El rescate de pandas, gorilas o tigres, a menudo considerado banal ante los grandes problemas de la humanidad, ayuda a reducir la pobreza y a mejorar la vida de las comunidades, afirma la organización no gubernamental ambientalista WWF.
Un estudio de WWF, antes conocida como Fondo Mundial para la Naturaleza, asegura que la protección de animales y vegetales en riesgo de extinción alienta el desarrollo sustentable en áreas rurales de países como China, Costa Rica, India, Namibia, Nepal y Uganda.
"Todas las especies son importantes para los seres humanos como símbolos culturales y religiosos, mercancías, alimento, tela y transporte", dijo la directora del programa global de especies del WWF, Susan Lieberman.
"Todas las especies cumplen un rol vital al asegurar ciertos servicios que dependen de la calidad del ambiente, como la limpieza del agua y la fertilidad del suelo", dijo.
Los autores del informe argumentan que en muchas partes del mundo, las dinámicas que amenazan a la vida salvaje y la naturaleza también contribuyen a agravar la pobreza.
Por ejemplo, las tierras bajas de Terai en Nepal, las tierras anegables de Caprivi en Namibia y los bosques de Afromontane en Uganda son territorios amenazados por la pérdida de su hábitat y el agotamiento de su diversidad biológica, dado el acceso desigual a los recursos naturales necesarios para la vida y por la carencia de mecanismos de administración adecuada.
El informe de 80 páginas dice que el moderno concepto de conservación de las especies apunta a preservar y administrar la diversidad biológica en beneficio de las especies salvajes y de la gente.
La organización critica la separación entre estos dos aspectos en la asistencia al desarrollo y pide aumentar la conciencia pública sobre la interdependencia de la naturaleza, los ecosistemas y los esfuerzos por combatir la pobreza.
"La conservación y la administración de la biodiversidad siguen al margen de los planes de desarrollo y de la financiación", dice el informe.
"Esto es particularmente cierto en lo que respecta a la conservación de especies, que ha sido considerada erróneamente como marginal entre las prioridades del público y de su desarrollo", agrega. "Pero la preservación de especies contribuye con la reducción de la pobreza y el mejoramiento de los medios de subsistencia".
En 2000, los 189 estados miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio, entre los que se destaca la reducción a la mitad la proporción de la población pobre para 2015. La sustentabilidad amibental también figura en estos objetivos.
También el Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU, cuya conferencia de las partes está en curso en Curitiba, Brasil, persigue para 2010 la meta internacional de lograr una "significativa" reducción de la pérdida de biodiversidad de la Tierra.
Sin embargo, el WWF afirma que en la práctica no ha sido así. Mientras que se gastan miles de millones de dólares en reducir la pobreza y promover el desarrollo económico, no se ha cuidado el vínculo entre el desarrollo y la salud del ambiente.
El informe pide un mayor apoyo para un nuevo tipo de financiación dirigido al cuidado de las especies en peligro, cuya preservación juega un papel central en la agenda de desarrollo, especialmente en áreas de gran biodiversidad.
El informe urge a los organismos gubernamentales e internacionales a forjar más alianzas entre agencias de fomento del desarrollo y organizaciones de la sociedad civil, especialmente aquellas que trabajan con comunidades que tienen flora y fauna raras.
El objetivo es facilitar la distribución de los esfuerzos contra la pobreza y por la conservación.
El informe analiza casos de especies amenazadas como los tigres en Nepal, los gorilas en Uganda, los panda gigantes en China, las tortugas marinas en Costa Rica y los delfines de río en India.
El estudio del WWF explica cómo las comunidades rurales pobres se benefician con empleo, participación social, generación de ingresos y acceso a la carne gracias a los actuales programas de conservación.
En Nepal, un programa de conservación del tigre proporciona a los pobladores locales y agricultores la posibilidad de aprovechar sus recursos forestales al brindarles leña, otros productos del bosque, forraje, e ingresos por la venta de madera.
El turismo ecológico permite a las comunidades locales de China, Costa Rica, Namibia y Uganda obtener ciertos ingresos.
Se calcula que el turismo atraído por las tortugas supuso en 2002 un ingreso para Costa Rica de 6,7 millones de dólares, procedente principalmente de servicios de hospedaje y transporte, así como ventas de recuerdos, venta de entradas a los parques naturales y aranceles de los guías.
En Namibia, los proyectos de conservación costearon infraestructura rural, especialmente pequeños sistemas de irrigación, caminos y senderos secundarios, centros de salud, escuelas, y proyectos para obtener agua potable.
La investigación muestra mejoras significativas en la conservación y administración de recursos naturales en los países donde se están llevando a cabo tales proyectos.
En Tortuguera, Costa Rica, el anidamiento de la tortuga verde aumentó alrededor de 417 por ciento entre 1971 y 2003.
En Uganda, la única población de gorilas que existe actualmente crece lentamente gracias a los intensos esfuerzos de protección. La población actual registrada en los dos parques nacionales de Bwindi y Mgahinga cuenta con unos 700 especímenes.
En Nepal, la cantidad de tigres y rinocerontes pasó de 100 en 1960 a 460, según WWF.