CINE-DDHH: Otro golpe para Bush y Blair en Berlín

El Festival Internacional de Cine de Berlín reflejó en su 56 edición, como es habitual, las convulsiones de la política mundial. Un ejemplo de eso fue la consagración de Michael Winterbottom y Matt Whitecross como mejores directores por «The Road to Guantánamo».

La película de los realizadores británicos había causado en su estreno una gran impresión entre los críticos, así como la más animada de las conferencias de prensa celebradas en el marco del festival de 10 días, conocido popularmente como Berlinale.

El filme de Winterbottom y Whitecross narra la odisea de tres jóvenes británicos de origen pakistaní, uno de ellos hoy presumiblemente muerto, quienes en 2001 viajaban a un poblado de la provincia de Punjab.

Uno de los muchachos, Asif Iqbal, planeaba casarse allí con una novia elegida por su madre. Los tres se reunieron en la ciudad pakistaní de Karachi poco antes de la boda.

Pero cambiaron sus planes para dirigirse a Afganistán, poco después de iniciados los bombardeos de Estados Unidos en respuesta a los atentados que el 11 de septiembre de 2001 dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington. Su intención era ayudar a las víctimas de la guerra.

Pronto, los tres muchachos naturales de Tipton, cerca de la ciudad inglesa de Birmingham, se dieron cuenta de la inutilidad de sus acciones, pero también de la imposibilidad de regresar a Pakistán.

Pasó muy poco hasta que fueron capturados por la coalición internacional encabezada por Estados Unidos e introducidos en un contenedor que terminó ametrallado por las milicias de la Alianza del Norte, colaboradora de los invasores. Muchos de los que estaban allí murieron.

Rhuhel Ahmed, Asif Iqbal y Shafiq Rasul sobrevivieron, y luego fueron golpeados y sometidos a diversos abusos antes de ser despachados a la base naval estadounidense en Guantánamo, Cuba. Allí permanecieron dos años, hasta que recuperaron la libertad y regresaron a Gran Bretaña.

La película de Winterbottom y Whitecross, buena parte de la cual fue rodada en Irán, alterna comentarios de los tres jóvenes con reconstrucciones cinematográficas de la pesadilla que sufrieron. Constituye así una acusación contra quienes dirigen y operan la prisión de Guantánamo.

Al mismo tiempo que "The Road to Guantanamo" ("El camino a Guantánamo") era aplaudida en Berlín, el presidente estadounidense George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair recibían el devastador informe de un comité investigador de la ONU, que exigía el cierre de la prisión y la libertad o juzgamiento en Estados Unidos de sus 500 detenidos.

Dos de las víctimas de la guerra contra el terror participaron junto con Winterbottom en la conferencia de prensa posterior a la exhibición del filme, y luego subieron al estrado, invitados por el director, cuando se asignaron los premios Oso de Plata de la Berlinale.

"Después de que nos liberaron nos resultaba difícil dormir, pues no dejábamos de escuchar los soldados golpeando las celdas con palos. Los escuchábamos en nuestra mente a nuestras espaldas, y despertábamos sudando y asustados", recordó Sharik Rasul.

"Pero debemos empezar a vivir nuestra vida. No podemos olvidarnos de lo que sucedió. Nunca me olvidaré lo que sufrí, y pienso en lo que aún sufra mucha gente", afirmó.

"Sabemos que la gente que conocimos en Guantánamo es inocente. No hicieron nada equivocado. Algunos británicos aún están allí y conocemos a sus familiares, que nos preguntan cosas que no podemos contestarles", añadió.

Todo lo que los familiares de los prisioneros desean saber es cuándo serán liberados. "Eso es lo que les resulta más difícil, ver a sus hijos sin poder hacer nada por ellos. Quizás el filme ayude a que el mundo sepa lo que sucede el Guantánamo y que también ayude en la liberación de los prisioneros", sostuvo el joven.

Consultado sobre la combinación en "The Road to Guantanamo" de técnicas de documental y de cinematografía de ficción, Winterbotton contestó: "Queríamos encontrar la mejor manera, y también la más simple, de narrar la historia de Rhuhel, Asif y Shafiq."

Eso implicó incluir a los jóvenes hablando por sí mismos ante la pantalla, explicó. "Pero al mismo tiempo, queríamos mostrar lo que ellos pasaron desde su punto de vista", indicó.

Interrogado sobre la reacción de Blair ante la película, Winterbottom se encogió de hombros y respondió: "No la sé, y realmente no me interesa."

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