RELIGIÓN-EMIRATOS: La amenaza de comercializar el Ramadán

Para el Islam, el Ramadán es tradicionalmente un mes de piedad y abstinencia, que señala la revelación de las escrituras coránicas. Pero a muchos musulmanes les preocupa que ahora se convierta en una enorme oportunidad para los negocios en desmedro de la religiosidad.

Aunque el mes de Ramadán (que este año finalizará el día 24) se caracteriza por un ayuno que se extiende desde el amanecer hasta el atardecer, es también un periodo de mayor interacción social, plegarias comunitarias y banquetes suntuosos ("iftar") cuando termina esta abstinencia alimenticia, que las empresas están vislumbrando como gran negocio.

En los últimos tiempos, las firmas llegaron al punto de planificar innovadoras ofertas y promociones para Ramadán, abriendo un debate sobre la comercialización de una tradición sagrada.

"El Islam está en contra de la comercialización de la religión, pero la alienta si conlleva un elemento espiritual o cumple con una causa humanitaria. Lo que importa es dónde uno establece una línea o dónde la cruza", dijo a IPS Ahmed Salem, un erudito religioso residente en Dubai.

Salem citó la peregrinación a La Meca, en Arabia Saudita, como un ejemplo. "Se volvió comercial de varias maneras, pero la mayor parte del dinero es reinvertido en propósitos constructivos y benéficos, diluyendo, por lo tanto, el aspecto comercial".

Ser anfitriones del iftar, especialmente para los pobres, es considerado altamente meritorio, pero los más ricos entre los 1.300 millones de seguidores del Islam celebran fastuosas fiestas y, cada vez más, en el lujoso entorno de hoteles cinco estrellas.

"El mes de Ramadán genera grandes ganancias", indicó Kalyan Karnik, administrador de alimentos y bebidas en un hotel cinco estrellas de Dubai.

"Cambiamos nuestros tiempos para adecuarnos al plan de ayuno de nuestros invitados y ofrecer instalaciones para celebrar iftars o "suhoors" (comidas anteriores al amanecer). También tenemos varias opciones de menú, con alimentos y bebidas especiales que normalmente son consumidos durante este mes".

En Emiratos Árabes Unidos, varios sectores están alterando tiempos y planes empresariales para adecuarse a las necesidades de sus clientes.

Desde hoteles lujosos hasta pequeñas cafeterías en ese país, todo abre luego del atardecer. Se ofrecen tiendas donde se realizan iftars y banquetes, con música tradicional árabe y juegos y opciones de suhoor que están muy lejos de la idea de retiro espiritual y reflexión.

"Alimentar a las personas durante el iftar es definitivamente encomiable. Pero se supone que dar de comer a los necesitados debe ser un acto de caridad", comentó a IPS Tariq Anwar, gerente de ventas en una importante firma de ingenieros en Dubai.

Pero "hoy el iftar tiene más de reunión social, donde las personas se congregan para comer, conversar y a menudo chismorrear", advirtió.

"Durante el Ramadán, uno idealmente debería comer menos, dormir menos y hablar menos, y pasar más tiempo orando y dando gracias. Pero estas fiestas parecen alentar precisamente lo opuesto y, muy a menudo, después de la fuerte ingesta de alimentos y ‘noches que terminan tarde’, uno tiende a dormir más durante el día", agregó.

"También deberíamos recordar que un iftar ideal debería ser una comida liviana, tal vez compuesta por leche y dátiles", sostuvo.

"Los dátiles proporcionan energía instantánea que el cuerpo necesita tras un día completo de ayuno. Pero si uno consume comidas pesadas llenas de frituras y dulces, los beneficios a la salud del ayuno y de consumir dátiles resultan invalidados", opinó.

"No estoy en contra de las reuniones de iftar, pero el propósito de la caridad se perdió en alguna parte. Y con todos los hoteles sacando tajada, la comercialización definitivamente está creciendo", agregó Anwar.

Ahmed Salah, un periodista egipcio residente en Dubai, coincidió con Anwar. "Como todo en el mundo de hoy, los iftars también se están volviendo comercializados. Un acto tradicional de caridad está siendo dominado por empresas con espectaculares despliegues y consumo de alimentos", declaró.

Los banquetes de iftar pueden ser alentados "solamente si tienen un vínculo espiritual", dijo Salem, el erudito religioso nacido en Mauritania.

"Más allá de la cohesión social, las ganancias resultantes de esas reuniones deben cumplir con una causa mayor. De otro modo, el mes de Ramadán no puede considerarse diferente de los otros. Es un periodo en el que uno debe esforzarse por ser diferente al resto del año. Uno no debe derrochar ni desperdiciar; lo mismo puede darse a los necesitados", agregó.

"Siempre se considera 'punya' (méritos acumulados debido a buenas obras o buenos pensamientos) alimentar a otros, especialmente a los necesitados, y ese debería ser el propósito principal. Esas reuniones ayudan a mantener y revivir las relaciones", puntualizó Afsha, una india trabajadora en el hogar que vive en el emirato de Sharjah.

"Hoy en día no tenemos suficiente tiempo para mantener incluso un vínculo padre-hijo. Los iftars y los suhoors nos dan la oportunidad de encontrarnos con viejos amigos, familiares e incluso con los padres, lo que nos recuerda la importancia de esos lazos", añadió.

El sector de viajes no se queda atrás, con ideas innovadoras para atraer clientes durante este mes, cuando habitualmente la gente viaja menos, especialmente en los países del Golfo Pérsico o Arábigo, porque a las familias les gusta pasar tiempo en sus hogares.

Algunas aerolíneas cambian su estilo y horarios para adecuarse a los tiempos del iftar. Varios vuelos a Medio Oriente de las Aerolíneas de Emiratos ahora operan en las noches. Hay vuelos extra a Jeddah, Arabia Saudita, que es el punto de destino de los musulmanes que se dirigen a La Meca para el peregrinaje anual.

"Hemos recibido notificación de varios cambios en los programas y opciones de menú para adecuarnos a los musulmanes que ayunan este mes. Esto definitivamente complacerá a nuestros clientes, especialmente a quienes viajan con frecuencia y tienen que hacerlo pese al ayuno", expresó Mona Al Sayegh, gerenta de una agencia de viajes de Dubai.

Varios comercios también cambiaron sus horarios para garantizar la satisfacción del cliente y a menudo permanecen abiertos hasta las tres de la mañana. Se anunciaron intensivas promociones y ofertas de productos. Alimentos particularmente ricos en energía, bebidas, vestimentas y objetos para regalar protagonizan un aumento de ventas.

Algunos comerciantes dicen que 15 por ciento de sus ventas anuales se concentran en este mes.

"Ramadán es un mes en el que los musulmanes ofrecen muchas donaciones, y por lo tanto compran mucho más que otros meses. Los gastos aumentan también entre los no musulmanes, a medida que son atraídos por las ofertas. Pero uno debe recordar que todo esto debe ser hecho con espíritu de austeridad y disciplina", opinó Al Sayegh.

"Este es nuestro mes más sagrado. Nosotros, como musulmanes devotos, necesitamos asegurarnos de que las enseñanzas del Corán sean realmente puestas en práctica. Esperamos que estas reuniones y estos actos de caridad modernos continúen esa tradición", dijo Anwar. (FIN/IPS/traen-js/dm/mj-rdr/cr if/06)

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