TURISMO-OMÁN: Observar cetáceos tiene su riesgo

Los mares de Omán albergan a 20 de las 81 especies de cetáceos conocidas en el mundo, pero el auge de las expediciones turísticas para observarlos en su hábitat constituye un nuevo riesgo para su supervivencia.

Los cetáceos son grupos de mamíferos marinos que incluyen a las ballenas, los delfines y las marsopas.

Los turistas quedan fascinados por el avistamiento de gráciles delfines o ballenas que se sumergen y salen a la superficie en las claras aguas azules de la costa de Omán.

"Luego de casi una hora de navegación, habíamos perdido toda esperanza de ver algo, y mucho menos delfines. Repentinamente allí estaban, saltando y jugueteando. Fue una de las imágenes más hermosas que jamás haya visto", relató Bhuvana, una turista de Dubai.

"Había cientos de ellos. Nuestro barco fue rodeado por cuerpos brillantes que daban volteretas. Cada pocos segundos muchos saltaban, rociando el aire con agua. Fue asombroso", agregó encantada.

Mientras los turistas se maravillan con esta clase de espectáculos, los conservacionistas se preocupan por la velocidad con que la observación de cetáceos se convierte en una importante industria en este país de Medio Oriente con limitados recursos petroleros.

"Aunque están ubicadas dentro del trópico, las aguas de Omán experimentan corrientes de agua muy fría y rica en nutrientes, lo que hace su entorno marino mucho más productivo que la mayoría de las regiones tropicales. Hay una abundante fuente de alimentos para muchas especies de ballenas y delfines, de ahí las grandes cantidades", explicó la especialista Gianna Minton, de la Organización para la Investigación de Ballenas y Delfines de Omán, que es parte de la Sociedad Ambientalista de ese país (ESO por sus siglas en inglés).

Los fáciles avistamientos fáciles y el creciente número de operadores turísticos llevan a preguntarse sobre las amenazas para la conservación de estos hermosos mamíferos.

Existen organizaciones dedicadas a la preservación, como la ESO, que promueven viajes de ecoturismo que sirven del mismo modo a turistas y a conservacionistas, pero los operadores comerciales a menudo ignoran las pautas de seguridad y las advertencias relativas a la preservación.

"Tenemos las reservas (turísticas) completas, especialmente durante los meses de invierno. Intentamos recordar todas las indicaciones, pero a menudo son olvidadas debido a la prisa", dijo Ahmed, un agente turístico..

En los últimos tiempos, el turismo se ha convertido en una de las principales industrias de Omán. Las autoridades revalorizaron el inmenso potencial económico de su hermoso paisaje, sus majestuosas fortalezas, sus playas arenosas y poco profundas, su desierto intimidante y sus colinas onduladas.

Según el subsecretario de Turismo, Salem al-Muaameri, el turismo representa uno por ciento del producto interno bruto, pero se espera que en 2020 constituya entre tres y cinco por ciento, y que más de un millón de turistas visiten este país por año.

La mayor parte de los turistas proceden de Gran Bretaña. Los siguen los alemanes, franceses e italianos.

Observar ballenas y delfines es una de las principales atracciones, y Omán tiene el potencial de atraer buena parte de las ganancias anuales globales del negocio de los avistamientos, estimado en 317 millones de dólares y en cuatro millones de personas en todo el mundo que se aventuran al mar sólo para ver juguetear a estos mamíferos.

El gobierno y varios expertos regionales e internacionales están formulando varias medidas para asegurar que estas especies no resulten amenazadas por la creciente actividad turística.

La Organización de Minton ha investigado durante muchos años las ballenas y delfines en Omán, y trabaja codo a codo con el gobierno para asegurar que los hallazgos de estos estudios se traduzcan en una acción que apunte a la conservación.

Como parte de la ESO, la Organización también puede actuar en un esfuerzo más amplio para proteger los recursos naturales del país y alentar la conciencia ambiental.

"Las ballenas y los delfines soportan muchas de las mismas amenazas que en el resto del mundo, como quedar atrapados en aparejos de pesca, pérdida del hábitat o la degradación del mismo por el desarrollo costero, la contaminación y la exploración petrolera, y los disturbios originados por el tráfico de embarcaciones de navegación, recreación y ecoturismo", dijo Minton.

"No hay medidas formales en práctica para proteger a las ballenas y los delfines, más allá de una prohibición a la caza directa y varias leyes de contaminación marina, la Organización y la ESO están trabajando para impulsar el desarrollo de tales normas", agregó.

El gobierno también intentas para reducir el número de ballenas y delfines atrapados accidentalmente en redes de pesca cada año. Un equipo de buzos voluntarios está alerta las 24 horas para actuar ante reportes de animales en peligro. Omán jugó un papel importante en detener la caza internacional de ballenas, y es el único país de la península Arábiga miembro de la Comisión Ballenera Internacional. También apoya fuertemente a la no gubernamental Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y aplica la prohibición global a la caza y la matanza de estos mamíferos.

La mayoría de los avistamientos se producen bastante cerca de tierra firme, facilitando el trabajo de los operadores turísticos.

Los pescadores suelen seguir las embarcaciones de turistas y son recompensados con la pesca del atún, que se vende a precios elevados en el mercado local. Los delfines son habitualmente más fáciles de hallar que las ballenas, dado que tienden a nadar en grupos más grandes y salen a la superficie más frecuentemente.

"A medida que la industria crece, los operadores turísticos necesitarán tener especial cuidado en proteger el recurso que están explotando. Algunos se pueden ver tentados a hacer que los delfines salten, o acercarse a las ballenas para que muevan las colas o las aletas, ignorando que tales exhibiciones son en realidad señales de advertencia o incomodidad", explicó Minton.

"Los clientes que participan en estas visitas pueden contribuir inconscientemente al acoso de ballenas y delfines. Si se amplían estas prácticas pueden forzar a los animales a alejarse de las áreas en las que son fácilmente observados, y en última instancia, las empresas estarán destruyendo su propio negocio", observó.

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