persona, suelen otorgarse a analfabetos.
El caso de Balkisu Amadu, dueña de un negocio al borde de una carretera de Ghana, es mencionada en el informe anual 2006 de la Campaña, publicada el miércoles. Hace un año, antes de recibir el pequeño préstamo, Amadu solía ganar 81 centavos de dólar diarios.
Ahora percibe unos cuatro dólares por día gracias a su participación en la Oportunidad Internacional del Banco de Inversiones de Ghana, una de las 3.100 instituciones del mundo asociadas a la Campaña.
Respecto del impacto a escala local, los activistas señalaron a Bangladesh como "el mercado más saturado en microcrédito", pues operan en ese país más de 200 instituciones que beneficiaron a 21 millones de personas.
Desde 1976, sólo el Grameen Bank, fundado por Yunus, amplió sus pequeños préstamos a más de seis millones de personas. Los activistas señalan que los microcréditos contribuyeron mucho a reducir la brecha de género en la escolarización primaria.
"Bangladesh ya cumplió con el Objetivo de Desarrollo de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para el Milenio sobre la igualdad de género en la educación primaria y secundaria. Se anticipó 11 años a la agenda", indicó el director de la Campaña Sam Daley-Harris.
Los Objetivos, para 2015, incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, lograr la educación primaria universal, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la mortalidad materna en tres cuartos y promover la igualdad de género.
Además, combatir la expansión del VIH/sida, la malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y crear una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
Daley-Harris mencionó un estudio del Banco Mundial según el cual los microcréditos contribuyeron a reducir 40 por ciento el número de personas en condiciones de pobreza moderada en Bangladesh.
"Esperamos que los investigadores documenten el impacto positivo de los millones de pequeños préstamos" otorgados, señaló Alex Counts, presidente de la Fundación Grameen, que apoya a instituciones de microcrédito en 22 países.
"El resto del mundo está recuperando terreno, pero no lo suficientemente rápido. Estamos viviendo una crisis global de pobreza", añadió.
Según la ONU, en el mundo hay más de 1.000 millones de pobres, mientras otro tanto carece de agua potable y saneamiento.
El impacto de los pequeños préstamos en la vida de millones de personas pobres no sólo consiguió elogios para los promotores, sino que también concitó la atención de la banca.
"Antes ignoraban a los pobres rurales", apuntó Palchick refiriéndose a los grandes bancos comerciales. "Pero algunos comenzaron a interesarse. Por ejemplo el Deutche y el CitiBank crearon sus propios sectores de microcrédito", añadió.
Además de tener éxito en el sector comercial, la Campaña logró influir en el discurso internacional sobre desarrollo. Actualmente, muchas agencias de la ONU e instituciones multilaterales trabajan en conjunto con esta iniciativa.
"El microcrédito contribuye a que los pobres salgan por sí mismos de la pobreza", señaló Lennart Bage, director del Fondo Internacional para el Desarrollo de la Agricultura (FIDA), una agencia de la ONU dedicada a la lucha contra la pobreza rural en el Sur.
Bage, quien se espera encabece uno de los paneles de la Cumbre, añadió que el los pequeños préstamos "resultaron ser especialmente efectivos para que las mujeres asumieran un papel destacado, que suelen ser las principales clientas de las instituciones de microcrédito".
Funcionarios de otras agencias de la ONU expresaron similares conceptos respecto del papel que desempeñan los microcréditos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del foro mundial.
Un grupo de expertos asesores de la ONU se reunirá al día siguiente de terminada la Cumbre para explorar "soluciones innovadoras a la pobreza" mediante más facilidades para acceder a microcréditos y otros servicios financieros.
Ese grupo, que reúne a más de 20 representantes de gobiernos, bancos centrales, agencias reguladoras, instituciones dedicadas al microcrédito, sector privado, sociedad civil, donantes y académicos, se reunió en junio en Nueva York.
Se espera que los asesores mantengan una serie de encuentros el año próximo para subrayar el significado de la financiación accesible para todos en el alivio de la pobreza.
Los organizadores de la Campaña adelantaron sus planes de beneficiar con pequeños préstamos a 175 millones de personas, las más pobres del mundo, para 2015. El objetivo será anunciado en la Cumbre.