Comunidades tradicionales de África que participan en esta ciudad de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático narraron cómo sus vidas fueron alteradas por el recalentamiento planetario.
"Ya no cazamos como antes. Ni siquiera pescamos como solíamos, porque ya no hay peces y el agua de los ríos y de los lagos se está secando. Hemos quedado como refugiados a causa del clima", indicó a periodistas Anna Pinto, delegada de India.
Según Hussein Abdullahi, de una comunidad del noreste de Kenia dedicada al pastoreo, el clima en esa zona se ha vuelto impredecible, convirtiendo en inútiles los antiguos conocimientos tradicionales sobre el estado del tiempo.
"Antes, los pastores dependían del conocimiento tradicional para predecir el clima. Yo nunca necesité a un meteorólogo para que me dijera cuándo habría lluvia", señaló.
"Antes las ranas me decían algo. Del canto de las aves sabíamos que las lluvias estaban cerca, y entonces nos preparábamos en los buenos tiempos para darles pasto a nuestros animales, para que no sucumbieran ante una sequía", indicó Abdullahi.
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"Pero todo eso es historia, y ahora tenemos que depender de los meteorólogos, y para peor todo lo que ellos nos dicen nunca pasa", añadió.
Abdullahi señaló que el cambio en los patrones climáticos, que derivan en periodos de intensas sequías, obligan a los pastores a abandonar su labor y mudarse a zonas urbanas. Muchos ahora dependen de la ayuda alimentaria para sobrevivir, mientras que otros murieron durante las sequías.
En el norte de Kenia hay pocos servicios públicos, y los residentes deben caminar varios días para obtener agua. Cincuenta por ciento del ganado en esa zona murió como consecuencia de la sequía que azotó la zona en los últimos años, según datos de la Organización de las Naciones Unidas.
La mayoría de científicos coinciden en que el recalentamiento del planeta obedece a actividades humanas, sobre todo a gases liberados por la combustión de petróleo, gas y carbón, el principal de los cuales es el dióxido de carbono.
Esos gases se acumulan en la atmósfera y, por su gran capacidad para retener el calor de los rayos solares, acentúan el llamado "efecto invernadero".
La consecuencia de ese recalentamiento es un cambio climático global con manifestaciones regionales y locales, como el derretimiento de hielos polares y glaciares, la elevación del nivel del mar, sequías, tormentas, huracanes e inundaciones.
Pese a que Estados Unidos genera 25 por ciento de las emisiones de los gases invernadero, el gobierno de George W. Bush retiró la firma que había estampado su predecesor, Bill Clinton (1993-2001), en el Protocolo de Kyoto, único mecanismo internacional contra el cambio climático. Bush arguye que el acuerdo puede afectar la economía de su país.
En Nairobi se celebra oficialmente la segunda Conferencia de las Partes que actúa como Reunión de las Partes del Protocolo de Kyoto (COP/MOP 2) en conjunción con la duodécima sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 12). En el encuentro, desde el 6 de este mes y hasta este viernes, participan unos 6.000 delegados de todo el mundo.
Las naciones pobres que carecen de recursos para afrontar el recalentamiento planetario son las más sacudidas por las transformaciones del clima. Además de las prolongadas sequías, los cambios en el clima causarán inundaciones y muy altas temperaturas, que derivarán en una gran inseguridad alimentaria y escasez de agua.
Un informe de la ONU presentado al comienzo de la reunión reveló que el número de personas muertas y afectadas por desastres en África provocados por el cambio climático entre 1993 y 2002 asciende a más de 136 millones.
"Necesitamos hacer un compromiso (en el cambio climático) para todos los países, incluyendo Estados Unidos", dijo a IPS Jukka Ousukainen, funcionaria del gobierno finlandés.
Finlandia ejerce la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE), bloque responsable de 14 por ciento de las emisiones de gases invernadero en el Norte industrializado.
"La UE no puede por sí sola solucionar el problema climático. Aun si nosotros redujéramos todas nuestras emisiones, no detendríamos el cambio climático", dijo Ousukainen.
Sin embargo, delegados estadounidenses en Nairobi subrayaron que Washington está a favor de reducir los gases invernadero, pero a través de la adopción de tecnologías limpias, arguyendo que esto no afectará la industria ni derivará en pérdida de empleos.
Un puñado de países que apoyan la postura de Estados Unidos promueven el uso de tecnologías limpias y estimulan a las naciones en desarrollo a plantar más árboles para que absorban el exceso de dióxido de carbono.
La estrategia tiene el respaldo de la ambientalista keniata Wangari Maathai, premio Nobel de la Paz, quien se unió al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en una campaña destinada a plantar 1.000 millones de árboles para 2007. La iniciativa fue lanzada oficialmente el 8 de este mes.
"Conocemos la información, conocemos las muestras del cambio climático y le podemos hablar a las personas sobre las sequías e inundaciones. Pero la gran pregunta es, ¿qué vamos a hacer con eso? A menos podemos mitigarlo plantando árboles", dijo a periodistas en Nairobi.
"Cualquiera puede hacer cavar, plantar un árbol y regarlo para asegurarse que sobreviva", añadió.