Los gobiernos de Asia sudoriental instalarán virtuales trampas transfronterizas para atrapar a traficantes de animales y plantas, que ponen en peligro de extinción a numerosas especies por un puñado de miles de millones de dólares.
La Red de Agencias de Seguridad de Flora y Fauna de la ASEAN (Aseanwen), que comenzará a operar a fines de mes, ya es considerada por organizaciones conservacionistas internacionales la más grande del mundo en su tipo.
"Será la red más grande en cuanto a países involucrados, más que las existentes en Europa, África y América ", dijo a IPS Tim Redford, director en Tailandia de la organización WildAid.
La ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) está integrada por Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.
En el marco de la nueva red, las autoridades policiales a cargo de investigar delitos contra la flora y fauna de sus respectivos países podrán trabajar directamente con sus contrapartes en la región para reprimir el tráfico ilegal de animales y vegetales.
"Esto reducirá las restricciones que hoy limitan la investigación policial de estos delitos. La práctica predominante es que los policías de países distintos establezcan contacto únicamente a través de las cancillerías", explicó Redford.
El plan incluye una mayor intervención de las aduanas en la represión de estos delitos. Dentro de los seis meses posteriores a la reunión prevista para fines de noviembre, "habrá nuevas barreras para este tráfico en la ASEAN", dijo Redford.
Gran cantidad de animales de la región están en peligro de extinción a causa de la codicia de las bandas de traficantes activas desde hace décadas.
"Sus integrantes no son solo de las poblaciones locales, sino también ajenas a éstas", dijo a IPS el jefe de científicos de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), Jeffrey McNeely. "Ahora hay más presión sobre la vida silvestre de Vietnam que durante la guerra."
"Hay un gran mercado en China, y el sudeste asiático es el principal centro de suministro para esa demanda", aseguró McNeely.
El Banco Mundial llamó la atención sobre esta tendencia en julio, al difundir un informe titulado "Se va, se va, se fue: Tráfico ilegal de flora y fauna en el este y el sudeste de Asia".
"El comercio ilegal y la caza furtiva alcanzaron niveles críticos a medida que la popularidad de la medicina tradicional china se amplía, en parte por el aumento de la riqueza personal y el estatus que confiere el consumo de especies raras y exóticas", según el informe.
Los animales y vegetales en estado natural o sus partes son demandados por la población local y por turistas para elaborar platillos y engrosar colecciones o como mascotas, trofeos, elementos de decoración, bisutería y medicamentos tradicionales.
Sólo en Vietnam, este tráfico se estimó en 66,5 millones de dólares en 2002. En 2004, las autoridades chinas confiscaron la piel de 31 tigres, por un valor estimado de más de 1,2 millones de dólares, indica el estudio del Banco Mundial.
"Se estima que hoy se encuentran en estado natural apenas 50 tigres en China", según el informe.
Y más de 50 fueron muertos cada año en la isla indonesia de Sumatra entre 1998 y 2002, añade.
También los pangolines, mamíferos desdentados cubiertos de escamas que suelen arrollarse para defenderse, han sido objeto de intensa caza, pero con destino a América. Entre 1993 y 2003, más de 80 fueron traficados desde Laos, especialmente a Estados Unidos y a Mëxico, según el informe.
La UICN confirmó el lunes que varias especies de animales están a punto de extinguirse, a pesar de las advertencias emitidas, en algunos casos, hace casi tres decenios.
"El rinoceronte de Sumatra y el kouprey (o buey gris o del bosque) ya casi se han ido", dijo McNeely. Las manadas de rinoceronte de Java y de búfalo de agua se han "reducido seriamente", dijo McNeely.
Hoy, la población remanente de koupreys está reducida a 250 bueyes, según la última "Lista roja de especies amenazadas" de la UICN. "La caza, tanto de subsistencia como para el tráfico de carne y partes como cuernos y cráneos, es la mayor amenaza del kouprey", advirtió la organización.
No quedan dudas de que los conservacionistas aplauden la era de cooperación internacional en el sudeste asiático.
"Los elementos criminales que controlan el comercio ilegal de fauna y flora han tenido las de ganar por demasiado tiempo", dijo John Sellar, experto en tráfico del órgano que controla el cumplimiento de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES).
Al concentrarse en el tráfico, la Aseanwen tiene posibilidades de encabezar una respuesta coordinada que desmantele las organizaciones de traficantes, confió Sellar.