Cinco años después de su caída, el ex presidente serbio Slobodan Milosevic parece estar de regreso, al menos en las pantallas de TV que transmiten su juicio y la apología del exterminio étnico proferida día tras día por un testigo de la defensa.
La retórica nacionalista y violenta de los años 90, cuando Milosevic (1989-2000) condujo a los serbios a las guerras de secesión contra croatas y bosnios, ha vuelto a los hogares de este país a través de las transmisiones televisivas y radiales de las audiencias del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en La Haya.
Toda Serbia parece pegada a las pantallas de los televisores. En hogares, comercios, cafeterías y restaurantes, la gente mira la transmisión en vivo del juicio a Milosevic, acusado de genocidio y crímenes de guerra, tras ser depuesto en octubre de 2000 y extraditado a La Haya en junio de 2001.
"Fui feliz matando musulmanes" en la sitiada capital bosnia de Sarajevo, afirmó el ultranacionalista Seselj en su testimonio solicitado por la defensa, mientras esperaba su propio turno para ser juzgado por el tribunal.
La masacre de "Srebrenica (en julio de 1995, cuando los serbios ejecutaron a 8.000 musulmanes) fue inventada por los servicios de inteligencia occidentales para pintar un mal retrato de mi nación", dijo Seselj en otra ocasión de su extensa deposición de dos semanas.
El testigo se negó a reconocer la legitimidad del tribunal internacional, llamó a la fiscal principal Carla del Ponte "prostituta legal", comparó al organismo con "la inquisición española medieval" y llamó a los magistrados "exterminadores nazis".
El juez que preside las audiencias, Patrick Robinson, decidió poner fin a la comparecencia de Seselj el martes, por considerarla inconducente y porque la defensa, ejercida por el propio Milosevic, ya no tenía preguntas relevantes que formular.
Como resultado de estas y otras violentas y mediáticas declaraciones, encuestas de opinión indican que Milosevic y Seselj se han vuelto más populares en Serbia.
Si hoy hubiera elecciones, el Partido Radical Serbio (SRS por sus siglas en serbio), cuyo líder es Seselj, obtendría 34 por ciento de los sufragios, según una encuesta efectuada por la empresa Faktor Plus.
"Seselj ha destruido al tribunal con sus argumentos", dijo a medios de comunicación el dirigente del SRS, Aleksandar Vucic. El apoyo público a Milosevic ha aumentado.
Los sectores reformistas de la opinión pública hacen sonar la alarma tras semanas de transmisiones y sondeos. Y apuntan particularmente a las emisoras independientes de radio y televisión B92, que tienen los derechos exclusivos para la transmisión de los procesos del tribunal internacional.
"Veran Matic (editor en jefe de B92) está perdiendo su última oportunidad de cortar las transmisiones para beneficio de todos", sostuvo una nota editorial del diario Danas (Hoy).
"Si el objetivo era que los serbios enfrentaran los crímenes de guerra, fracasó. Los juicios sólo han devuelto a nuestros hogares a Milosevic, a Seselj y a toda la retórica corrosiva que arruinó a este país", añadió el periódico.
Medios bosnios y croatas afirman que el testimonio de Seselj trajo de vuelta el pasado de Serbia. "El tribunal fue abusado (por Milosevic y Seselj) como escenario político, con discursos dirigidos a Serbia, que nada tienen que ver con el proceso", sostuvo el periódico Oslobodjenje (Liberación) de Sarajevo.
Algunos informes de prensa afirmaron que activistas de derechos humanos quieren se ponga fin a las transmisiones.
Pero las activistas Sonja Biserko, del Comité de Helsinki para los Derechos Humanos en Serbia, y Natasa Kandic, del Centro de Derecho Humanitario, negaron esas informaciones.
"Apoyo la continuación" de las transmisiones, dijo Biserko a IPS. "Pero el canal de televisión B92 debería entrevistar en sus estudios a personas que puedan ayudar a entender por qué el tribunal internacional es una institución preciosa para el futuro de Serbia, personas con conocimientos, dignidad y calidad moral", agregó.
A B92 le resultaría más provechoso económicamente emitir telenovelas latinoamericanas en lugar de las audiencias en La Haya, dijo Veran Matic a IPS. "Pero eso dañaría el frágil proceso para establecer responsabilidades y hacer justicia con las víctimas de la guerra", añadió.
Las guerras de los años 90 en la antigua Yugoslavia causaron la muerte de más de 200.000 personas, la mayoría no serbias.
Organizaciones como la Unión Independiente de Periodistas y la Asociación de Periodistas se manifestaron preocupadas por cualquier paso para detener las transmisiones.
"Eso equivaldría a violar la libertad de los medios, algo por lo que luchamos en los últimos años", afirmó la Unión Independiente de Periodistas en una declaración.
Las declaraciones de Seselj también han planteado otras preocupaciones. "Además de la retórica populista que conocemos, el testimonio es peligroso en el plano jurídico ", dijo a IPS el profesor de derecho Radoslav Stojanovic.
El presunto criminal de guerra "sugirió una responsabilidad del Estado serbio y de todos nosotros en el contexto general de las guerras", opinó.
"Más allá de que no todos los serbios apoyaron las guerras, esto puede fortalecer el litigio contra Serbia que Croacia y Bosnia-Herzegovina iniciaron ante la Corte Internacional de Justicia, presentando demandas por daños de guerra y citando el genocidio como presunto crimen serbio", afirmó.