BIODIVERSIDAD: Curitiba, una conferencia indígena

Indígenas de todo el mundo «bautizaron» la octava Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP8), inaugurada el lunes en esta ciudad brasileña, con la intención de inspirar a los participantes para que tomen buenas decisiones.

El rito practicado tiene el objetivo de "limpiar los corazones y las mentes", explicó uno de los portavoces del medio centenar de indígenas, representantes de varios pueblos nacionales y extranjeros presentes en la meridional ciudad brasileña de Curitiba.

Algunos estaban pintados de rojo, "color de la alegría" y no de guerra, en este caso, dijo a IPS Marcos Terena, coordinador de la participación de las comunidades originales en la conferencia.

Esa participación se explica porque uno de los principales puntos de la agenda de la COP8 es el derecho de los indígenas y otras comunidades locales a un "justo reparto" de los beneficios por el uso de la biodiversidad y de los conocimientos tradicionales.

Son derechos reconocidos por el Convenio, destacó la ministra de Ambiente de Brasil, Marina Silva, al asumir la presidencia de la COP8.
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El secretario ejecutivo del Convenio, el argelino Ahmed Djoghlaf, mencionó varios ejemplos de "milagros" alimentarios y medicinales producidos por la biodiversidad y los conocimientos tradicionales.

La espirulina, alga microscópica consumida por los kanembous, comunidad étnica asentada a orillas del lago Chad, hace de esa zona la única sin desnutrición en África, señaló.

Esta "alga de la esperanza", objeto de estudios de médicos y científicos, contiene 70 por ciento de proteína, el doble que la soja, y despertó el interés de la agencia espacial europea para usarla en vuelos de larga duración a partir de 2008.

Además de alimento, los pobres usan la espirulina para el tratamiento del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), a un costo infinitamente menor que si emplearan medicamentos convencionales, informó Djoghlaf.

Ochenta por ciento de la población mundial apela a las medicinas tradicionales, basada sobre el uso de vegetales. El Instituto del Cáncer de Estados Unidos calcula que contra esa enfermedad se usan más de 3.000 vegetales, 70 por ciento de las cuales proceden de bosques tropicales, acotó.

Djoghlaf mencionó el jaborandí, un arbusto del norte de Brasil indicado por los indígenas como eficaz remedio contra el asma, la pleuresía, la artrosis, la diabetes y la calvicie. Este vegetal es también un buen ejemplo de los beneficios no repartidos de la biodiversidad.

A partir de su composición química, la transnacional farmacéutica de origen alemán Merck produjo Salegen, medicamento para dificultades de salivación, un uso conocido por indígenas desde hace siglos, según una red de organizaciones que combate la biopiratería..

Otras 20 patentes registradas en el mundo tienen relación con elementos del jaborandi y no se tiene conocimiento de que las comunidades indígenas recibieron algún beneficio. Además, la extracción de la planta, aún más barata que la producción sintética, la amenaza con la extinción.

No está previsto que la COP8 apruebe un régimen internacional de acceso a la biodiversidad y reparto de sus beneficios inclusive para los portadores del conocimiento tradicional, pero se esperan "avances", explicaron Marina Silva y Djoghlaf en rueda de prensa.

Se trata de un conocimiento "no comparable con la ciencia", porque "es colectivo, difuso, difícil de atribuir a una única comunidad", explicó la ministra brasileña. Así, la remuneración tiene que hacerse por medio de fondos comunes destinados a todas las comunidades que comparten el conocimiento.

La COP8 será importante, destacó Silva, porque tratará "todos los temas" referidos a los tres objetivos básicos del Convenio sobre la Diversidad Biológica: la conservación de la biodiversidad, el uso sustentable de sus componentes y la cuestión del acceso y el reparto de los beneficios.

Se trata de impulsar la meta fijada para 2010 por la comunidad internacional: alcanzar una "significativa" reducción de la pérdida de biodiversidad de la Tierra.

Estos objetivos exigen un "pacto por la implementación del Convenio", con "sólida asociación" entre distintos sectores de la sociedad, una "reflexión ética" para convertir en acciones los compromisos asumidos por las partes y que los países industriales cumplan su "obligación" de proveer recursos financieros y transferir tecnología, resumió la ministra brasileña.

"La naturaleza habla y la humanidad no escucha", dijo Djoghlaf, citando al escritor francés Victor Hugo, para ilustrar la escasa conciencia de que hay "una catástrofe humana en el horizonte" anunciada por numerosos desastres climáticos como tsunamis, huracanes, sequías y nevascas que mataron miles y amenazan millones de personas.

"Tenemos que oír la naturaleza y actuar" y Brasil es el mejor lugar para hacerlo, pues tiene la mayor biodiversidad mundial, es la cuna del Convenio, aprobado en la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro, y ha protagonizado muchas y exitosas acciones ambientales, apuntó.

El Convenio ya cumplió un largo camino en 14 años, según Djoghlaf. Más de 283 reuniones, 192 decisiones que componen un libro de 1.039 páginas, un plan estratégico para los mayores ecosistemas y numerosos programas de trabajo ya fueron realizados o elaborados. Pero "falta mucho por hacer", coincidieron participantes en la COP8.

"Sin pasión no hay sueños y sin sueño no hay acción", dijo Bakari Kante, representante del director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), para destacar las buenas perspectivas de una conferencia que se acerca a los 4.000 participantes inscriptos destinada a impulsar medidas para revertir en los próximos cuatro años la pérdida de biodiversidad.

El viceministro de Recursos Naturales de Malasia, Letchumanan Ramatha, transmitió la presidencia del Convenio a Brasil en la personas de la ministra Marina Silva.

Los anfitriones de la COP8 —el gobernador del estado de Paraná, Roberto Requiao, y el alcalde de Curitiba, Carlos Alberto Richa— saludaron los participantes y destacaron realizaciones que justificaron la elección de esta ciudad como sede de la conferencia.

Curitiba es un ejemplo de logros en acciones ambientales, planificación urbana y calidad de vida y hospitalidad. Se esperaban 1.000 voluntarios para atender a los visitantes, pero aparecieron "mas de 5.000", que hablan más de 50 idiomas, sostuvo el alcalde Richa.

El gobernador Requiao se refirió a la lucha de su gobierno contra los transgénicos. Paraná es el primer estado brasileño con una ley de etiquetado para productos genéticamente modificados. Los bosques estaduales se han reducido a apenas tres por ciento del área original por la expansión desenfrenada de la agricultura en pocas décadas.

La COP8 se prolongará hasta el 31 de marzo y tendrá, del 26 al 29, un Segmento Ministerial en que se espera la participación de un centenar de ministros de Ambiente.

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