DESARROLLO: Desastres menos desastrosos

El mundo está lejos de crear un sistema global de protección contra todos los desastres naturales, pero no de aplicar uno de alerta temprana para reducir su impacto, señala un estudio de la ONU.

La versión preliminar del informe "Un estudio global sobre sistemas de alerta temprana", solicitado por la Secretaría General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) fue presentada este lunes en el comienzo de la Tercera Conferencia Internacional sobre Alertas Tempranas, en Bonn.

El encuentro de tres días es auspiciado por el gobierno alemán en coordinación con la Estrategia Internacional de la ONU para Reducción de los Desastres (ISDR, por sus siglas en inglés).

El ex presidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001), al hablar en la conferencia ante unos 1.000 expertos de gobiernos, organizaciones internacionales y grupos de la sociedad civil, apoyó la idea de crear sistemas de alerta temprana para mitigar los impactos de los desastres naturales.

"Sabemos que los sistemas de alerta temprana son la clave para una efectiva estrategia de reducción de riesgos. Estos sistemas pueden salvar vidas, así como el sustento de muchas personas", dijo Clinton.

El ex mandatario estadounidense fue designado enviado especial de la ONU para las zonas afectadas por el maremoto del 26 de diciembre de 2004 en el océano Índico, que mató a más de 280.000 personas.

Aunque reconoció la gran contribución de los sistemas de vigilancia, Clinton señaló que la tecnología sofisticada no vale de nada si a las comunidades en riesgo no se les informa cómo protegerse en caso de alerta.

El ex presidente instó a los países y organizaciones donantes a considerar los proyectos presentados en la conferencia de Bonn, cuya aplicación demandaría una inversión de unos 200 millones de dólares anuales, apenas una fracción de los 10.000 millones de dólares al año que destinan a la ayuda humanitaria.

En la inauguración de la conferencia, el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Jan Egeland, destacó que el número de víctimas en los desastres naturales decreció desde que se reconoció como prioridad de acción crear sistemas de alerta temprana.

Entre 1956 y 1965, murieron unas 2,7 millones de personas en desastres naturales. En los 10 años siguientes el número cayó a 1,9 millones, y en los 20 siguientes a medio millón. Entre 1996 y 2005, se registraron 900.000 víctimas fatales.

"El mensaje es claro: las muertes por desastres se redujeron notoriamente en los últimos 50 años, a pesar del rápido crecimiento de la población y sobre todo en las áreas más afectadas por esos desastres", dijo Egeland.

En ese contexto, el estudio de la ONU subraya algunos puntos significativos.

La comunidad internacional "ya tiene la capacidad de construir un efectivo y completo sistema global de alerta temprana, no monolítico y centralizado, sino más bien una red de sistemas, basada en la experiencia y capacidad tecnológica en diferentes campos y en el conocimiento de aspectos sociales y económicos relevantes", indica el trabajo.

Para ser efectivos, los sistemas de alerta deben estar centrados en la gente e integrar cuatro elementos clave: el conocimiento de los riesgos, la vigilancia, la difusión de la alerta a las poblaciones en riesgo y la capacitación de las personas sobre cómo actuar ante los desastres, sostiene el informe.

"El fracaso de cualquiera de estos elementos puede significar la falla de todo el sistema", añade.

El estudio de la ONU se basó en información aportada por informes de 122 países a la Conferencia Mundial sobre Reducción de Desastres, celebrada el año pasado en Kobe, Japón, donde el 17 de enero de 1995 ocurrió el primer gran terremoto en una gran ciudad del Norte industrial, que acabó con 6.000 vidas.

También incluyó datos de los informes nacionales preparados para la Segunda Conferencia Internacional sobre Alertas Tempranas de 2003 y de diversas publicaciones de la ISDR.

Además, se contó con información actualizada de 23 países y de 20 agencias internacionales.

El estudio constata un considerable progreso en el desarrollo de conocimiento y de herramientas técnicas para evaluar los riesgos de desastres naturales y comunicar predicciones y alertas, sobre todo gracias al avance de las tecnologías de la información.

Hay sistemas de alerta temprana disponibles para prácticamente todos los tipos de riesgos, y están en operación en varias partes del mundo, reconoce.

Sin embargo, en muchos casos, sobre todo en los países en desarrollo, los sistemas carecen del equipamiento y los recursos necesarios. Y, en relación a ciertos riesgos como maremotos y derrumbes, son inexistentes, advierte. (

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