BIODIVERSIDAD: Responsabilidad de cada ciudadano de la Tierra

«Los gobiernos tienen un papel que cumplir, pero proteger la biodiversidad es responsabilidad de cada ciudadano del mundo», dijo a IPS el secretario general del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Ahmed Djoghlaf.

La conferencia de las partes del Convenio, que comenzó esta semana en Curitiba, Brasil, y concluirá a fines de mes, tomará una amplia gama de decisiones relativas a la aplicación de este tratado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ratificado por 159 países.

El principal organizador de la reunión, a la que asisten cientos de ministros, políticos, científicos y activistas, fue Djoghlaf, diplomático argelino que también dirigió el Fondo Global para el Medio Ambiente (GEF) y ocupó altos cargos en el Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (Pnuma).

Antes de su designación como secretario ejecutivo del Convenio sobre Diversidad Biológica a comienzos de este año, Djoghlaf supervisó unos 600 proyectos ambientales en más de 160 países.

Lo que sigue es un resumen de una entrevista que Djoghlaf concedió a IPS en Curitiba.

IPS: ¿Cómo evalúa la acción de los gobiernos firmantes del Convenio?

DJOGHLAF: Tomando en cuenta que la conservación de la biodiversidad está en la agenda de la comunidad internacional desde que el parque estadounidense de Yellowstone fue declarado área protegida en 1869, creo que ahora estamos ingresando en una nueva etapa. La primera cumbre sobre desarrollo sustentable se celebró en 2002. Antes, el ambiente y el desarrollo eran considerados dos asuntos separados.

El uso sustentable de la biodiversidad es una nueva área, el uso justo y equitativo de los recursos es una nueva área, y eso es que el Convenio tiene de bello. Usted no puede usar algo sustentablemente si no lo tiene. Por lo tanto, el pilar es la conservación, y luego usted deberá saber cómo usarlo sustentablemente.

En tercer lugar, rige una nueva ética en la relación entre el proveedor de recursos genéticos y el usuario. Y, por supuesto, la convención trata con sectores multimillonarios —grandes firmas biotecnológicas, grandes farmacéuticas—, por lo que todo esto toma tiempo. Como recién llegado, veo que el Convenio ha logrado un poco en líneas de guía, un poco en mecanismos, un poco en cuanto a los pueblos indígenas, un poco en ideas.

— ¿Cuán significativa es la participación de los pueblos indígenas en el proceso de implementación del Convenio?

— Hay más de 100 pueblos indígenas participando en la conferencia de las partes. El proceso de contribución de pueblos indígenas y comunidades locales está dispuesto en el propio texto del Convenio. En la primera conferencia, se decidió contar con un funcionario de tiempo completo dedicado por completo a atender a la población indígena

— Delegados de muchos países en desarrollo se han quejado en la conferencia sobre la falta de recursos. ¿Cree que los países ricos e industrializados tienen una responsabilidad en ese sentido?

— El financiamiento es extremadamente importante. Sin el GEF, no creo que estaríamos aquí hoy. El financiamiento de la implementación del Convenio es crucial. ¿Es suficiente? No. No. Pero el Fondo sobre Cambio Climático ha sido muy exitoso, además de los mecanismos financieros para establecer lo que hoy llamamos el Fondo Marrakesh.

El Convenio debe pensar cómo movilizar recursos financieros de manera innovadora, pues el desafío es enorme. El Convenio sobre la Diversidad Biológica atiende los ecosistemas, sin excepción. Por lo tanto, la cantidad de dinero necesaria para su implementación no tiene punto de comparación con otras convenciones.

¿De qué se trata el Convenio? Sobre la protección de la vida en la Tierra. ¿Puede ponerse un valor en dólares a la existencia de la humanidad en la Tierra?

— ¿Cuál es el rol de la sociedad civil en la implementación del Convenio?

— Todos estos movimientos ambientales, incluido el Pnuma, son consecuencia de la movilización de la sociedad civil, y el Convenio también. La sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales realizaron una enorme contribución al presionar a los gobiernos para que adoptaran un acuerdo sobre biodiversidad de carácter obligatorio.

Ahora pido a las organizaciones no gubernamentales a redoblar sus esfuerzos, porque el desafío es mayor. Tenemos un gran acervo de documentos y de decisiones, y ha llegado el momento de implementarlas. Por supuesto, los gobiernos tienen un papel que cumplir, pero es responsabilidad de cada ciudadano del mundo proteger la biodiversidad.

— Muchas organizaciones no gubernamentales son escépticas sobre el papel de las grandes empresas en la protección de la biodiversidad y en su influencia sobre las decisiones oficiales. En esta conferencia ya hubo varias manifestaciones contra la industria de la biotecnología, que pretende probar semillas genéticamente modificadas para venderlas a agricultores del Sur en desarrollo. ¿Qué piensa de eso?

— No puede impedirse a los empresarios hacer negocios. Están establecidos para eso. Suministran mercaderías que usted y yo compramos. Hacer negocios está bien. Pero necesitamos negocios verdes. Si usted, por ejemplo, decide que no necesita usar más usar bolsas de plástico, no las comprará. En ese caso, ¿cree que el empresario continuará produciéndolas?

Mientras como consumidores continuemos demandando productos dañinos para el ambiente, los empresarios continuarán fabricándolos. El empresariado que quiero para el largo plazo es el verde. Cada vez más y más consumidores están dispuestos a pagar más caro por productos que no dañen el ambiente. Si los empresarios quieren seguir en el mercado, deberán adoptar sus tendencias.

Pero aún debemos comprometer al sector privado con la implementación de este Convenio, que, de lo contrario, no tendrá éxito.

— Las negociaciones sobre varios asuntos de la conferencia están lejos de haber terminado. ¿Es usted optimista sobre el resultado?

— Soy optimista sobre el futuro de este Convenio porque se trata de nuestra vida. Estamos hablando de la vida de nuestros hijos. Vine aquí en enero a discutir los preparativos con los brasileños. Les dije que la conferencia sería histórica, y hemos hecho historia en lo que respecta a la cantidad de participantes. Nunca una conferencia de las partes del Convenio recibió 4.000 delegados. Vendrán 100 ministros. En la última conferencia, hubo solo 60.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y el primer ministro Tony Blair, de Gran Bretaña, firmaron hace poco una declaración conjunta en que se comprometían con la implementación y con los objetivos del Convenio, y tengo muchas esperanzas en que la próxima cumbre del Grupo de los Ocho en San Petersburgo, Rusia, asuma el mensaje de Curitiba. (

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