Un original proyecto de promoción agrícola en el norte de Nigeria está ayudando a muchos campesinos a salir de la pobreza, a pesar de las adversidades climáticas y financieras.
En vez de pequeños préstamos en efectivo, el plan de Promoción de la Agricultura Sustentable en el Estado de Borno (Prosab, por sus siglas en inglés) otorga semillas y fertilizantes a los cultivadores más pobres, quienes los pagan luego con la venta de parte de sus cosechas.
El proyecto, financiado por la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA, por sus siglas en inglés), tiene un presupuesto de 5,4 millones de dólares y es implementado desde hace dos años por el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA, por sus siglas en inglés), con sede en Ibadan, capital del sudoccidental estado nigeriano de Oyo.
Prosab, que está previsto funcione durante cinco años, ya logró mejorar en gran medida la seguridad alimentaria en el norte del país.
La productividad agrícola y los ingresos derivados de esa actividad se incrementaron en los últimos años pese al clima desfavorable, las malas condiciones de fertilidad del suelo y la "striga", un yuyo parasitario que destruyó haciendas enteras en el nororiental estado de Borno.
"La llegada del Prosab nos ayudó mucho, porque nos enseñó cómo vencer la pobreza, el hambre y las enfermedades. Ahora obtengo el doble de lo que solía producir", dijo la agricultora y conferencista Nancy Wakama.
El IITA aplica el plan con la colaboración del Programa de Desarrollo Agrícola de Borno, la Universidad de Maiduguri (capital del estado) y la organización no gubernamental Investigación Comunitaria para la Potenciación y el Desarrollo.
El administrador de Prosab, Jan Helsen, señaló que la prioridad es ayudar a los agricultores de Borno, que afrontan una difícil situación a causa de las lluvias erráticas, la poca fertilidad del suelo y las malas políticas ambientales.
"El objetivo es mejorar la seguridad alimentaria y reducir la degradación ambiental, impulsar la agricultura sustentable con tecnologías y prácticas administrativas mejoradas, garantizar el acceso al mercado, desarrollar una buena política ambiental y potenciar la capacidad de producción", dijo Helsen a IPS.
La mayoría de los establecimientos agrícolas del estado plantan maíz y soja. Más de 2.000 agricultores en cuatro distritos recibieron semillas gratuitamente este año. Alrededor de 30 comunidades participan del proyecto.
Prosab hasta ahora ha demostrado ser autosustentable. Los cultivadores producen suficiente para ellos mismos y para contribuir con el fondo común, que se reparte entre los nuevos agricultores que se unen al programa cada año, al inicio de la temporada de siembra.
A partir del segundo año en que un agricultor es beneficiado, IITA reduce el número de bolsas de semillas y fertilizantes gratis, y al final de los dos años le retira el préstamo por completo, "pues ya es capaz de comprar sin depender de nosotros", explicó Lucky Omogui, investigador asociado al proyecto.
Los cultivos aumentaron en todas partes. Ndiherwa Ibrahim, habitante de la aldea de Marama, dijo haber cosechado 26 bolsas de maíz en media hectárea de tierra este año. Antes del Prosab, ella producía entre ocho y 10 bolsas.
Ahora Ibrahim es una de las principales promotoras de la iniciativa.
"Prosab cambió mi vida. Ellos me mostraron cómo hacer dinero, y ahora estoy enseñando a otros agricultores también. Si Prosab desapareciera hoy, nosotros podríamos sostener el proyecto. Pero no quiero que ellos se vayan. Son como un padre y una madre para nosotros", afirmó.
Joshua Mshellia, un profesor retirado que se benefició de un préstamo de semillas por dos años, destacó que el esquema de préstamos del Prosab logró persuadir a los agricultores de plantar semillas de soja, que agregan nutrientes al suelo y reducen la propagación de la striga.
"Si este método se extiende a otras áreas arenosas, ayudará a aumentar la producción de alimentos, no sólo en el norte de Nigeria, sino en todo el país", afirmó.
Por su parte, Maisanda Mohammed, jefe del distrito de Mirga, donde se aplicó el proyecto piloto, señaló que el Prosab sacó a su pueblo de la pobreza. "Nuestra gente es más rica que antes", aseveró.
"Aprendimos mucho de ellos (los expertos del IITA). Mi gente era muy perezosa antes de que llegara el Prosab. Estoy orgulloso de decir que ahora todos conocen lo que (el programa) está haciendo", agregó.