DDHH-COSTA DE MARFIL: Impunidad fomenta violencia sexual

La creciente violencia sexual en Costa de Marfil llevó a las organizaciones defensoras de los derechos humanos a reclamar el fin de la cultura de impunidad que, según ellas, fomenta esa situación, en especial en lo que respecta a los militares.

Desde septiembre de 2002, este país permanece dividido entre el norte controlado por los rebeldes, y el sur bajo dominio del gobierno.

A partir de entonces, organizaciones de derechos humanos y víctimas de los actos violentos, en su mayoría mujeres, denuncian la situación, siendo los soldados los acusados más a menudo.

La legislación marfileña prevé más de 20 años de prisión para quienes cometan el delito de violación, pero la crisis política en este país de África occidental socavó el sistema judicial creando un clima de impunidad, considerado por algunos analistas como propicio para los abusos.

La activista Ethel Higonnet, de la organización Human Rights Watch con sede en Nueva York, y que desde 2002 investiga la violencia sexual en Costa de Marfil, se encontró con que 70 por ciento de las mujeres son víctimas regulares de esclavitud sexual, incesto y violación.

"En el oeste la situación es caótica. No hay aldea donde las mujeres no sean víctimas de esclavitud sexual. Hay denuncias de violaciones todas las semanas en cada subprefectura", indicó en conferencia de prensa en Abidjan de este país con motivo de la presentación de las conclusiones de su estudio.

También indicó que el rango de edades de las mujeres agredidas va de tres años a 75.

Aun así, "hemos visto sólo tres casos de castigo por violencia sexual, en el oeste, en cuatro años. Es aterrador", señaló.

En el sur del país, los puestos de control militar se volvieron "epicentros de violencia sexual, pues es donde los efectivos abusan de las jóvenes".

Ténin Touré-Diabaté, profesora de sociología de la Universidad de Cocody, en Abidjan, considera que es esencial que los comandantes establezcan medidas disciplinarias para frenar los abusos de soldados a mujeres.

"Sin esto, todas las propuestas y otras iniciativas de sensibilización estarán destinadas al fracaso", dijo a IPS.

Similares conceptos vertió Higonnet: "Esperamos que a todos los responsables de violencia sexual contra mujeres se les aplique todo el rigor de la ley, lo más rápido posible, para disuadir a otras personas" (de cometer abusos).

Por su parte, Ange Kessi Kouamé, fiscal militar de Costa de Marfil, anunció que estaba por comenzar el juicio a los presuntos violadores.

"Somos conscientes del fenómeno (pero) nos sorprendió recibir sólo cuatro denuncias de violación en todos estos años. Pero le doy la certeza a la población que los culpables serán castigados con severidad".

Son necesarios cambios en la formación y el reclutamiento de los soldados para transformar las actitudes de los soldados, según Drissa Bamba, coordinador del no gubernamental Movimiento Marfileño de Derechos Humanos, con sede en Abidjan.

Los programas de formación militar deben incluir no sólo cursos de derechos humanos sino en especial el respeto a las mujeres, anotó.

Higonnet también cuestionó los centros de salud marfileños por no proporcionar la atención adecuada a las víctimas. Las mujeres violadas pueden adquirir varias enfermedades sexualmente transmisibles, como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).

"Las mujeres a menudo sufren la falta de atención médica y de confidencialidad en los centros de salud", señaló, a la vez que apuntó que el gasto de la consulta también suponía un problema.

"Debido a la falta de asistencia, pocas mujeres denuncian" (los abusos), indicó la psicóloga Marie-Thérèse Trazongodo.

Touré-Diabaté realizó un comentario que puede desatar la ira de muchas activistas de derechos humanos cuando responsabilizó a mujeres y jóvenes por los abusos.

"Por cierto que la crisis (política) favoreció los casos de violencia sexual. Pero es un fenómeno que ya existía y que aumenta simplemente porque las mujeres son las principales responsables", añadió.

"Actualmente, la ropa de las jóvenes sólo puede excitar a los varones. Llevan faldas que apenas llegan a la mitad del muslo, blusas que dejan ver su ombligo", observó esta la socióloga, que llegó a agregar que también las violaciones eran producto de que "las mujeres se ponían vestidos al cuerpo o atuendos que acentúan sus curvas".

"Pero ¿qué puede pasar cuando uno está en la calle (con esa indumentaria)?", se preguntó esta educadora de jóvenes universitarios en un país donde ninguna mujer de tres a 75 años está libre de ser atacada sexualmente. (FIN/IPS/traen-vf/dm/fz/af hd pr/06)

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