Representantes de gobiernos, la sociedad civil y organismos internacionales y expertos de todo el mundo insisten en la urgencia de un compromiso político para reducir el impacto de los desastres naturales mediante mecanismos confiables de alerta temprana.
La Tercera Conferencia Internacional sobre Alertas Tempranas, celebrada en Bonn del lunes al miércoles con el auspicio de la ONU y a iniciativa del gobierno alemán, se concentró en el análisis del tsunami que se abatió sobre el océano Índico en diciembre de 2004.
El subsecretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para Asuntos Humanitarios, Jan Egeland, dijo que muchas muertes podrían haberse evitado si se hubiera contado con un sistema de alerta temprana.
La implementación del sistema hoy en ciernes tiene un costo de entre 40 y 50 millones de dólares, mientras que la reconstrucción de las áreas afectadas por el maremoto se estiman en 12.000 millones de dólares, afirmó Egeland.
Desarrollar redes regionales que permitan detectar más rápida y precisamente los terremotos es una necesidad urgente, dijo a IPS Patricio A. Bernal, secretario ejecutivo de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental y director general adjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
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Es esencial contar con una red en tiempo real de estaciones a nivel del mar que detecten tsunamis, prosiguió Bernal.
Participantes de 132 países hicieron hincapié en su declaración final en la necesidad de "centrar el compromiso de los políticos en la ampliación del diálogo sobre la alerta temprana y en tapar los baches ya identificados".
La declaración alienta el fortalecimiento del Programa Internacional de Alerta Temprana y de su Plataforma para la Promoción de la Alerta Temprana, como parte de la reformada Estrategia Internacional de la ONU para la Reducción de Desastres.
Los participantes reiteraron que sistemas efectivos de alerta temprana deben integrar las estrategias de reducción de riesgos de desastres en los marcos de desarrollo nacionales y generar la cooperación entre varios actores.
Enfatizaron en el rol de las comunidades locales, el aumento de la cooperación regional y en la capacitación, la educación y el aumento de la conciencia sobre el asunto.
Bajo el lema "Del concepto a la acción", la conferencia —la tercera desde las realizadas en 1998 y 2003— aprobó un "compendio" de más de 100 proyectos de alerta temprana que suponen un costo de unos 200 millones de dólares.
Uno de los proyectos clave prevé una red de análisis de alertas con una dependencia en Irán, por su propensión a los terremotos, inundaciones y sequías. El objetivo es suministrar a los responsables de la administración de desastres un acceso rápido y confiable a información sobre los riesgos.
Otro proyecto concierne a la ciudad de La Paz en Bolivia, que se ha desarrollado junto al estrecho valle del río del mismo nombre. Más de 200.000 habitantes están en una situación vulnerable frente a inundaciones y derrumbes.
El principal objetivo del proyecto es desarrollar e implementar un sistema automático de alerta temprana que permitirá a las personas recibir a tiempo avisos de peligro inminente y adoptar medidas.
Las plagas de langostas han sido reconocidas como la mayor amenaza que sufren desde hace miles de años los agricultores africanos.
En Internet, hay información meteorológica disponible para ayudar a controlar y prever los brotes de langosta, pero esta información y estas herramientas no se usan ampliamente a nivel nacional.
El objetivo del proyecto es desarrollar herramientas más efectivas y eficientes y generar más información confiable para que los países controlen la migración de esta plaga, así como reforzar la capacidad de los gobiernos nacionales para controlar las operaciones. Se espera que Mauritania y Senegal se beneficien de este proyecto.
Cada año un promedio de 20 ciclones tropicales ingresa al área de pronóstico de la que es responsable Filipinas, y un promedio de nueve efectivamente atraviesan el país. Pero hasta el momento no hay un sistema de alerta temprana basado sobre la última tecnología disponible en los países industrializados.
El objetivo más importante de este proyecto es reducir a 20 por ciento el número de muertes asociadas con los tifones que tocan tierra en Filipinas mediante la implementación de un sistema avanzado de alerta.
Esto se logrará, según las medidas adoptadas en la conferencia de Bonn, gracias a la transferencia de tecnología, la capacitación de los responsables políticos y encargados de las medidas de emergencia, activistas y programas de educación para la población.
Al comentar las ideas del proyecto, la organización no gubernamental Deutsche Welthungerhilfe (Acción Agrícola Alemana) señaló esta semana: "Los sistemas de alerta temprana solo pueden ser efectivos si las potenciales víctimas de desastres naturales, huracanes, derrumbes de barro o terremotos tomaran medidas preventivas utilizando métodos sencillos".
También se dice que "la pobreza, el conocimiento inadecuado y la falta de organización e infraestructura son elementos que a menudo se ignoran cuando se diseñan los programas nacionales de prevención de desastres".
Durante años la Deutsche Welthungerhilfe ha trabajado intensamente con organizaciones de países en desarrollo en la prevención de desastres y crisis. Desarrolló por primera vez en Nicaragua en 1998 un amplio sistema de alerta temprana, cuando esa región sufrió el paso del huracán Mitch.
La experiencia obtenida entonces se traslada ahora a otros países en peligro y se adapta a las condiciones locales.