AMBIENTE: Pros y contras del petróleo caro

La ONU espera que el encarecimiento del petróleo, que este viernes alcanzó un récord histórico de 75 dólares por barril de 159 litros, eleve la demanda de fuentes alternativas de energía.

"El encarecimiento del petróleo promueve la conservación eficiente de energía y aumenta la competitividad de las fuentes alternativas, entre ellas las renovables", según el Departamento de Asuntos Sociales y Económicos (DEAS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"Sin embargo, ante la posibilidad que siga incrementándose el precio del barril, aumenta la preocupación sobre los impactos adversos en la economía mundial", advirtió DEAS, en el informe de 24 páginas titulado "Tendencias del desarrollo sustentable".

"La volatilidad de los precios plantea problemas para el desarrollo sustentable, tanto en los países exportadores como en los importadores", indica el estudio, publicado en vísperas de la 14 sesión de la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible (CDS) de la ONU, entre el 1 y el 12 de mayo.

A pesar de que el petróleo es hoy la mercancía más cara y la más relevante para la economía de las naciones, crece rápidamente la dependencia en las importaciones de países con poderosas economías como Estados Unidos y China.

En el gigante asiático, la importación de petróleo cubrió 20 por ciento del consumo interno en 2000, pero ese porcentaje saltó a 50 en 2004. En Estados Unidos, la participación de las importaciones en el consumo interno de petróleo subió de 40 a 59 por ciento entre 1991 y 2004.

"Los pujantes precios del petróleo impactan en el consumo, empezando por el de los países más pobres, que no pueden adquirirlo a estos precios", dijo a IPS David O'Connor, jefe de la Rama de Análisis e Integración Política de la División de Desarrollo Sustentable de DEAS.

"Pero hay muchos factores que pueden afectar el consumo energético total, como la capacidad de conversión a otras fuentes de energía", evaluó O'Connor.

El Departamento (ministerio) de Energía de Estados Unidos pronosticó que el precio promedio del barril de crudo se mantendría en 64 dólares este año y que disminuiría a 61 dólares para 2007.

Además de la creciente demanda de China y Estados Unidos, el alza del precio del petróleo puede atribuirse a otros factores más, como el cuestionamiento de Occidente al programa nuclear de Irán, los conflictos en Nigeria y la amenaza de Venezuela de recortar el suministro a causa de su permanente enfrentamiento con el gobierno de George W. Bush.

El secretario general adjunto de Asuntos Sociales y Económicos de la ONU, José Antonio Ocampo, consideró la semana pasada que el actual intercambio internacional de energía se refiere no sólo al petróleo, sino también al gas y a la producción de electricidad de otras fuentes.

"El sector energético está interrelacionado a escala mundial, y los países que cuentan con estos recursos están tan interesados en exportar como los países con demanda creciente en importar", agregó.

De los más de 6.000 millones de habitantes del mundo, más de 2.400 millones siguen dependiendo para cocinar y calentar sus hogares de la biomasa tradicional, que incluye madera, residuos agrícolas y estiércol animal. Pero la ONU cuestiona esta fuente renovable porque implica riesgos para la salud.

En el sudeste asiático se ha reducido la cantidad de biomasa utilizada con fines energéticos desde 1980, pues el crecimiento económico permitió a la población volcarse hacia fuentes más limpias y eficientes de energía.

En los últimos 15 años, se han realizado esfuerzos para extender el tendido eléctrico en el mundo en desarrollo. Sin embargo, Asia meridional y en África subsahariana el índice de electrificación es menos de la cuarta parte que el del resto del mundo.

El acceso a la electricidad será el punto central en la agenda de la reunión de la CDS en mayo.

Los combustibles fósiles seguirán siendo predominantes como fuente de energía en las próximas décadas, según el estudio. El petróleo cubre 35 por ciento del suministro de energía total. El transporte es el sector que más aumenta su consumo.

"A medida que las ciudades concentran su visión del desarrollo en las personas, se construye más infraestructura para peatones y bicicletas como forma de impulsar un ambiente más seguro y saludable", señala el estudio.

El informe subraya los significativos esfuerzos de muchos países en desarrollo por controlar la contaminación a partir de la introducción a gran escala en los años del 70 de normativas que la regulan, indicó Ocampo.

"Los países industrializados han desarrollo muchas y nuevas tecnologías para reducir la contaminación en respuesta a las nuevas regulaciones, lo que también benefició a los países en desarrollo, que evitaron la acumulación de problemas", agregó.

Empero, hubo muchos inconvenientes serios en varios países en desarrollo, como la dependencia del carbón como medio para la producción de electricidad.

Otro problema importante fue la proliferación de automóviles. El rápido crecimiento de la cantidad de vehículos de combustión interna en el Sur en desarrollo elevó la contaminación del aire.

El estudio destacó el caso de Singapur, que dispuso peajes para entrar al centro de la ciudad. Esto está totalmente automatizado y los precios varían según la hora y el día de la semana, en función del tránsito.

Un sistema similar se implementó en Londres al tiempo que los 15 miembros de la Unión Europea lanzaron la Iniciativa Europea de Transporte Tarifado en otras ocho ciudades: Bristol y Edimburgo (Gran Bretaña), Copenhague (Dinamarca), Roma y Génova (Italia), Helsinki (Finlandia), Trondheim (Noruega), y Gotemburgo (Suecia).

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