DESARROLLO: El mundo tiene agua, pero faltan soluciones

Si la creciente crisis mundial del agua continúa sin solución, la comunidad internacional corre peligro de perder su larga batalla contra la pobreza, el hambre y la enfermedad, advirtió la principal agencia del foro mundial en materia de desarrollo.

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Más de 1.000 millones de los 6.000 millones de habitantes del planeta carecen de agua limpia, advirtió el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre Desarrollo Humano 2006.

"Para algunos, la crisis mundial del agua se refiere a la escasez física", pero sus causas profundas son "la pobreza, la inequidad y las relaciones desiguales de poder, así como las políticas sesgadas de manejo acuífero que exacerban la escasez", dijo el administrador del PNUD, Kemal Dervis.

La palabra "crisis" suele usarse en exceso en cuestiones de desarrollo, pero cuando se trata del agua es el término adecuado, afirmó Dervis, ex vicepresidente del Banco Mundial.

De no atenderse la situación, los avances hacia el cumplimiento en 2015 de los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Milenio se desbarrancarán, sostuvo el funcionario.
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Los Objetivos del Milenio fueron establecidos en septiembre de 2000 por unanimidad en una sesión especial de la Asamblea General del foro mundial, en presencia de numerosos jefes de Estado y de gobierno.

Las ocho metas establecen objetivos claros para la reducción de la pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la contaminación ambiental y la discriminación de las mujeres.

Entre los objetivos con plazo establecido para 2015 figuran garantizar la educación universal de niños y niñas, y reducir a la mitad, respecto de 1990, de la proporción de pobres, hambrientos y personas sin acceso a agua potable ni medios para costearla.

Otras metas establecidos en 2000 por los 189 países que entonces integraban la ONU son promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades y garantizar la sustentabilidad ambiental.

Pero la implementación del programa de los Objetivos del Milenio ha sido lenta y esporádica, en particular por dos razones: la escasez de recursos financieros y la falta de voluntad política.

El Informe sobre Desarrollo Humano 2006 pide unos 10.000 millones de dólares en inversiones anuales para alcanzar los objetivos de acceso al agua potable y al saneamiento, de los que están privados 2.600 millones de personas.

"Parece una gran suma de dinero, pero debe ser puesta en su contexto. Representa menos de cinco días de gastos militares mundiales y menos de la mitad de lo que gastan los países ricos cada año en agua mineral" embotellada, indica el estudio.

El informe de 442 páginas, titulado "Más allá de la escasez: Poder, pobreza y la crisis mundial del agua", indica que este fenómeno no alcanza la portada de la prensa ni galvaniza acciones internacionales concertadas, como sí las guerras y desastres naturales.

Pero se trata de una crisis que retarda el avance de la humanidad y condena a grandes porciones de la población del planeta a la pobreza, la invulnerabilidad y la inseguridad.

El estudio llama a la elaboración de un plan de acción global con el liderazgo del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, Japón y Rusia), "urgentemente necesario para resolver la creciente crisis de agua y saneamiento que causa casi dos millones de muertes de niños y niñas todos los años".

"Cuando se trata de agua y saneamiento, el mundo sufre un superávit de conferencias y un déficit de acciones creíbles", dijo Kevin Watkins, principal autor del Informe sobre Desarrollo Humano 2006.

Anders Berntell, director ejecutivo del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, aplaudió al PNUD por vincular explícitamente el agua y el saneamiento con la mejoría de la condición de vida de la humanidad.

"La falta de acceso de los pobres a servicios de agua y saneamiento básicos no es atribuible a la cantidad de agua disponible en el planeta, sino a los gobiernos e instituciones que no afrontan el desafío", dijo Berntell a IPS.

Los países ricos tienen escaso interés político en priorizar la mejora de estos servicios en su cooperación al desarrollo, agregó.

"¿Qué hay de nuevo?", ironizó el presidente del Centro Tercer Mundo para el Manejo del Agua, Asit K. Biswas, al ser consultado sobre el informe.

Las conclusiones del estudio son bastante obvias, añadió. "Tenemos en nuestras manos una crisis en el manejo del agua y no una crisis de escasez del agua. Hasta ahora, mi posición era minoritaria. Casi todas las agencias de la ONU y el Banco Mundial atribuían en el pasado la crisis a la escasez, ¡y hasta hablaron de guerras por el agua!", agregó.

Tales afirmaciones logran concentrar a los medios de comunicación, pero "son puro escombro" científico, concluyó. (FIN/IPS/traen-mj/td/ks/wd dv md pn he/06)

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