El explosivo aumento de la población en las tierras altas de Uganda sudoccidental, merced a las migraciones, convirtió los fértiles humedales del área en caldo de cultivo para el mosquito transmisor del paludismo.
Olas de migrantes construyeron viviendas improvisadas para instalarse en los humedales y practicar la agricultura, principal medio de vida en estas aldeas del distrito de Kabale, en la frontera con Ruanda.
La recuperación de pantanos cambió los patrones epidemiológicos del paludismo (malaria), observó el Ministerio de Salud. Las últimas cifras oficiales en la materia, que datan de hace seis años, indican que 100.000 personas fallecieron por esa enfermedad en Kabale en 1999.
Este distrito ugandés es uno de los puntos clave de la iniciativa contra el paludismo anunciada en junio de 2005 por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, e implementada por la Agencia para el Desarrollo Internacional de ese país (Usaid), además, en Angola y Tanzania.
El proyecto piloto, de 1,7 millones de dólares, es supervisado, entre otros organismos, por el Ministerio de Salud de Uganda y la no gubernamental Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).
En ese marco, se generalizó la fumigación dentro de las viviendas de Kabale con ICON (lambda-cyhalothrin), sustancia producida por la compañía agrotecnológica transnacional Monsanto, con sede en Suiza.
Esta sustancia dejó en muchas personas picazón severa en ojos, orejas y nariz, dijo un funcionario de bioseguridad del Ministerio de Agricultura, Industria Animal y Pesca radicado en el pueblo fronterizo de Katuna, 500 kilómetros al sudoeste de Kampala.
Según el funcionario, que solicitó no ser identificado, en las aldeas también abundan consultas por dolor de cabeza, mareos y sordera temporal. "Hubo muchas quejas", señaló. "Yo mismo sufrí irritación, con estornudos y tos prolongada durante muchos días."
En cambio, Patrick Tusiime, director de los servicios de salud del distrito, defendió el uso de ICON, si bien admitió que "quien entre en contacto con las paredes rociadas sufrirá picazón a corto plazo".
"Pero desde la introducción del ICON, la afluencia de pacientes a los centros de salud en busca de tratamiento para el paludismo se redujo mucho", aseguró.
La malaria mata cada año a más de un millón de personas, especialmente en África. Unos 300 millones contraen todos los años esta enfermedad. Tusiime señaló que 320 personas fallecen diariamente por este motivo en Uganda.
La enfermedad, transmitida por la hembra del mosquito Anopheles, también origina pobreza y pérdida de medios de vida. Cada año mata a entre 70.000 y 110.000 niños menores de cinco años en el país. "La fumigación con ICON es una medida apropiada", declaró.
El coordinador del proyecto de Usaid en Uganda, Patrick Buyinza, negó enfáticamente los efectos perjudiciales del producto. En Kabale, según Buyinza, los mosquitos que entraron en contacto con el ICON cayeron muertos instantáneamente.
"No hay efectos colaterales ambientales o sanitarios a largo plazo", afirmó. "El ICON no solamente mata a los mosquitos, sino también a las cucarachas, pulgas y chinches, que son vectores" de varias enfermedades, aseguró
Las operaciones de fumigación se interrumpieron el 22 de agosto. Pero Buyinza negó que eso estuviera vinculado a las quejas de la población, sino a la intención de evaluar el proyecto antes de reanudarlo, en enero próximo.
El director ejecutivo de la gubernamental Autoridad Nacional para el Manejo del Ambiente de Uganda, Henry Aryamanya-Mugisha, dijo que el Ministerio de Salud evalúa las implicaciones sanitarias del pesticida.
"Y la UICN se preocupa del impacto ambiental. En la Autoridad Nacional para el Manejo del Ambiente esperamos con ansiedad el resultado del informe", agregó.
Alex Muhwezi, representante residente de la UICN en Uganda, describió al ICON como un pesticida común para ambientes interiores, aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y adecuado para frenar el paludismo. "Todo depende de su manipulación. Además, quien se exponga al ICON estando ya enfermo o siendo alérgico a insecticidas, sufrirá efectos perjudiciales", destacó.
"No quiero especular sobre el resultado" del estudio de la UICN "porque, aunque la fumigación se detuvo, el proyecto seguirá hasta el año próximo. Todos estos informes deberán ser verificados", agregó Muhwezi.
"El papel de la UICN es controlar los aspectos ambientales del proyecto y asegurarse de que el producto no alcance el exterior de las viviendas", dijo el funcionario este mes, al regresar de una visita a los encargados en Tanzania de la iniciativa de la Presidencia estadounidense contra el paludismo.
Muhwezi aseguró que este mismo mes se evaluaría si el proyecto acarrea "algún impacto ambiental significativo".
Entre el 1 de junio y el 22 de agosto se fumigó el interior de 107.000 viviendas, donde viven casi medio millón de personas.
Funcionarios de la Dirección de Servicios de Salud del distrito de Kabale supervisaron la labor de los 350 trabajadores, que realizaron la tarea vestidos de mameluco, con anteojos especiales y botas de goma. El efecto del ICON contra el mosquito dura seis meses.
"Comenzamos a rociar en Maziba —el área de Kabale más golpeada por la malaria—, y luego de tres semanas el proyecto se amplió al resto de las 19 áreas. Pero ésta no es la primera vez que se utiliza ICON en Kabale: ya se había empleado allí en 2003 y 2004, para frenar un serio brote de paludismo", dijo Buyinza.
La ampliación del proyecto al resto del país dependerá de la efectividad de la fumigación en Kabale, evaluada a través de encuestas, registros escritos y autopsias verbales (reconstrucción de la historia del paciente desde que se enferma hasta que fallece, a partir de entrevistas).
La iniciativa de la Presidencia estadounidense contra el paludismo implica la inversión de 1.200 millones de dólares adicionales a través de Usaid en 15 países africanos durante cinco años.
El proyecto prioriza las intervenciones concretas, como la fumigación del interior de viviendas con ICON, la distribución de mosquiteros tratados con insecticida y la compra de medicamentos.
La OMS revocó este mes la prohibición del insecticida DDT (dicloro difenil tricloroetano) para la fumigación en ambientes interiores. Por lo tanto, es probable que la iniciativa estadounidense comience a hacer uso de este tóxico en África.
El 19 de septiembre, cientos de personas marcharon por las calles de Kampala para celebrar el levantamiento de la prohibición del DDT, luego de tres decenios. * Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (Federación Internacional de Periodistas Ambientales).