Las tormentas que afectaron esta semana a Mesoamérica causaron una verdadera catástrofe y golpearon de paso el Plan Puebla Panamá (PPP), que plantea sacar de la pobreza a esa región en 10 años, indicó el Centro de Prevención de Desastres Naturales de América Central.
Las lluvias previas y posteriores al pasaje de la tormenta tropical Stan dejaron hasta el momento más de 270 muertos y cientos de miles de damnificados en el sur de México, Guatemala, El Salvador y, en menor medida, en Nicaragua. Viviendas, caminos, puentes, postes de electricidad y otra infraestructura fue seriamente afectada o destruida en esos países.
"En términos de Mesoamérica (región histórico-cultural que abarca a América Central y gran parte de México), lo que pasó tiene niveles de catástrofe" y es una lección para el PPP, que ahora "debe trascender el mundo del discurso, conceptos y los acuerdos e ir hacia las acciones", dijo a IPS desde Guatemala David Smith, director del centro de prevención conocido por sus siglas Cepredenac.
Las imágenes de ríos desbordados que cubrieron zonas pobladas y rurales se multiplican, igual que la de personas que piden ayuda de forma desesperada. Los gobiernos se volcaron a dar apoyo, pero aún hay zonas apartadas donde no han llegado.
Además, en varios puntos del meridional estado mexicano de Chiapas y en su vecino del sur Guatemala hay represas que están a punto de desbordarse. Además, en algunas zonas pobladas se registraron saqueos de comercios.
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La situación es grave y las lluvias aún siguen cayendo con fuerza en varias localidades, coincidieron en indicar autoridades de defensa civil de México, Guatemala y El Salvador.
El director del Cepredenac apuntó que la infraestructura regional quedó "golpeada seriamente" y que muchos lugares permanecen incomunicados.
El Cepredenac reúne a autoridades de América Central en materia de atención y prevención de desastres y es parte central de la "Iniciativa Mesoamericana de Prevención y Mitigación de Desastres Naturales", creada en el marco del PPP.
Este plan para Mesoamércia, que viene impulsándose desde 2001, propone un manejo concertado de los recursos naturales, los apoyos productivos, la interconexión eléctrica y la construcción de carreteras entre los siete países centroamericanos y México. De igual modo ofrece promover el comercio, el desarrollo social y la prevención de desastres.
Según indica su plan de acción, en 2015 la región será competitiva y estará integrada e interconectada "con agilidad y seguridad en sus vías de comunicación". Además, tendrá una población sana, educada y respetuosa de su diversidad cultural.
Tales aspiraciones resultaron seriamente golpeadas por Stan. En lo que se refiere a la interconexión en vías de comunicación, el retroceso es grande, pero también en cuanto a desarrollo, pues hay grandes pérdidas económicas según reconocieron los gobiernos.
Los países participantes indican que el PPP beneficiará a 64 millones de personas que habitan Mesoamérica, una zona de un millón de kilómetros cuadrados que comprende nueve estados del sudeste mexicano y Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.
La región está marcada por la pobreza. De cada 1.000 niños nacidos vivos, entre 20 y 40 mueren antes de cumplir los cinco años, y 25 por ciento de la población infantil está desnutrida.
También se calcula que 20 por ciento de los habitantes del lugar son analfabetos y cerca de 14 por ciento de los niños menores de cinco años tienen bajo peso y talla debido a la falta de alimento adecuado.
Con serios problemas para enfrentar los desastres naturales, "América Central es una de las regiones con mayor probabilidad de ocurrencia de ellos, debido a su posición geográfica y a los procesos de acumulación de riesgos que presenta, tanto por sus niveles de vulnerabilidad, como por el incremento de las amenazas naturales, socio-naturales y antrópicas", indican documentos de la Cepredenac.
Los desastres en la zona, "lejos de disminuir han aumentado progresivamente durante las tres últimas décadas con un crecimiento anual estimado en cinco por ciento", apuntan.
Según los estudios, "siguiendo las estimaciones económicas realizadas por instituciones regionales e internacionales, entre 1970 y 2002, las pérdidas económicas generadas por los desastres en la región han superado los 10.000 millones de dólares, lo que equivale a decir que en los últimos 32 años ha perdido un promedio anual superior a 318 millones de dólares".
El director del organismo regional declaró que "para la próxima (tormenta u otro desastre natural) la región mesoamericana debería estar más fuerte e integrada. Así no nos afectará como ahora", añadió.
Lo sucedido con Stan "nos confirma que es aún es necesario fortalecer la infraestructura vial y la capacidad de comunicación y energía" en Mesoamérica.
El PPP debe bajar del mundo de las palabras y de la fase deliberativa, en la que ha estado moviéndose, para ir "a niveles de ejecución", recomendó.