Las muertes por sarampión en el mundo cayeron casi a la mitad entre 1999 y 2004, con la mayor reducción en África subsahariana, calcularon la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El sarampión es la enfermedad prevenible por vacuna que más mata niños y niñas en el mundo, en particular a aquellos menores de cinco años en los países del Sur en desarrollo con servicios sanitarios inadecuados.
Fue casi por completo eliminada en América del Norte y América del Sur, y ahora cerca de la mitad de las muertes causadas por la enfermedad contagiosa ocurren en África.
Pero como resultado de las campañas nacionales de inmunización, las muertes en todo el mundo cayeron de 871.000 en 1999 a unas 454.000 en 2004, una drástica caída de 48 por ciento.
"Esto es un sobresaliente éxito de salud pública", afirmó el director general de la OMS, Lee Jong-Wook, en un comunicado divulgado el jueves.
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Aunque aún no hay disponibles estimaciones sobre las muertes del año pasado, el informe señala que, "si el progreso mundial continúa al ritmo de los últimos años, es probable alcanzar la meta de reducir la mortalidad en 2005".
El sarampión, una infección respiratoria contagiosa causada por un virus, puede derivar en discapacidades de por vida, incluyendo daños en el cerebro y ceguera.
Aunque existe una vacuna de protección desde 1960, y cuesta menos de un dólar por dosis, el mal se cobró más de 40 por ciento de las 4,1 millones de muertes anuales por enfermedades prevenibles con vacuna en 2002.
Las desigualdades entre los países en el acceso a vacunas hacen que el sarampión se concentre en los más pobres y marginados, señaló la directora ejecutiva de Unicef, Ann Veneman.
"El sarampión es la enfermedad más asesina de niños y niñas en el mundo en desarrollo, pero no debería serlo. Sólo dos dosis de una vacuna disponible, barata y segura pueden prevenir la mayoría de las muertes, si no todas", dijo.
Para reducir la mortalidad y ampliar la cobertura de inmunización, la OMS y Unicef desarrollaron el Plan Estratégico Global contra el Sarampión para el período 2001-2005.
Este programa se fijó como meta reducir a la mitad las muertes por la enfermedad en 2005 respecto de los niveles de 1999.
La estrategia, dirigida a los 45 países más afectados, incluyó campañas masivas de inmunización, vacunaciones rutinarias, una mejor vigilancia de la enfermedad y el tratamiento de los enfermos con vitamina A. También concede una segunda oportunidad de vacunación a todos los niños y niñas.
La mayor reducción de la enfermedad se produjo en África subsahariana, la región más afligida, donde los casos de contagio y de muerte disminuyeron 59 por ciento, pasando de 530.000 a 216.000.
Los progresos en Asia meridional, donde el sarampión cayó 23 por ciento, fueron más lentos porque "varios grandes países no habían comenzado con sus actividades suplementarias de inmunización para fines de 2004", indica el informe.
La proporción de países que ofrecen una segunda oportunidad para vacunarse también aumentó, así como el número de naciones que reportan oficialmente la enfermedad, pasando de 166 en 1999 a 174 en 2003.
Sin embargo, "aún se necesitan urgentes inversiones para fortalecer la vigilancia de la enfermedad y registrar los índices de mortalidad en muchos países en desarrollo", subraya el informe. India, Nigeria y Pakistán son algunos de los países que tienen el mayor número de casos de sarampión.
Un importante factor detrás de la reducción de la enfermedad es la Iniciativa Sarampión, campaña iniciada por la Cruz Roja Estadounidense, los Centros de Estados Unidos para el Control de la Enfermedad, Unicef y la OMS, entre otras organizaciones.
La iniciativa apoyó planes de vacunación en más de 40 países africanos, recaudó fondos y ahora expandió su apoyo técnico y financiero a las naciones de Asia meridional para fortalecer su compromiso político y social en la lucha contra la enfermedad.
"El compromiso de los gobiernos sigue siendo uno de los más importantes factores en la eliminación del sarampión. América Latina fue la primera región en erradicar la enfermedad porque los gobiernos se comprometieron con los planes de inmunización", dijo a IPS Erica Kochi, de Unicef.
Obtener un mayor compromiso político será también uno de los grandes desafíos de la segunda fase de la lucha: la Estrategia y Visión Mundial de Inmunización, una propuesta de la OMS y Unicef para el período 2006-2015.
La nueva meta es una reducción de 90 por ciento de la mortalidad por sarampión para 2010 respecto del índice de 2000.
El plan incluye cuatro objetivos estratégicos: proteger a más personas, introducir nuevas vacunas y tecnologías, integrar las inmunizaciones a otros planes sanitarios y apoyar los programas nacionales de vacunación en un contexto de interdependencia mundial.