Los criaderos de salmón en mar abierto matan a un enorme número de peces silvestres, amenazando a varias especies de este género, según indica un estudio realizado en la occidental provincia canadiense de Columbia Británica.
La investigación indica que el piojo marino, un parásito de los peces existente en los criaderos de salmón ubicados a lo largo de la costa de esa provincia, mata a más de 95 por ciento de las crías que nadan hacia mar abierto.
"Es una conclusión alarmante", señaló la bióloga Alexandra Morton de la Sociedad de Investigación Raincoast y coautora del estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
"A este ritmo no vamos a tener más salmones silvestres", dijo Morton a IPS.
El estudio plantea la casi certeza de que la fuente de infestación de piojos marinos es la acuicultura, en auge en Columbia Británica, donde decenas de millones de salmones de una especia autóctona del océano Atlántico se crían en redes a mar abierto a lo largo de la costa del océano Pacífico.
"El debate terminó", sentenció Morton.
El impacto de más de 100 grandes criaderos de salmón en la costa de esa provincia canadiense fue muy cuestionado en la última década. La región es la cuarta productora de ese producto, registrando ventas por más de 300 millones de dólares anuales, principalmente a Estados Unidos.
La especie cultivada, al no ser originaria del océano Pacífico, es propensa a infestarse de piojos marinos —pequeños parásitos que se alimentan de las membranas de la mucosa y de la piel— que normalmente no se encuentran en grandes cantidades, excepto en los criaderos de peces, donde alrededor de un millón de individuos puede ser contagiado.
En cambio, el salmón adulto que sí es originario del océano Pacífico vive en mar abierto. pero remonta los ríos y cursos de aguas de muchas montañas de la región para desovar en primavera y otoño, antes de morir.
Poco después de nacer, los jóvenes salmones descienden la corriente hacia las desembocaduras y entradas de ríos y cursos de agua, donde se encuentran con los de criadero y con nubes subacuáticas de piojos marinos.
El patrón de migración de las crías los mantiene alejados de los adultos, portadores de los piojos, indicó el coautor Martin Krksek, doctorando del Centro de Matemáticas Biológica de la Universidad de Alberta.
"Pero los criaderos están a menudo en los peores lugares", dijo Kroksek a IPS.
Los investigadores siguieron la trayectoria de los peces a lo largo de su ruta migratoria, por más de 100 kilómetros, tomando muestras cada dos kilómetros. Se encontraron piojos marinos en más de 14.000 peces.
"Se puede ver cómo aumenta la infestación a medida que se acercan a los criaderos", señaló Krkosek.
El piojo de mar puede desplazarse más de 50 kilómetros para infestar a un huésped, según la nueva investigación de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda.
Krkosek y otros científicos utilizaron modelos matemáticos sofisticados para saber si la concentración de piojos de mar procede de los criaderos o de otras fuentes probables, y llegaron a la conclusión de que ellos son la principal causa.
"El trabajo es de un impecable alto nivel y será muy difícil de refutar", indicó Andy Dobson, un epidemiólogo de la estadounidense Universidad de Princeton, especializado en enfermedades relativas a la fauna y flora natural.
Además vincula muchos cabos sueltos de otros estudios sobre el parásito y cuantifica sus impactos, señaló Dobson.
Para determinar las consecuencias se hicieron experimentos de mortalidad con más de 3.000 peces.
"Sólo uno o dos piojos de mar bastan para matar a una cría de salmón rozado o keta", indicó Krkosek. "Las crías son muy vulnerables porque son muy pequeñas, miden nada más que entre tres y cinco centímetros de largo", explicó.
"En el mejor de los casos, un aumento de 10 por ciento en la mortalidad a causa del piojo de mar presente en los criaderos puede colocar a la reserva de peces en alerta roja", señaló el biólogo John Volpe, coautor de una investigación de la Universidad de Victoria.
"Creo que nuestro estudio muestra claramente que hay graves problemas con el cultivo del salmón a mar abierto", indicó Krkosek.
Esta investigación es la más detallada que se haya hecho hasta ahora, pero los expertos sabían o se sospechaban que el piojo de mar existente en los criaderos estaba directamente implicado en la disminución de las poblaciones de peces silvestres de Escocia, Irlanda y Noruega, los principales centros de cría de salmónidos.
"Sacrificaron su salmón silvestre por el de criadero", señaló.
Pero la situación es muy diferente en Columbia Británica, donde todo el ecosistema natural de la costa oeste depende de las abundantes reservas de salmón salvaje.
"El salmón es el alimento de águilas, osos, ballenas, lobos e incluso bosques", explicó Krkosek. La historia del salmón del Pacífico es extraordinaria pues pasa dos años alimentándose en mar abierto para luego volver a sus natales cursos de agua y ríos para desovar y morir.
Varias especies de otros animales se alimentan de peces moribundos a la vez que dejan grandes cantidades de restos en el bosque. Los cuerpos muertos en descomposición enriquecen el suelo y sirven de abono para muchas plantas tales como el imponente cedro rojo de la región y la pícea —también llamado abeto falso— de Sitka.
Los investigadores encontraron nutrientes procedentes del salmón en hojas de la copa de árboles de 2.000 años, relató Krkosek.
La cría de salmón no se alimenta hasta llegar al océano.
Por otra parte, "el turismo es la principal industria en Columbia Británica, es de locos hacer cosas que dañen a los rozados (salmón)", apuntó Alexandra Morton.
La infestación del piojo puede reducirse mediante insecticidas, pero los productos químicos dañan a los camarones, los langostinos y otros organismos. Además, el tratamiento es caro y el parásito puede hacerse resistente.
Ahora ya no es posible cultivar el salmón en sistemas cerrados para que la industria trate los desechos de forma adecuada en vez de tirarlos al mar, reconoció Morton.
Eso sería muy caro, pero la acuicultura ha dañado la ecología oceánica mientras obtiene beneficios de las corrientes marinas que limpian sus redes sin costo alguno.
Un brote de piojo de mar en criaderos del archipiélago Broughton, al norte de la isla de Vancouver, en 2001, exterminó a 99 por ciento peces del autóctono salmón rozado, entre 3,5 millones de ejemplares y cinco millones de una población.
A pesar de ello, el gobierno de Columbia Británica puso fin, un año después, a una moratoria de siete años sobre la ampliación del cultivo del salmón.
El gobierno local niega el problema del piojo de mar, indicó Morton.
Enfermedades e infestaciones pueden aparecer en cualquier lugar donde haya grandes concentraciones de peces de criadero u otros animales en recintos de engorde y establecimientos de cría intensiva de ganado, señaló Dobson.
"¿Cuándo veremos a los primeros humanos enfermos por culpa de la acuicultura?", se preguntó.