El tabaco viola una de las garantías fundamentales de los consumidores, que es el derecho a la seguridad, argumenta Muyunda Ililonga, secretario ejecutivo de la Asociación de Consumidores de Zambia, conocida por su sigla en inglés ZACA.
Hay que aceptar que el tabaco es un producto de consumo, pero se trata del único de esa categoría que mata a sus consumidores, inclusive si se emplea de acuerdo a las instrucciones, sostuvo el activista.
Ililonga lamenta que su país no forme parte todavía del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco (CMCT), un tratado ratificado en menos de tres años por 124 países.
El convenio se propone detener los efectos nocivos del hábito de fumar mediante disposiciones que modifican las políticas de las compañías tabacaleras, en particular con prohibiciones a la publicidad, promoción y patrocinio de ese producto y de sus derivados.
La descripción que hace Ililonga de su país muestra un caso singular pues por un lado Zambia aplica "programas razonables de prevención y control del tabaco", explicó el activista a IPS.
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Pero, al mismo tiempo, las autoridades alientan el desarrollo de la producción tabacalera.
Zambia se ha convertido en un gran productor de tabaco. Excluida la actividad minera, y en particular la boyante extracción del cobre, el tabaco constituye uno de los mayores ingresos de divisas para el país, reconoció Ililonga. Ya casi se encuentra a los niveles de Malawi y Zimbabwe, las dos potencias comerciales del tabaco en África, ejemplificó.
Mientras el conjunto de la producción agrícola de Zimbabwe se encuentra en etapa de declinación, la de Zambia se expande porque los agricultores blancos del país vecino han cruzado la frontera común.
El éxodo de los granjeros blancos guarda relación con el conflicto suscitado en Zimbabwe cuando las autoridades reformaron el sistema de distribución de la tierra que conservaba los cánones implantados por el régimen colonial británico.
Los agricultores procedentes de Zimbabwe eran grandes propietarios con vasta experiencia, que han cultivado tabaco en el país vecino durante largo tiempo y ahora se han trasladado a nuevas tierras en Zambia, describió el dirigente de ZACA.
Esos agricultores invierten, y el gobierno de Zambia está interesado en atraer inversiones extranjeras directas, mencionó Ililonga.
El cultivo del tabaco es una de las áreas que pueden movilizar las inversiones agrícolas y Lusaka da prioridad a la actividad rural en sus políticas de crecimiento económico, insistió.
Los países adheridos al tratado antitabaco concluyen este viernes en Ginebra las deliberaciones de la primera Conferencia de las Partes del CMCT, con la aprobación de resoluciones para establecer una secretaría permanente y para atender las necesidades financieras que la aplicación del convenio origina en las naciones pobres.
Durante las sesiones de la conferencia, iniciada el día 6, un grupo de países productores de tabaco comenzó a analizar la posibilidad de aplicar políticas comunes para fomentar la sustitución de ese cultivo por otros sustentables.
Entre esas naciones figuran Brasil, el primer exportador de tabaco, China, el primer productor, y otras como India, Malasia, República Dominicana, Malawi y Zimbabwe.
Pero Zambia no forma parte de ese grupo "aunque debería serlo". Y eso "es muy triste", reflexionó Ililonga. Lo que ese conjunto de países está haciendo es lo que se supone que debería también hacer Zambia, "planificar el futuro del convenio sobre control del tabaco", agregó.
El tabaco causará este año en todo el mundo unos cinco millones de decesos por enfermedades relacionadas con su consumo. Se calcula que en 2030, el número de muertes anuales por ese motivo ascenderá a 10 millones.
Otro aspecto estadístico advierte de que en el mismo 2030, 70 por ciento de las muertes por tabaquismo ocurrirán en los países en desarrollo, con un aumento de 50 por ciento sobre los valores actuales.
El secretario de ZACA observó que Zambia todavía tiene una las tasas más bajas de tabaquismo. Pero en su organización "no queremos esperar hasta que lleguen a los niveles alarmantes de otros países, como los occidentales".
Los sistemas de prestación de servicios médicos de nuestro país son inadecuados para afrontar las enfermedades derivadas del tabaquismo, que pueden ser manejadas en las naciones occidentales, dotadas de mayores facilidades, sostuvo el experto africano.
Por ese motivo es muy urgente que tratemos de prevenir la epidemia del tabaco, enfatizó.
Por el momento, Zambia dispone de programas razonables de prevención y control, con restricciones de publicidad y de consumo en lugares públicos, escuelas, hospitales, en el sistema público de transporte, al igual que en las actividades de promoción y propaganda.
Es verdad, son meras restricciones, no prohibiciones, pero se las hace cumplir, afirmó. Ahora, el CMCT presenta una oportunidad para que el país se sume al resto del mundo más avanzado para mejorar las normas de control y el régimen de observancia.
Por tanto, lo que el gobierno de Zambia debe hacer es incorporarse al tratado para cumplir estrictamente con todas sus disposiciones, reafirmó.
Pese a esto, Ililonga se declaró frustrado por la división entre países ricos y pobres observada en las sesiones de la Conferencia de las Partes cuando se discutió sobre el aporte de recursos para facilitar la aplicación del tratado a las naciones en desarrollo.
Los países pobres han propuesto la creación de una canasta de fondos para sostener los programas de asistencia técnica y financiera que demandan las campañas nacionales de control del tabaco.
El mecanismo debería ser semejante al que se ha implementado para apoyar las campañas contra el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) y la gripe aviar, puntualizó Ililonga.
Pero los países ricos no parecen dispuestos a proveer fondos para la lucha contra el tabaco. Solo abren sus arcas para financiar campañas contra el sida y el paludismo, lamentó.