AMBIENTE-EEUU: Empresas aprueban plan climático alternativo

Importantes firmas de generación de energía y manufacturación se unieron a una prominente organización de expertos ambientales para desarrollar el primer programa abarcador de Estados Unidos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Shell Oil, British Petroleum, Cinergy Corp., Intel, Alcan Inc. y otras aprobaron la "Agenda para la Acción Climática", emitida por el Centro Pew sobre Cambio Climático Global, una organización no gubernamental con sede en el oriental estado estadounidense de Virginia que trabaja con privados para brindar información y soluciones confiables sobre cambio climático.

Este informe es el primer consenso amplio sobre las políticas necesarias para que Estados Unidos aborde exitosamente los problemas ambientales causados por la quema de combustibles fósiles como el petróleo y el carbón, dijo Eileen Claussen, presidenta del Centro Pew.

El documento, publicado el 8 de este mes, coincidió con un llamado ampliamente publicitado de 85 influyentes líderes cristianos evangélicos de Estados Unidos para que el Congreso apruebe una legislación que reduzca las emisiones de gases invernadero, responsables del recalentamiento global.

"Algunos creen que la respuesta al abordaje del cambio climático radica en los incentivos tecnológicos. Otros dicen que limitar las emisiones es la única respuesta. Necesitamos las dos cosas", afirmó Claussen.
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Estados Unidos es responsable de 25 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero el presidente George W. Bush retiró en 2001 la firma que había sido estampada por su predecesor, Bill Clinton (1993-2001), en el Protocolo de Kyoto, aprobado en esa ciudad japonesa en 1997.

El Protocolo, que ya fue ratificado por más de 150 países y entró en vigor este mes, obliga a los países industrializados a reducir para 2012 las emisiones de gases invernadero en un promedio de 5,2 por ciento por debajo de los niveles de 1990.

La negativa de Bush a considerar obligatorias las reducciones de emisiones lo ubicó en malas relaciones con las organizaciones ambientalistas, muchos gobiernos estaduales y locales, e incluso una cantidad de grandes corporaciones preocupadas por el hecho de que la actual dependencia de combustibles fósiles es insostenible a largo plazo.

El informe del Centro Pew señala que las concentraciones de gases invernadero son las más elevadas que han existido en cientos de miles de años, causando "impactos observables en todo el mundo, y estos cambios están ocurriendo más rápidamente de lo esperado".

"Estoy convencido de que es prudente actuar ahora para abordar lo que sabemos (sobre cambio climático)", dijo James Rogers, presidente de Cinergy, una empresa de energía con sede en el nororiental estado de Cincinnati, que es la quinta mayor productora estadounidense de electricidad a partir del carbón..

El informe exige una combinación de reducción obligatoria de emisiones que abarque a toda la cadena económica, investigación científica, producción de energía alternativa y adaptación. Hace 15 recomendaciones específicas que pueden ser implementadas de inmediato, que incluye reducciones en el país y compromiso en el proceso de negociaciones internacionales.

"El informe representa un plan de acción pragmático y significativo para reducir las emisiones", sostuvo Vicki Arroyo, directora de análisis político del Centro Pew.

La participación constructiva por parte de Estados Unidos a nivel internacional para fortalecer los esfuerzos globales para reducir las emisiones es parte importante de este plan, dijo Arroyo a IPS.

"El plan de reducción voluntaria del gobierno de Bush claramente no está funcionando, y eso no va a cambiar sin políticas y regulación", agregó.

El presidente de Shell, John Hofmeister, coincidió con Arroyo. "Los cambios son necesarios en nuestra infraestructura de energía para cumplir con la demanda futura y responder al cambio climático no ocurrirán por casualidad", dijo.

"Un marco de trabajo claro y a largo plazo dará a al negocio el incentivo y la confianza necesarios para invertir más", dijo Hofmeister.

El informe presta especial atención al uso del transporte y la energía, porque son las dos principales fuentes de emisiones de Estados Unidos, señaló Arroyo.

Sólo el sector transporte representa 30 por ciento de las emisiones en este país. Los intentos por mejorar la eficiencia del combustible para vehículos en los últimos años fracasaron debido a la intensa presión ejercida por los fabricantes de automóviles y algunas empresas petroleras, así como por la oposición del gobierno de Bush.

Los estándares de eficiencia de combustible para vehículos de Estados Unidos, bajo el programa Economía Corporativa de Combustible Promedio (CAFE por sus siglas en inglés) cambió poco desde 1985.

Aunque es similar al actual programa CAFE, la diferencia clave de la propuesta del informe es que una compañía cuyo promedio está por debajo del estándar podría ganar "créditos" para ser utilizados en el futuro o vendidos a otras fábricas de automóviles o en el mercado de créditos de carbono.

También se necesitan importantes incentivos del gobierno para atraer a los vehículos que generan cero o bajas emisiones al mercado, junto con el creciente gasto en investigación de biocombustibles.

"Mejorar la eficiencia de la energía es lo más fácil que podríamos hacer y las compañías nos dicen que los ahorros en materia de costos resultan de esas mejoras", señaló Arroyo.

Sin embargo, el uso y la producción más eficientes de la energía casi no serán suficientes para lograr las necesarias reducciones de emisiones en una economía donde prevalece el consumo de electrodomésticos.

Las emisiones de gases invernadero en Estados Unidos crecieron más de 18 por ciento desde 1990, y el Departamento de Energía prevé que aumentarán otro 37 por ciento para 2030.

El carbón es, por lejos, la forma de energía que más gases invernadero expele, y como es barato continuará siendo una importante fuente de energía en Estados Unidos.

Según el informe, se necesitan inversiones masivas para investigar modos de capturar y almacenar los gases invernadero de las plantas eléctricas alimentadas a carbón.

"Vamos a necesitar todas las formas de producción de energía, incluyendo más carbón y nuclear", señaló Arroyo. "Pese al apoyo del gobierno de Bush a las tecnologías limpias de carbón, Estados Unidos no está invirtiendo ni cerca de lo que se necesitará para hacer este trabajo", apuntó.

Actualmente, las empresas están construyendo nuevas plantas de carbón, así que hay una urgencia tremenda para desarrollar estas nuevas tecnologías, agregó. Además, se tiene que establecer un régimen de seguridad y un marco regulatorio.

"Todo esto es vital, dado que la industria de la energía eléctrica se prepara para construir la próxima generación de plantas necesarias para nuestra economía en crecimiento", dijo Rogers, de Cinergy.

El informe expresa la necesidad de una acción urgente. La muy necesaria transición a una economía de bajas emisiones "no será fácil, pero es crucial para comenzar ahora. Una mayor demora sólo volverá más desalentador y costoso el desafío que tenemos por delante", concluye.

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