Ante la desaparición de un cuarto de la vida marina de la Tierra, líderes políticos y organizaciones conservacionistas subrayaron la importancia de que más países apoyen un tratado internacional sobre la gestión sustentable de los recursos pesqueros.
"Ciertas poblaciones de peces decayeron al punto de que su valor comercial se ha vuelto insignificante. Otras se han reducido tan sustancialmente que su supervivencia biológica es seriamente amenazada", alertó el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, en un comunicado divulgado en Nueva York
La ONU prevé realizar entre el 22 y el 26 de mayo una reunión de cinco días para analizar la sobreexplotación de la vida marina en alta mar.
El encuentro analizará la aplicación del Acuerdo de la ONU para la Población de Peces (FSA, de 1995), sobre conservación y gestión de "las poblaciones transzonales y altamente migratorias", y discutirá la necesidad de fortalecer la sustancia del convenio y sus métodos de implementación.
El término "transzonal" se aplica a aquellas especies que pueden habitar tanto dentro de la zona económica exclusiva de un país (hasta 200 millas náuticas desde la costa) como en aguas internacionales. Esta categoría incluye el bacalao, el mero, el pollock, el calamar y la caballa
Las especies "altamente migratorias" son las capaces de trasladarse a través de relativamente largas distancias, como el atún, el pez espada y el tiburón.
Según el informe, dentro de las especies más amenazadas se encuentran algunos tipos de atún, como el de aleta azul o el albacora, así como diferentes clases de tiburones. Por ejemplo, el tiburón peregrino es altamente vulnerable a la sobreexplotación debido a su lenta tasa de crecimiento. Las tortugas marinas son también otra especie en alto riesgo.
"El FAS es un convenio importante y útil, porque provee un enfoque preventivo de la gestión de los recursos pesqueros", dijo a IPS Harlan Cohen, de la organización Unión para la Conservación Mundial.
"Esperamos que el FSA se vuelva más útil cuando se unan a él más estados y se acuerden las medidas de implementación, esto es, acciones específicas de gestión y conservación", añadió.
Una hoja informativa distribuida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señala que la proporción de poblaciones de especies marinas sobreexplotadas y reducidas pasó de 10 por ciento a 25 por ciento entre 1974 y 2003.
"La continuada prevalencia de pesca ilegal, no regulada ni reportada revela la ausencia de un adecuado control de las actividades en alta mar", señaló Duncan Currie, de la organización ambientalista Greenpeace.
En los últimos 14 años, los 10 países responsables de 60 por ciento de la pesca mundial han sido Chile, China, Estados Unidos, India, Indonesia, Japón, Noruega, Perú, Rusia y Tailandia.
En 12 de las 16 regiones estadísticas diferenciadas por la FAO, incluyendo el Atlántico noroccidental, el Atlántico sudoriental y el Pacífico sudoriental, más de la mitad de las poblaciones de especies marinas fueron sobreexplotadas o completamente explotadas.
La semana pasada, la ONU terminó una reunión preparatoria para el encuentro de mayo sobre el FSA.
Nicholas Michel, consejero legal de la ONU, dijo a los delegados: "Hay un amplio consenso en que la pesca mundial está en una encrucijada".
"Es ampliamente reconocido que la política de pesca hoy debe equilibrar los beneficios económicos y sociales a corto plazo con la necesidad de garantizar una sustentabilidad a largo plazo de los recursos marinos", añadió.
El FAS fue firmado por 59 países y entidades, y contiene claras obligaciones a las parte para conservar y administrar las poblaciones de peces y para proteger la biodiversidad marina. Los firmantes también deben "tener en cuenta los intereses de la pesca artesanal y para subsistencia".
El convenio obliga a las partes a cooperar en la puesta en práctica de sus provisiones y crear organizaciones regionales para controlar la gestión de la pesca.
Pero dos provisiones del acuerdo estancaron la ratificación de varios países. Una de estas permite a un estado parte inspeccionar los barcos de pesca con bandera de otro país firmante en áreas de alta mar vigiladas por una organización regional para garantizar el respeto de las reglas establecidas por esa organización.
La otra establece medidas de conservación y administración de especies transzonales y altamente migratorias en zonas bajo jurisdicción nacional de países costeros y áreas marítimas adyacentes.
Annan señaló que se necesita la firma y ratificación de más países para asegurar una "implementación más completa y efectiva del acuerdo".
"La participación de todos los estados costeros clave y de los estados que pescan en alta mar es vital para garantizar una amplia aceptación del nuevo enfoque sobre administración de recursos pesqueros que contiene el pacto", añadió.