Pandemias como la gripe del pollo pueden originarse en desequilibrios ecológicos y tener como resultado pérdidas de biodiversidad, afirmaron científicos y organizaciones internacionales en un encuentro este domingo sobre la influenza aviar y su impacto en la vida silvestre.
Hay señales de que los disturbios de los ecosistemas se relacionan con el reciente surgimiento de virus letales, destacó un informe de un foro electrónico promovido entre expertos de todo el mundo entre el 21 de febrero y el 10 de marzo, para efectuar recomendaciones a la octava Conferencia de las Partes de la Convención sobre Diversidad Biológica (COP-8), que se celebrará desde este lunes hasta el 31 de marzo en la ciudad brasileña de Curitiba.
El informe del foro fue discutido este domingo en la reunión de expertos sobre la influenza aviar.
Unos 150 millones de pollos y patos han sido sacrificados o murieron en toda Asia, donde fue detectado el virus H5N1 por primera vez en 2003, expandido ahora a Rusia, Asia Central y partes de Europa y África.
En países con una alimentación muy dependiente de la avicultura, la escasez de pollos por la epidemia o el exceso de faena como medida profiláctica, puede afectar la salud humana y aumentar la caza de subsistencia a niveles que resulten no sustentables.
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Por esas razones es indispensable una mayor ayuda internacional a los países más pobres ante la crisis de la gripe aviar que, además de sanitaria, es económica, alimentaria y ambiental, señalaron varios participantes en el debate.
La creencia de que las aves migratorias son el principal vector de diseminación de la cepa H5N1 (la más virulenta de la influenza aviar) puede provocar matanzas supuestamente preventivas, otro ejemplo de los riesgos que amenazan la biodiversidad.
Los desequilibrios se presentan también en las condiciones para enfrentar la nueva epidemia. Los países en desarrollo no disponen de recursos humanos, científicos y financieros para enfrentar adecuadamente el virus altamente patogénico, destacó el veterinario Reuben Shanthikumar, de la Universidad de California.
Falta información básica sobre datos epidemiológicos, no hay una organización internacional responsable de la amenaza de pandemia y los recursos para investigaciones son escasos, especialmente en los países en desarrollo, lamentó.
Las enfermedades animales se han convertido últimamente en "la principal amenaza a la conservación de la vida silvestre y a la supervivencia de muchas especies que viven libremente en la naturaleza" en países en desarrollo, sostuvo el profesor. Los veterinarios de tales países están capacitados para tratar la salud de animales domesticados, no la de los silvestres, acotó.
Varios ponentes del foro destacaron la necesidad de un tratamiento "holístico", multidisciplinario, que integre varios conocimientos y sectores como el sanitario, el agrícola y el ambiental, con la biología, en particular la ornitología.
Esta es una realidad reconocida en la Fuerza de Tareas Científica sobre Gripe Aviar compuesta de nueve representantes de organizaciones internacionales, como las conservacionistas Birdlife, Wildlife Conservation Society (Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre) y las agencias de las Naciones Unidas especializadas en ambiente, agricultura y salud.
"Matar aves migratorias no soluciona" el problema de la pandemia, porque hay otros factores de transmisión de la gripe aviar, como el comercio de aves y sus productos, el tráfico legal e ilegal de pájaros cautivos, los movimientos humanos y la infección cruzada entre especies, destacó a nombre de la Fuerza de Tareas, Bert Lenten.
"Más allá de las aves migratorias", es necesario ver los desequilibrios ambientales que contribuyen al surgimiento, resurgimiento y diseminación de enfermedades como la influenza aviar, así como la crisis ambiental que afecta la economía, el clima, la alimentación y la disponibilidad de agua, sostuvo Ahmed Djoghlaf, secretario ejecutivo de la Convención sobre Diversidad Biológica.
El riesgo de graves pérdidas en la avicultura y la ganadería se elevó por la reducción de la diversidad genética de pollos, patos y otros animales de corral, originada en la producción industrial "de monocultivo" de los últimos 50 años, destacó el informe del Foro electrónico.
La bióloga Diana Bell, de la británica Universidad de East Anglia, mencionó numerosas enfermedades animales que atacan tanto a pájaros como a mamíferos y anfibios, detallando los males de pequeños carnívoros de Vietnam, como importantes factores de pérdida de biodiversidad.
Varias iniciativas ya surgieron en respuesta a la gripe aviar y a enfermedades nuevas o vinculadas a cuestiones ambientales, como el virus del Ébola, los hantavirus y la malaria. La más reciente es la Cooperación sobre Salud y Biodiversidad, nacida de la primera Conferencia Internacional ad hoc, que tuvo lugar el año pasado en Galway, Irlanda.
Los participantes de la reunión de este domingo reclamaron más capacitación, especialmente en los países en desarrollo, mecanismos para divulgar e intercambiar la información, mayor cooperación internacional y recursos para las investigaciones.
La gravedad de la influenza aviar debería movilizar ese esfuerzo ante sus posibles y variados daños y la rapidez de su expansión.
La enfermedad es conocida desde hace unos 100 años. Pero en 1997 traspasó la frontera de las especies, cuando aves contagiaron a humanos. Los expertos afirman que el H5N1 —que ya mató a unas 100 personas en todo el mundo— podría mutar hasta volverse transmisible de un humano a otro, desatando una pandemia similar al brote de gripe española que entre 1918 y 1919 mató a 50 millones de personas.
Hasta ahora, en China fueron abatidos 28 millones de pollos y murieron nueve personas, pero la epidemia en la avicultura "está bajo control", aseguró a IPS Dayuan Xue, del Ministerio de Ambiente de esa nación. La vacunación masiva de las aves permitió ese resultado, aseveró.
Brasil, que aún no registró la presencia del H5N1, adoptó medidas preventivas de control en los puertos, aeropuertos y fronteras, con participación de varios sectores del gobierno, informó Rodolfo Navarro Nunes, de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud.
Pero la gripe del pollo se trata usualmente como problema de salud pública, en una perspectiva epidemiológica y veterinaria y buscando soluciones de corto plazo. En cambio, las iniciativas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente observan a las pandemias como cuestiones de desequilibrios ecológicos, coincidiendo con la Convención sobre Diversidad Biológica, señaló la Fuerza de Tareas.
Por eso se necesita investigar más las relaciones entre la salud de los ecosistemas, el virus de la gripe del pollo y la salud humana y animal, recomendó el grupo de científicos, sugiriendo también la creación de un mecanismo internacional de intercambio de información.