El rápido desarrollo de la producción petrolera canadiense constituye una vía para que Estados Unidos disminuya su dependencia de los productores de Medio Oriente y América Latina, poco amistosos por estos días con esta potencia, afirma un estudio del Congreso legislativo de este país.
El Comité Económico Conjunto (CEC) de la Cámara de Representantes estima que las reservas de crudo de Canadá se sitúan en segundo lugar detrás de las de Arabia Saudita, y podrían ser incluso mayores.
Habría grandes incentivos económicos, aun si los precios de petróleo disminuyen a la mitad del nivel actual, para reforzar la producción de yacimientos no convencionales de arenas petrolíferas y multiplicar la producción en 10 años, con lo cual se erosionaría el poder de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de 11 miembros.
El estudio del presidente del CEC, el legislador del gobernante Partido Republicano Jim Saxton, "Arenas Petrolíferas Canadienses: Una nueva fuerza en el mercado de petróleo mundial", señala que la producción de Alberta, provincia fronteriza con Estados Unidos, ya iguala al crudo extraído en Qatar, un importante miembro de la OPEP.
Las arenas de Alberta podrían contener reservas de 315.000 millones de barriles de una base total de recursos de entre 1,7 y 2,5 billones de barriles. Esto es más de 40 veces el consumo de petróleo anual de Estados Unidos.
Empero, los costos ambientales son excesivos. Por cada barril de petróleo producido, se liberan a la atmósfera 80 kilogramos de gases de efecto invernadero y entre dos y cuatro barriles de aguas residuales se vierten en unos estanques que ya han inundado unos 50 kilómetros cuadrados de bosques y pantanos.
En este momento, la producción de las arenas de Alberta supera apenas el millón de barriles de 159 litros por día, una cantidad que coloca a Canadá en el lugar 21 entre las naciones productoras de crudo en el ámbito mundial.
El estudio prevé que en la próxima década, Canadá pase del lugar siete al cinco de los países productores de petróleo.
Saxton, quien criticó a la OPEP por su presunta fijación de precios, dijo que espera que el petróleo canadiense debilite en un futuro al cartel.
"Las grandes reservas canadienses de petróleo no convencional y su rápido desarrollo son muy buenas noticias para los consumidores de Estados Unidos y de todo el mundo. Aunque actualmente sólo pueden suministrar una cantidad limitada de crudo, su desarrollo es exactamente el tipo de fenómeno que el cartel de la OPEP ha estado tratando de evitar", señaló Saxton.
Empero, el informe también señala que un aumento significativo en la producción del crudo canadiense llevará su tiempo y requerirá enormes inversiones y adelantos en la administración de los costos.
Saxton reconoció que las arenas petrolíferas no solucionarán el problema de energía, pero "contribuirá a socavar el poder que tiene la OPEP de aumentar los precios del crudo, y por lo tanto, mejorará la seguridad energética de Estados Unidos".
El Consejo de Negocios Canadá-Estados Unidos (CABC, por sus siglas en inglés) está presionando para una mayor cooperación entre los dos vecinos del norte. Esta semana será el anfitrión de un encuentro donde se discutirán los "aumentos en el suministro de la energía disponible".
El gobernador provincial de Alberta, el primer ministro Ralph Klein, pronunciará un importante discurso sobre la política energética ante el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos.
Algunos legisladores estadounidenses acusaron a la OPEP de no invertir en la ampliación de las capacidades, ocasionando serias restricciones en el suministro de petróleo ante el inesperado aumento de la demanda asiática.
Pero la OPEP ha responsabilizado del último aumento de los precios de crudo, que superó los 70 dólares el barril en agosto de 2005, a la imprevista elevación de la demanda, a un cuello de botella en el proceso de refinado, a las tensiones geopolíticas y a la especulación en el mercado.
La posibilidad de un ataque estadounidense a Irán, un país petrolero, también ha elevado las preocupaciones energéticas en este país.
Estados Unidos, el mayor consumidor mundial de petróleo, ha trabajado arduamente para reemplazar sus fuentes de energía extranjeras por locales, o asegurar nuevas fuentes procedentes de países considerados menos hostiles hacia los intereses estadounidenses.
La Cámara de Representantes llamó a la actual la "Semana de la Energía". El Partido Republicano, que domina el parlamento, posiblemente autorice perforaciones en el exterior en busca de petróleo y gas natural.
Estas medidas siguen a las alertas sobre un futuro negro en materia de suministro de energía.
Un documento del Pentágono, sede del Departamento (Ministerio) de Defensa, que se filtró al periódico británico Financial Times, expone la preocupación de este país respecto al futuro suministro de América Latina, por tendencias populistas e izquierdistas que dominan la región.
El informe, preparado por el Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, alertó sobre la vulnerabilidad de este país ante las amenazas del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de recortar las exportaciones de crudo si su país es atacado.
Los ambientalistas, quienes han encabezado la lucha contra la dependencia del petróleo como fuente de energía, no están de acuerdo con el camino seguido por el Congreso legislativo. El cambio de un proveedor de energía extranjero por otro no servirá para enfrentar los problemas que supone el cambio climático, alegan.
El Consejo de Defensa de los Recursos Naturales sostuvo que el Congreso no debe presionar por mayor cantidad de perforaciones, que sólo alimentará la adicción al petróleo. Por el contrario, se debe comenzar a trabajar en un proyecto de ley que establezca plazos reales para reducir las importaciones de crudo, promoviendo la eficiencia del transporte de pasajeros y estimulando la creación de fuentes alternativas.
El Worldwatch Institute señaló que los combustibles de origen vegetal, como el etanol y el biodiesel, pueden reducir significativamente la dependencia global del petróleo.
La organización sostuvo en un informe publicado a principios de mes que los biocombustibles podrían suministrar 37 por ciento de lo que consume el transporte de Estados Unidos en los próximos 25 años y hasta 75 por ciento, si el consumo de los automóviles disminuye a la mitad.
Los combustibles vegetales podrían reemplazar en el mismo lapso entre 20 y 30 por ciento de la cantidad de petróleo utilizado por los países de la Unión Europea, agrega.
La no gubernamental Sustainable Energy Network (Red de Energía Sustentable) que representa a cientos de entidades y empresas, señala que si el Congreso de Estados Unidos realmente se preocupa por el ambiente y por eliminar la dependencia energética de la OPEP, debe volver a financiar el programa de desarrollo e investigación de energía geotérmica.
La Casa Blanca propuso dejar de financiar el desarrollo geotérmico en 2007, mientras que la Cámara de Representantes aprobó una financiación de tan sólo cinco millones de dólares.
La organización, que señaló que a corto plazo la energía geotérmica podría producir unos 13.000 megavatios —equivalente a la producción de 15 plantas de energía nuclear o de 30 de carbón— pretende que la financiación para este desarrollo sea la misma que en 2006, de 23 millones de dólares, o superior.