La falta de estadísticas clave que discriminen datos por género en materia de población, salud, educación y trabajo distorsiona la imagen del rol social y económico de las mujeres en todo el mundo, según un informe de la ONU.
La escasez de estadísticas nacionales confiables también incide negativamente sobre los conocimientos disponibles en cuatro áreas relativamente nuevas: la violencia contra la mujer, la pobreza, el poder y la toma de decisiones, y los derechos humanos.
Europa tiene el registro más elevado de datos precisos y África, el más bajo, indicó el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DEAS) de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), en su último informe sobre "Las mujeres del mundo 2005: Progreso en estadísticas".
Las otras regiones del mundo —incluidas Asia, América Latina y el Caribe— se encuentran entre los dos extremos. "Las regiones más desarrolladas registran los datos más altos y los (50) países menos desarrollados los menores", indicó el estudio.
Pero más de la mitad de los 54 países de África aportaron datos sobre población clasificados por sexo, así como sobre inscripciones a estudios primarios, secundarios y terciarios al menos una vez entre 1995 y 2003.
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Sin embargo, menos de un tercio de esos países proporcionó información discriminada por sexo sobre nacimientos, muertes y características económicas de la población.
"Las estadísticas son ingredientes olvidados pero esenciales para el progreso económico y social", afirmó el secretario general adjunto del DEAS, José Antonio Ocampo.
"Una de las deficiencias más pronunciadas en esta área —con los efectos más dañinos— aparece en la recolección de datos clasificados por sexo y de datos que se centran en cuestiones de género", dijo a los periodistas.
En el prefacio del informe, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, señaló que 11 años después de la histórica Conferencia Mundial sobre la Mujeres celebrada en Beijing, "la carencia de estadísticas nacionales confiables sobre cuestiones de género persiste en muchas partes del mundo".
La Plataforma para la Acción de esa conferencia urgió a los servicios de estadísticas nacionales, regionales e internacionales a asegurarse de que los datos relativas a individuos se recabaran, analizaran y presentaran por sexo y edad, y que reflejaran problemas y asuntos concernientes a mujeres y hombres.
Según el estudio publicado este miércoles, las continuas mejoras en la recolección de datos y en la elaboración de informes son factores clave no sólo para realizar un seguimiento de la situación de las mujeres del mundo, sino también para avanzar en este aspecto.
La jefa de la División de Estadísticas Demográficas y Sociales de DEAS, Mary Chamie, dijo a IPS que no es posible producir y sostener programas nacionales de estadísticas de género sin apoyar y fortalecer la producción de estadísticas nacionales oficiales.
"La débil recolección y elaboración de informes sobre las estadísticas conduce a la falta de evidencias. ¿Cuán bien representadas en las estadísticas están las mujeres del mundo?", preguntó.
"Esta es la cuestión del informe. Se necesitan programas nacionales de estadísticas confiables para la formulación de políticas, la planificación y la evaluación de objetivos de desarrollo nacional".
Chamie identificó entre las principales trabas el hecho de que los países menos desarrollados, y África en particular, requieren compromiso nacional y apoyo público de actores clave, como las organizaciones femeninas, para fortalecer tres actividades estadísticas esenciales.
En primer lugar, según la funcionaria, es necesario realizar censos de población y vivienda que enumeren la población total de los países e informen a la ONU los resultados durante la ronda de censos de la próxima década (2005-2014).
En segundo término, exhortó a fortalecer programas nacionales de mejora de encuestas de hogares para abordar cuestiones cuyo análisis requiere información más detallada.
Por último, urgió a fortalecer la elaboración de estadísticas vitales a través de un sistema de registro civil que deje constancia de los nacimientos por sexo y de las muertes por sexo y por edad.
"Estas son las actividades más básicas de las oficinas nacionales de estadísticas, en lo relativo a evaluar e informar sobre la calidad de vida de mujeres y hombres, niñas y niños", agregó.
Los gobiernos requieren estadísticas nacionales oficiales para una detallada evaluación del progreso, en provincias, ciudades, condados, pequeñas áreas rurales y aldeas y atravesando fronteras socioeconómicas y otros grupos especiales, sostuvo Chamie. "Sin estadísticas, uno se está quedando ciego", opinó.
Según el estudio, también escasean estadísticas vitales básicas discriminadas por sexo, incluso en el número de nacimientos y muertes en un país.
"Aumentó muy poco la cantidad de países que recabaron e informaron con frecuencia el número de nacimientos por sexo y muertes por sexo y edad en su población en los últimos 30 años. En efecto, muchos países todavía no lo hacen", señaló el estudio.
El jefe de la Subdivisión de Población y Desarrollo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNPFA), François Farah, dijo que la producción de estadísticas de género resultó seriamente afectada por la poca atención o el enfoque declarativo dedicados a la igualdad de género en la sociedad en general y en políticas de desarrollo y de erradicación de la pobreza en particular.
"Las mujeres no son visibles en la mayoría de las estadísticas vitales —tales como las que abarcan nacimientos y muertes—, porque a menudo simplemente ellas no son visibles en sus propias sociedades y comunidades", dijo Farah a IPS.
El nacimiento de niñas con frecuencia no se registra porque no son tan valoradas como los niños. Muchos censos informan poco sobre enfermedades femeninas y muchas estadísticas laborales y agrícolas subrepresentan a las mujeres, debido a una seria falta de reconocimiento de su contribución económica y social, agregó.
Las estadísticas de género sistemáticas son absolutamente esenciales para controlar la magnitud de la discriminación de género y para informar políticas y programas adecuados. Toda mujer debería contar, para que todos puedan contar, dijo Farah.